Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

18 feb 2020










LA GUASA DE LOS WAHATSPP



DIARIO CÓRDOBA/OPINIÓN
ISABEL AGÜERA 
Pues sí, desde mi punto de vista este medio que podría ser tan útil para infinidad de cosas se ha convertido en un absurdo "divertimento": «buenos días, buenas noches, qué vais a comer, dónde vas a ir, ¿compraste los ciegos?», etcétera. Hasta doscientos WhatsApp tenía a diario en un solo grupo y un sin sin fin de mensajes en el Messenger, y en todos ellos idénticas palabras salpicadas, una sí y otras también, de videos, fotografías, chistes, enlaces, y las historias que no entiendo el chiste dónde está, etcétera. 
Y digo yo que un invento de esta categoría le estaba haciendo falta a mucha gente que le sobra tiempo, pero que un simple móvil tiene otras muchas posibilidades para leer, consultar, crear, etcétera, y que todo es cuestión de querer progresar y dar un poco de lado a las rutinas de cada día. 
Trecientos WhatsApp sin que nada haya en ellos que merezca la pena es una pérdida tremenda de tiempo para el que los escribe y para el que, por cortesía, lee y corresponde. 
Opino que el principal objetivo sería el comunicar noticias que tuvieran algún valor tanto familiar como social, pero aparte de cuatro cosas así, personalmente, me resulta un agobio, porque, entre otras cosas, no tengo tiempo de corresponderlos y no porque mi tiempo sea oro, como me decía alguien su mijita picado, sino porque mi tiempo, como el de todos, es limitado y no se puede estirar a tantas cosas.
Exactamente igual con el Messenger. Yo agradezco las flores de la mañana y de la noche, pero el móvil no soporta esa carga de mensajes e imágenes y nos aparece el letrerito: «Se le está acabando el espacio, borre o compre más». 
Por supuesto, estoy abierta a cualquier conversación con alguien que la necesite, e incluso que la necesite yo, y, por supuesto también de vez en cuando a una charla con amigos, pero de ahí a esa avalancha de naderías, hay, entre otras cosas, una desconexión del mundo que nos rodea, sobre todo para los niños y jóvenes, que ha provocado la pérdida de la valiosa información que transmitimos a través de la expresión oral o escrita, si es necesario.