DIARIO CÓRDOBA / OPINIÓN
Hoy en el Diario
Córdoba, mi artículo de Opinión, nada de particular como siempre, pero como siempre también expresión de
sentimientos sinceros que en esta ocasión han sido promovidos por la inauguración
de una escultura en el bulevar de nuestra ciudad, como homenaje a los lectores, evento que me
ha llevado a recordar mi encuentro de niña con el Diario y mi encuentro
semanal, con dos columnas en más de treinta años. Si os apetece leedlo. Seguro
que algo os une a mi relato.
Solo tenía diez años, cuando me encontré
por primera vez con el Diario CÓRDOBA. Por aquellos años era obligado el
desplazamiento a la capital para compras, médicos, papeleos, exámenes. Fuera
cual fuera el motivo, para mis padres y hermanos era obligada la parada en casa
de mi tío Benito, sobre todo en tiempo de exámenes que teníamos que hacer
noche.
Aquel año de mi examen de ingreso de
bachiller, nada más llegar, encontré a mi tío con el Diario CÓRDOBA entre las
manos, cosa que a mí se me antojó se trataba de un cuaderno muy grande y,
aficionada como era a la lectura, deseaba tocarlo, olerlo, leerlo...
Mi tío, inteligente que era, debió advertir
mi deseo y mientras tomaba un oloroso café de maquinilla, me dijo: toma y lee:
son noticias de Córdoba. ¡Cómo me sentí de importante con aquel cuaderno
grande! Apenas si lo podía sostener abierto, pero me gustaba el ruidito de sus
pocas hojas, y me gustaban los titulares tan negros y tan grandes y el yugo y
las flechas y las fotos de Franco... No recuerdo si leí o solo me limite a
pasar hojas, olerlas y ver imágenes. Mi tío, cuando me venía, me dijo: si
quieres te puedes llevar uno. Me sentí mayor, importante, sentí que algo del
mundo, por primera vez llegaba a mis manos.
El pasado día diecinueve de noviembre de,
en el Bulevar del Gran Capitán quedó para la historia el homenaje de dicho
Diario a sus lectores con la inauguración de la escultura “La lectora del
Diario” y una exposición con setenta y cinco portadas del periódico. El
director. Francisco Luis Córdoba, afirma: «queremos representar nuestra
infinita gratitud a Córdoba».
Sinceramente emocionada, contemplando esa
escultura de niña-mujer. me veo con mi primer Diario entre las manos y me veo
más de treinta años, sin pausas, colaborando en sus páginas con ilusión sin
desánimo, pasando, no obstante, por muchas y difíciles vicisitudes. Adelante
--me he dicho y sigo diciéndome y diciendo, porque ser libre, hoy -como dice el
escritor George Menager-, es estar bien informados.
Escultura: mujer leyendo el Diario Córdoba
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