Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

26 sept 2015

Desde mi terraza


Desde mi terraza, horizontes de largos caminos
que me llevan y  traen como frágil vilano,   
a ese mundo de lejanías en el que quiero
seguir encontrando…
 tejados por donde corra la lluvia,
torres catedralicias con carillones de nostálgicas campanadas,
claustros y conventos con rezos de vísperas en coros,
y quiero seguir encontrando molinos de viento,
charcos y alcantarillas, atestadas de chaparrones,
y ese lugar de mis sueños de siempre:
agua, jardines, ríos, canciones, niños… Lunas.
Luna, lunera, cascabelera…


25 sept 2015

Buscando en la vida / Capítulo 2

  (De mi novela "Buscando en la vida", que no es una biografía -os repito- y que solo se hicieron pocos ejemplares que se agotaron y punto)


¡Como hubiera deseado ser espectadora de mi propio nacimiento, y haber contemplado en una mirada infinita los horizontes más remotos del mundo, cuando mi primer grito irrumpió en aquella habitación de la calle Queipo de Llano de mi pueblo, cuando mis pulmones, por primera vez, se llenaron de aire, aquella mañana helada de enero! Los tejados de las casas chorrean escarcha. La gente, acurrucada y adormecida, balbucea protestas a la repentina voz del sereno que, arrebujado en pelliza y boina, repite en canturreos por las esquinas: ¡Las seis en punto y serenooo!
Expectación. ¡Lo he oído contar tantas veces! Papá, a la cabecera de la cama, sufre, reza, espera… Mamá, Casi una niña, hace el último esfuerzo, y mi cuerpo, sanguinolento y gelatinoso, llega a la vida. ¡Una niña! -exclama la comadrona Gertrudis- ¡Una hermosa niña! Silencio. Las miradas de papá y mamá se cruzan: nostalgia, frustración, sonrisa, lágrimas, un abrazo. Mamá, extenuada, sin poder evitar la desilusión, repite: ha sido niña, Eduardo; lo siento, lo siento... Y papá me coge en sus brazos: un beso, unas palabras, más en su corazón que en sus labios: tú no tienes la culpa. En una cuna celeste, no pensada para mí, duerme Carlota su primera madrugada, y en la plaza, en la Iglesia, en los primeros encuentros de aquella mañana, la noticia: ¡La señora de don Eduardo ha tenido otra niña! ¡Pobre doña Blanca y pobre don Eduardo!
Madrugada de un veinticuatro de enero, instante irrepetible de mi nacimiento que fue un error; yo no debí nacer; no fui deseada. Yo no era el hijo varón fallecido, el varón buscado. Yo no representaba aquella página dolorosa que papá y mamá trataron de pasar concibiendo un nuevo hijo. Yo tan sólo era una niña, un bebé que jamás volvería a encontrar la seguridad, la paz, el silencio del sopor fetal.

La prehistoria de mi vida termina, y la lucha por la seguridad de un nido, por la aceptación que no tuve, la lucha por el amor del claustro que me engendró, serán las grandes aventuras, las insólitas batallas que agitarán mi vida como si de una pavesa traída y llevada por el viento se tratase.Ya de niña me refugio en los más secretos rincones. Cada vez que presiento el rechazo o desamor, me encierro en un nido que me fabrico en cualquier lugar: entre ramas secas de viejas enredaderas del jardín de casa que me arropan y arañan como a un gorrión asustado o en los muchos trasteros de aquella casa grande donde fácilmente paso desapercibida para todas las miradas.Tengo miedo al desamparo y abandono. Aquella letrilla que me canturreaba mamá, esta niña chiquita no tiene a nadie; su madre, una gitana, la echó a la calle, siempre me dejaba triste. ¿Tendría yo a alguien? ¿Me echarían a la calle? ¿Cómo gratificar y justificar mi presencia en el mundo?

21 sept 2015

Vivir sin Megas

DIARIO CÓRDOBA / OPINIÓN
22/09/2015 
Hasta hace poco yo creía que no se podía vivir sin comer, sin beber, sin respirar, etcétera. Y recordaba años de la posguerra, cuando la supervivencia dependía, si acaso, para toda una familia, de un huevito nadando en aceite que daba para muchas sopas, pero resulta que este verano he descubierto algo impensable: ¡pues, nada, que para niños y jóvenes las dichosas megas para móviles y otros artilugios tecnológicos son lo básico e imprescindible de cara a vivir en paz y sana armonía!
Y es que, ¿cómo se puede vivir sin que funcione, por ejemplo, el whatsapp y quedarnos sin saber qué come, qué piensa, si está sentado o de pie el otro? ¡Menudo problema! Y no digamos si nos quedamos sin megas y la tableta no funciona. Es que si nos faltan megas, nos sobran brazos, pies, cabeza y yo creo que hasta aire. Así que era fácil descubrir al amanecer pandillas de adolescentes y jóvenes que, en silencio y móviles en mano, trataban de "robar" wifis de cafeterías y restaurantes cerrados.
Me decía una amiga: mi hijo está insoportable. Se le han terminado las megas y el padre no está por la labor de comprar bonos
Solo cabe progresar --dice Ortega-- cuando se piensa en grande, cuando se mira lejos. Y, claro, es la reflexión que yo me hago: ¿se puede llamar progreso a cualquier novedoso invento que nos anula la capacidad de pensar y nos hace mirar tan cerca que nos comemos, literalmente, los ingenios que tenemos entre las manos?
Y el problema no está en el invento sino en esa patología, que lo es, de acostarse y levantarse con el gran problema de las megas. Lágrimas, malos modos, aburrimiento total, etcétera, cuando las megas dicen se acabó lo que se daba.
Yo creo que en el padrenuestro habría que suprimir el pan nuestro y pedir las megas de cada día. Cada cosa a su tiempo para progresar adecuadamente y no atascarnos en un absurdo laberinto tecnológico.


18 sept 2015

Preludio de otoño


A medida que se disipa la niebla, crece el día. Y mis ojos se reencuentran con el árbol al pie de la ladera,  con el camino de ayer, con la memoria perdida de cosas que fueron el presente feliz de mi infancia: crujir de viejos tejados, goteras en palanganas y cubos, humo blanco, humo negro a borbotones en fríos amaneceres de ancestrales chimeneas.
Gatos, palomos, voces, patios, sillas de anea en el atardecer del jardín...
Y papá, y mamá, y mis seis hermano, y yo...
Índice del pasado que, si bien  me remite a la salvación, mi presente, este hoy de casi otoñal en mañana de niebla densa, luz, aliento, rayo que me sostiene en surcos donde todavía es posible la sementera de un gesto, de una palabra, de una semilla...
No, no hay fecha de caducidad. Hay, cada cosa una vez; sólo una vez.
No podemos exiliarnos, porque, mientras en nuestra frente notemos el aliento de Dios, la vida sigue.
Sacudíos, amigos, la niebla, y un sol poderoso diluviará sobre nuestros áridos sueños.
Sí, así lo creo, anclada en la plácida orilla de un mar que, dejando atrás las tempestades, sólo levanta brisas y entona himnos a la belleza oculta de las cosas en esta hora de quietud, en esta hora de visajes e interrogantes,
de profundas reflexiones, de contrastes... En esta hora de vida y muerte.


17 sept 2015

Jamases para los abuelos

Buenos días a todos: hoy, turno para  abuelos y en gran parte también turno para   padres. A todos nos queda mucho por aprender y mucho por enseñar. Buen fin de semana, ya.



1)   Jamás deben sentirse obligados a ser canguros de sus nietos.
2)   Jamás deben mentir a los nietos. Si no puede decir la verdad, sencillamente expresarlo así, pero nunca mentir.
3)   Jamás deben desautorizar a los padres. Si opinan que están equivocados, deben tratarlo en privado con ellos.
4)   Jamás, por ningún motivo, deben chantajear a los nietos.
5)   Jamás deben asustar a los nietos para conseguir determinados fines.
6)   Jamás deben estar dispuesto a consentirlo todo. Hay que dilatarse pero no derretirse. 
7)   Jamás deben hablar de forma negativa a cualquier manifestación sexual natural de los pequeños.  
8)   Jamás deben llamar pecado a una palabra soez o grosera, aprendida de los adultos.
9)   Jamás deben hablar demasiado del cielo, del infierno, etc. Pueden suscitar preguntas para las cuales no van a tener respuestas.
10)  Jamás sermonear acerca del pasado como mejor tiempo.
11)   Jamás silenciar la opinión de los nietos. Primero escuchar, después opinar.
12)   Jamás deben disimular sus achaques; tampoco abusar de ellos ante los nietos.
13)   Jamás olvidar que los nietos son el futuro que pasa, casi milagrosamente, por sus manos, un futuro que debe  culminar en una auténtica obra de arte y que para ello, su granito de arena es imprescindible, porque paso a paso se hace el camino.