Desde mi terraza, horizontes
de largos caminos
que me llevan y traen como frágil vilano,
a ese mundo de lejanías en el
que quiero
seguir encontrando…
tejados por donde corra la lluvia,
torres catedralicias con
carillones de nostálgicas campanadas,
claustros y conventos con
rezos de vísperas en coros,
y quiero seguir encontrando
molinos de viento,
charcos y alcantarillas,
atestadas de chaparrones,
y ese lugar de mis sueños de
siempre:
agua, jardines, ríos,
canciones, niños… Lunas.
Luna, lunera, cascabelera…
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