Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

21 dic 2010

Escenarios de Soledad

 Diario Córdoba



Octogenario, cargado de dolores e impotencias, vivía solo en casa de vecinos de un viejo barrio, él. Cada mañana, en invierno y verano, doblado sobre un arcaico bastón, salía cada día. En idénticas condiciones, ella, arrastrando un carrito andador, lo más aseada que alcanzaban sus menguadas capacidades, también salía. Ambos tenían como fin un destino común: la Caja de Ahorros del barrio. Allí, sentados, con el beneplácito del personal, pasaban las horas uno junto al otro en silencio, viviendo en complicidad el aire acondicionado en los rigores del verano y la calefacción en los helados inviernos. El un día faltó. Ella, limpiándose los ojos con un pañuelo amarillento, repetía: Se ha muerto; ha sido de pronto. Y a partir de aquel día, ella, a rastras con su andador, llegaba puntual y, entre sus manos, sin fallar ni un solo día, una florerilla cualquiera que colocaba en la silla vacía de él y por su mente un solo pensamiento: ¿Quién se encargaría de que no faltara la flor cuando ella se fuera?

Plazas, jardines, y a veces, una Caja de Ahorros, escenarios elegidos por los ancianos para rastrear en el silencio de árboles, pájaros, flores, fuentes- una vida silenciada por los años pero que, como cálido rescoldo, avientan con el único soplo que les queda: el recuerdo de lo que fue.

¡Cuánta soledad cerca de nosotros! Rozando nuestros pasos, que caminan siempre en imparables urgencias, están ellos, con sus achaques, recuerdos, dolores, rigores, con sus problemas también y sobre todo con su tremenda soledad, pocas veces entendida y pocas veces remediada por los que, en mejores condiciones, nos creemos el ombligo del mundo.

Próximas las Navidades, tiempo de nostalgias infinitas, hagamos de nuestros hogares escenarios privilegiados para nuestros mayores. Ellos lo dieron todo. Devolvámosles, al menos por una noche, amor y compañía.



* Maestra y escritora

11 dic 2010

Mi felicitación

Para todos aquellos que accedan a mi blog este sencillo montaje y mi deseo de unos días felices en los que, ante todo, se dé primacía a los niños/as ya que ellos serán siempre lo mejor que tengamos. Besos. Isabel

27 nov 2010

Minirrelato: Mujer maltratada



Corrían malos años aquellos primeros de mi magisterio Mi residencia, una habitación en casa de vecinos .Permanecí en ella un curso, pero jamás podré olvidar a María.

Ella, pequeñita, silenciosa, trabajadora, pareja del dueño de aquella fría, incómoda y destartalada vivienda, con cuatro hijos pequeños, de sol a sol, prestaba servicio a todos: limpieza, cocina, ropas… Y en sus labios siempre una palabra amable, una sonrisa, un gesto humilde. No obstante en su rostro azulado podía adivinarse el sabor de muchas lágrimas calladas, de muchos miedos soportados, de una inmensa marea de interrogantes que le reventaban el alma sin respuestas.

Una noche y otra, yo la escuchaba, a través de las paredes, suplicando, llorando… Y escuchaba golpes acompañados de voces brutales de aquel hombre que, celoso y medio borracho, la agredía, la humillaba, la maltrataba.

Recuerdo que, me tapaba la cabeza con aquellas sábanas de lienzo moreno, como si me protegieran de tamaña barbarie, pero mis noches se tornaban horas de insomnio en las que mi corazón estallaba en fuertes latidos de rabia, impotencia… dolor.
Ahora lo recuerdo y me repito: ¿Por qué sería yo tan niña?   

17 oct 2010

Rafael: Más que un cuento




ÉL ERA MI ALUMNO

Él era un niño de diez años de mi Centro, y era unos ojazos que, habiendo visto pronto el dolor de la vida, miraban desde una inmensa tristeza, matizada, de vez en cuando, de ingenua felicidad.

Él era tierno tallo herido, a penas despuntar, que sobrevoló por nuestras vidas, cual estrella fugaz de la que más bien queda el recuerdo de un maravilloso rastro luminoso –visto y no visto- y la certeza de haber sido testigos de su deslumbrante existencia.

Él era Rafael Francisco, un chavalillo de diez años, pálido, transparente, aficionado a la escuela, a sus maestros, a sus libros...

Y Rafael se nos fue de pronto. Un día de escuela, mientras sus compañeros en clase compartían la difícil tarea de la educación y el aprendizaje, mientras su silla, vacía como otras veces, casi no extrañaba a nadie, mientras cada cual en su trabajo, olvidados de la provisionalidad que es la vida, con afanes desmedidos, con nimiedades, con absurdos y sin caer en la cuenta de que vivimos inmersos en el funeral eterno de los tiempos, hacíamos planes de un futuro que nos deparara mayor felicidad, mayor bienestar.

Y ni siquiera una corazonada, un telepático presagio; nada. La vida del pequeño Rafael como blanquísima espuma de mar, se desvaneció con el viento.
Y era un bonito día de primavera, y el sol siguió su curso, y las margaritas y las amapolas, en un frondoso salvaje, parecían entonar el más bello himno de la alegría, y en las calles, el tráfico, los ruidos, las prisas... Pero en medio de esta eclosión de vida, un pequeño féretro nos llenaba de tristeza a todos los que vivimos, de una manera u otra, la corta vida de Rafael.
Y ahora aquí, en este rincón, frente a mi ordenador, lugar preferente, lo recuerdo y unas lágrimas me corren, sin poderlo evitar, por las mejillas, y no sólo es recuerdo de pasado, sino más bien, es presente, algo así como un poderoso árbol que se me crece y cuyas raíces, y ramas, y hojas y flores, si bien amainaron en las estrellas, dentro de mi corazón marcaron profunda huella.

-Tus libros me gustan mucho -me repetía el pequeño Rafael en ternura infinita -, y son muy bonitos, y mi madre me los ha comprado y por las noches los leo, y me gustan... ¡échale! Y también tengo tu foto del periódico, y la guardo porque también me gusta...Y me gusta tu tórtola porque es blanca y porque ríe.

Y, mientras balbuceaba estas maravillosas palabras, una ligera sonrisa se esbozaba en su rostro, pegado tantas veces, bien a la mesa de secretaría, bien a la mesa del director, en un intento de mitigar aquel dolor de cabeza que -¡maldita sea!- se lo llevó.

Mi fe es lucha en un Dios que no comprendo, pero en el que, desde mi pequeñez, confío y espero. Por eso, creo que Rafael está con Dios, y creo que Rafael está con nosotros.

Mi pequeño y agradecido niño: Jamás olvidaré que unos cuentos míos, unas poesías mías, mitigaron el dolor que, postrado de mesa en mesa, soportabas. Nunca me lo había planteado hasta aquel día: bien merece la vida, si en ella se puede escribir un cuento, una poesía, si en ella se puede criar una tórtola que riá,  que haga feliz a un niño/a.

¡Échame una mano, por favor, tú que está en el cielo!, y espérame, espéranos. Entre tanto, escribiré mejores cuento, me haré mejor foto... Te lo prometo.

Y un año más, al aproximarse tu onomástica, quiero felicitarte como mi Rafael preferido.te sigo queriendo.

13 oct 2010

Minicuento: El árbol de hoja caduca


EL ÁRBOL DE HOJA CADUCA

Un árbol de hoja caduca fue sembrado en un hermoso jardín. A su alrededor crecían viejos árboles de hoja perenne.

Cuando llegó el invierno, el árbol de hoja caduca, ante la expectación de todos, perdió sus hojas. Con sorna, los demás árboles se dirigían a él: ¡Qué pena nos da verte ¿Acaso estás muerto?  -exclamaban-. Tus ramas secas resultan, viejas, desapacibles. Las nuestras, en cambio, siguen siendo frondosas, verdes... El árbol de hoja caduca, reservado y silencioso, resistía las heladas, protegido, no obstante, por el cálido rescoldo de la savia que le alimentaba en sus adentros.


Cuando llegó la primavera, poco a poco, comenzaron a brotarle yemas, hojas, ramas espléndidas que de un verde tierno se izaban al cielo, alargando sus brazos en frescas sombras y refugio de cuántos avecillas acudían al jardín.

Los árboles de hoja perenne lo miraban y se decían: ¿Qué milagro es éste? ¿Acaso ha resucitado de la muerte? ¿Acaso pretende darnos lecciones de hojas y ramas?

El árbol de hoja caduca, adivinando sus pensamientos, y con gran humildad, les dijo: Siento, hermanos, vuestra torpeza al juzgarme en mis aparentes horas bajas. ¿No veis cómo sale la mariposa del capullo y alza sus vuelos en irisados colores, cuando llega la primavera? Así, durante el invierno, mis hojas viejas me abandonaron, pero mi sangre siguió regando lo más profundo de mi ser. De esta manera cada año, puedo estrenar ropajes nuevos. Yo no sabría qué hacer con las mismas vestiduras que me nacieron el día de mi alumbramiento.

Como el árbol de hoja caduca, yo digo: ¡Fuera todo lo viejo e inservible! Tengo que amanecer cada día con vestiduras nuevas para celebrar el milagro de la vida.

10 oct 2010

Un beso para ti



En mi terraza. Seis de la mañana.


Una vez más, me sorprende, ¡siempre me sorprede!, la lluvia

Primero fue el viento doblando álamos y plataneros de la avenida;

después, a mi derecha, la sierra negra, rasgada por el centellear

relampagueante en tormenta que avanzaba.

Y como preludio de tal milagro, efluvios que impregnan

el ambiente de húmedos olores.


Y yo, con sabor a cálido retorno, de no sé dónde

y el alma abierta a esta magia que rocía el amanecer,

recibo la llamada de la vida, y aspiro la fragancia de cada recuerdo

que se me filtra furtivo y se torna palabra sobre esta fría pantalla

donde mis dedos escriben, dedos y manos

que saben tanto de caricias rotas,

de amores, paraísos que nunca fueron,

manos que pretenden eternizar la soledad de los momentos.


Quisiera ser naufrago del viento, enloquecido por la luz del alba,

filigrana de sueños que me lleve, lejos, ¡muy lejos de este mundo

                                                           que no es el mío!


Miro al cielo y percibo el color de la paz en esta indescriptible hora:

Sí, el amor excite; sigue el amor...

                                               ¡Llueve...! ¡Sí, ya llueve!

Y mis manos y mi rostro desafían la tormenta desde esta séptima planta,

desde esta soledad que me transmuta en cósmica y etérea.


Quiero empaparme de lluvia, como las mieses de sol en las eras.

Quiero que por mis ojos corran torrentes

que como arroyos desbordados busquen la mar inmensa

donde encontrar su destino.

Quiero que de mis labios chorreando pura ilusión y amor,

se aviente un beso y llegue, sereno y reverente, a los tuyos, amigo.

2 oct 2010

Día Internacional de las Personas Mayores

Queridos amigos:
El pasado día uno del presente mes fui invitada por una Asociación de Mayores, al fin de tener con ellos una convivencia. Se me ocurrió obsequiarlos con algún texto mío escrito expresamente para ellos. Lo titulé Padre Nuestro del Mayor.
Con respeto, por supuesto, a cualquier fe y dada la libertad que tenemos de leer o no leer aquello que nos guste o deje de gustar, lo voy a transcribir aquí porque pienso que de alguna manera recoge el espíritu de lo que, en definitiva, queremos o debemos desear todos en nuestra mayoría de edad


PADRE NUESTRO DEL MAYOR

Padre mío que estás en los cielos:
En este día, atardecer ya de mi vida, quiero pedirte el pan que más necesito como alimento. Tú que siempre me lo diste, sé generoso en esta hora y escucha mis ruegos:No permitas, Señor que los años me hagan insensible a mi realidad presente. Quiero seguir siendo canción, ilusión, beso para cada ser humano, sin que me importe el color de su piel, su nombre, su país... Sólo, sí, sólo su mirada fija en mis manos de padre, de madre, ayer, de abuelo, abuela, hoy.


Padre mío que estás en los cielos:
Quiero santificar cada hora que el reloj implacable del tiempo me vaya recordando mis achaques y deterioros.Quiero aceptar en paz la soledad y el dolor. Quiero ocultar lágrimas y repartir sonrisas.Quiero tener las manos tendidas en la dirección del amor.


Padre mío que estás en los cielos:
Venga a mí tu reino, aquel dónde yo pueda seguir siendo zahorí del jardín maravilloso del mundo... No me importa que la parcela sea pequeñita. ¡Déjame, al menos, una flor!Venga a mí tu reino, aquel dónde la injusticia no me sea indiferente, dónde la ilusión siga alumbrando este camino que me va acercando a grandes pasos a ti, al tiempo que me va alejando de mí.Venga a mí tu reino de paz, sí, la paz del deber cumplido, con fallos, con errores, con olvidos... ¡Soy humano, Señor!, la paz que, hoy, minuto a minuto, quiero crear, compartir... Quiero vivir. La paz en la que deseo morir.

Padre mío que estás en los cielos:
Hágase tu voluntad, sin que me revele, sin que me asuste, sin que te reniegue., sin que deje por ello de luchar.Líbrame, Señor, de la arrogancia, de la hipocresía, de la envidia...Líbrame del egoísmo y de caer en pesimismos y lamentos...Dame. Señor, cada día, el pan que me torne a mi realidad de hoy para que sin nostalgias, sin temores, siga construyendo, caminando...Y no permitas, Señor, que ciego a mi realidad, me proclame joven y virtuoso; tampoco viejo y necio. ¡Dame, Señor, tu pan..!Tú pan, Señor, es el bocado que necesito para que mi AMEN definitivo sea un cántico de gloria que te haga sonreír por los siglos de los siglos...

25 sept 2010

Sombra de ciprés


Sombra de ciprés


Todas las mañanas en mi paseo al jardín, me detengo unos instantes debajo de unos cipreses.

Alguien, al cruzarme, ha exclamado: ¡Vaya gusto, niña! ¿Por qué no eliges otro árbol más alegre?

Una sonrisa por respuesta.

¿Cómo explicar que mi ciprés tiene la voz que un día no tendré oídos para escuchar?

¿Cómo explicar que mi ciprés tiene el color y el olor que un día no podré percibir?

¿Cómo explicar que mi ciprés será la única sombra amiga que me cobije, cuando para todos sea olvido?

Hoy, a tiempo en mis paseos, quiero acostumbrarme a su sombra, a su olor, al sonido del viento al
encaramarse en la cúspide de sus ramas

¿Cómo entender tan variopinto lenguaje, tan maravillosos sinfonías después, si no los conozco ahora?

Árboles

¡


DECIDME algo, árboles silenciosos! Quiero entender vuestro lenguaje. Quiero comunicarme con vosotros, mis amigos.


Tal vez vuestra voz sea este soplo de aire fresco que corre entre ramas y tanto me reconforta.

Tal vez vuestra voz sea la bravura de estos leñosos troncos que me sirven de apoyo en mis fatigas.

Tal vez vuestra voz sea el silencio que hace posible la transparencia de vientos, pájaros... pasos.

Tal vez vuestra voz sea la mía. ¡Quién sabe!

¡Gracias, gracias, árboles amigos! No profanaré vuestra voz de silencios; dejaré, eso sí, que otras voces se hagan sonidos en el jardín de mi vida.

¿Me entendéis? Yo creo que sí.

Siempre en mi vida árboles, y yo notando por mis pulsos el estribillo alborozado de su savia virgen, alimentando con su mejor néctar el manantial hirviente de mi sangre.

Siempre árboles en mi vida, y yo queriendo acariciar su misterio, siempre.

23 sept 2010

Llega el Otoño


Querido amigo/a: Esta madrugada pensé en ti. Una extraña sensación de mi nada, confundida con la grandeza y nada de todo y de todos, me extasiaba en mi terraza. Es el otoño que llega, es el autobús que pasa, es el perro que ladra, la hoja que cae. el papel que vuela, mis jazmines en flor, la luna llena que, en filigranas de nubes, se despide de la noche...

Es la vida que sigue en sus vaivenes, pequeñas y grandes olas, que nos marean, unas veces, que nos refrescan y reconfortan, otras. Emociones en las que encuentro huellas que no pertenecen a calzado humano y me provocan mareo de interrogantes que acallo con un darle cuerda a la creatividad, al amor... Y seguir.
Feliz otoño y un gran beso. Isabel

17 sept 2010

Él estaba allí



Queridos amigos: Un nuevo curso y muchas nuevas tareas para seguir caminando siempre de cara al sol, Mis deseos de que nada nos sea indiferente, de que el hastío, las rutinas, los desengaños y las pequeñas o grandes luchas de cada día, tan solo sean motivo para comprobar que seguimos vivos, y la vida viene a ser eso: lucha diaria y constante con los elementos. No obstante, en el bolsillo llevamos una carga de herramientas para componernos y seguir adelante.

Quiero empezar, y tal vez seguir, con un breve texto de mi obra titulada Él estaba allí, con mi resspeto absoluto al que sea creyente y al que no lo sea. Yo me confieso expectadora del mundo donde descubro huellas que no coinciden con calzado de hombre alguno, y me pregunto: ¿No será que hay un Dios? Y entonces voy y escribo.


Aquella noche lejana, ¡muy lejana!, él y yo cómplices de años, historias y proyectos, aguardábamos en silencios, rotos en dolor, miradas y suspiros, el autobús que nos separaría para siempre.

Era negra noche de truenos cabalgando en mil rayos por el cielo.

En un tris, la hora de partida. Una plaza. Sólo una. Sube él. Un ardiente beso como despedida y un adiós sin palabras que apaga, en un tris, el universo de sueños de un abrazo ininterrumpido en tantos años… Muchos años.

A pie de tablas, sola, acariciaba en vilo y en nostálgica sonrisa, la cálida huella de aquel beso, mientras caía definitivamente el telón.

El autobús se alejaba y la lluvia persistía.

¡Qué torpeza la mía, al creer que, con la muerte de aquel hombre, compañero, amigo, amante, aquel hombre bueno, mi marido, el reloj había detenido sus agujas dejándome en punto muerto para siempre!

Ahora lo sé: los arcaduces de mi pequeña noria seguirían vertiendo agua en amaneces y ocasos. Él estaba allí.

13 jul 2010

Verano con amor




El amor es una delicada flor que hay que abonar, regar, cuidar de las excesivas temperaturas, transplantar, si fuera preciso y, sobre todo, dejar crecer en libertad.
No hay flor que resista los caprichos que un mal día se le puedan ocurrir a un mal jardinero.
Ni hay flor que resista la presión, el chantaje de otro amor.
La flor del amor sólo se alimenta de amor.

Mientras viva deseo, ante todo, ser capaz de enamorarme y enamorar, aunque sólo sea de la sonrisa de un niño o del piropo de un anciano. No sabría vivir sin esta ilusión.
 
Las páginas escritas en amor, no hay años que puedan bo¬rrar. Doy fe de ello. Siempre quedan ecos grabados en el alma como quedaron los años de mi infancia, las palabras de mis padres, mis convivencias familiares... Hoy, mi mejor  y urgente compromiso, es ser "escritora" de páginas con  tan bello distintivo y tan trascenete resultado.
 
Cada cosa, una vez; sólo una vez. En esta casa la memoria de las cosas tiene nombre: amor. Cada cosa fue amor; cada vez fue amor. Y lo seguirá siendo. No lo olvidéis y haced de las vuestras nidales donde la ternura, el afecto, la comprensión sean la atmósfera que respiréis cada día.
 
Debe ser algo terrible vivir sin amor.
No puedo imaginar un mapa genético sin que, en sus cuatro puntos cardinales, aparezca como factor por excelencia, el amor, porque sabernos amados, saber que le importamos a alguien, saber que somos objeto de atención y ternura es como un constante renacer con increíbles deseos de superar dificultades, y es una especie de trance por el cual la ilusión toma tales vuelos que en nuestras vidas parece como si se paralizara el implacable almanaque del tiempo.

Tañen las campanas y el hombre llora; repican, y canta. Me sitúo en la proa y pregunto: ¿Qué soy yo? ¿Qué el hombre? ¿Por qué reír o llorar?
Una voz que, como el trueno, rueda por cimas y valles, me responden: El hombre es la sombra de la nada, si se compara con su Creador; pero el hombre es un juguete, cuya cuerda es el amor. Si por desconocimiento, egoísmo o pereza deja de activársela, sólo será un montón de chatarra, un enjambre de alimañas.

Si en el momento justo de mi muerte pudiera sentarme frente a este ordenador, las últimas palabras que desearía escribir serían éstas: Sólo sé que amé.



10 jul 2010

NOTICIAS

NOTICIAS SOBRE MI NUEVA OBRA, "GUÍA PRÁCTICA PARA ABUELOS!"
http://www.diariodelasierra.es/2010/07/06/una-guia-desvela-las-claves-para-que-lo-abuelos-hagan-del-cuidado-de-sus-nietos-un-experiencia-divertida-y-pedagogica/
http://www.abcdesevilla.es/agencias/noticia.asp?noticia=444478
http://www.cope.es/cultura/08-07-10--guia-practica-abuelos-nietos-estrategias-una-experiencia-divertida-191728-1

23 jun 2010

Carta a mi hermana



A mi hermana en el día de su jubilación



Llega, al fin el día, querida hermana Estrella, de tu jubilación voluntaria, día en el que tanto has pensado y que tantas vacilaciones te ha sugerido e inquietado. Algo, sin duda tiene de mágico y maravilloso el mundo de la educación que, para maestros/as como tú, que saben descubrirlo, causa dolor abandonar.
No obstante, la ventaja que te llevo en años me autoriza para hacerte unas consideraciones en este, sin duda, gran día. De siempre he considerado el magisterio como un sacramento que imprime carácter y es por ello que tú seguirás siendo maestra mientras vivas. Allí dónde estés habrá alumnos a los que enseñar y maestros de quienes aprender. El mundo, la universal aula que todos a diario compartimos, te espera. Siempre encontrarás dónde y cómo enseñar, pero sobre todo, y a ello debes dirigir tu atención y tus esfuerzos, siempre encontrarás dónde y cómo aprender.
Tu mejor carrera está por hacer. Sí, aquella, en la que, calzando sandalias nuevas te revistas de valor para emprender caminos, proyectos, ignorados todavía por tí pero que, sin duda, la gran noria de la vida te irá guiando en un descubrir firmamentos donde prender rutilantes estrellas.
La jubilación no es un punto final, sino un punto y seguido más de los muchos que componen el mapa de nuestra existencia. Alégrate, pues, por vivir este día. No hay finiquito por los buenos maestros.
Cítara en mano clama el Rey Salmista, tras la victoria: Alabad con júbilo a Dios toda la tierra/Alzad los cánticos, las ovaciones y los salmos... Maravilloso final para una vida de luchas, cuya mejor batalla empiezas hoy. Felicidades también a tantos otros maestros/as que en estas fechas relevan la antorcha y, sin perder marcha, siguen en el tajo.



16 jun 2010

Maestros con pedigrí

(Algunas frases resultarán repetidas en este blog, pero creo que  todavía falta mucho por entender en el magisterio)

DIARIO CÓRDOBA

Un maestro/a debe dejar huellas pero con el signo de la individualidad y libertad

Se aproxima el final de curso, fechas en las que las evaluaciones comen a los profesores y hacen temblar a los alumnos. Desde mi punto de vista, y así lo he practicado siempre, es necesario que demos oportunidad a los alumnos para que ellos también evalúen nuestra gestión como profesionales.
Tal vez pueda resultarnos muy drástico el procedimiento pero yo creo que hay que afrontar la realidad y saber cómo nos ven, cómo nos sienten... Ellos y ellas son, sin duda, el mejor espejo donde mirarnos y descubrir tanto nuestros defectos como nuestras virtudes.
Hace unos años escribí para una revista portuguesa un artículo con este mismo título, maestros con pedigrí, porque, efectivamente, como para todo, se precisan cualidades naturales, raza para ejercer de forma exitosa el magisterio. No se trata tan sólo de más o menos estudios sino de ese sexto o séptimo sentido para saber, intuir el qué y el cómo actuar. En dicha revista citaba mis principios básicos para rotular en nuestro brillante título de maestros:
Un maestro jamás debe humillar a un alumno y mucho menos delante de los demás alumnos. Un maestro siempre debe prever una salida airosa para cualquier tropiezo, o excusa de los alumnos.
Un maestro jamás debe intentar hacer de los alumnos una copia de sus ideas, gustos, etc.
Un maestro debe olvidarse de la suma porque jamás un alumno más otro darán por resultado dos.
Un maestro no puede ser "sastre" de talla única porque no hay vestidura válida para dos.
Un maestro jamás debe quedarse en la superficie, anatematizando el "oleaje" sino que su mirada debe profundizar en las inmensas maravillas de los fondos.
Un maestro es, y no puedo extenderme más en este espacio, el hombre o la mujer que tolera, acompaña y, sobre todo, ama a sus alumnos sin excepciones.

16 may 2010

PRIMERA COMUNIÓN




PRIMERA COMUNIÓN
A mis nietas Ángela e Isabel María
Por fin llega el día tan esperado por toda la familia pero sobre todo, para vosotras, mis queridísimas nietas Ángela e Isabel María: El día de vuestra Primera Comunión. Esta mujer que, tras ser madre y maestra, ha descubierto que nada hay más hermoso, conmovedor y tierno que ser abuela, no lo podía pasar por alto sin dedicaros públicamente, como lo hice el día inolvidable de vuestro nacimiento, unas palabras, nacidas de los más puros sentires de mi corazón.
¿Quién es y dónde está Dios? –me habéis preguntado en numerosas ocasiones-, y no solo vosotras sino también vuestros padres y hermanos. Repetida y trascendentes preguntas para todos los seres humanos, preguntas que, por otra parte, ni yo, ni nadie podrá daros porque a Dios, desde mi punto de vista, no se le define; se le siente. No se le busca; se le encuentra.
Pocos años los vuestros para entender tales cosas pero hoy, con la pureza a flor de piel, vais a dar el primer paso hacia un compromiso que iréis desvelando con los años: Comulgar significa aceptar, sin reservas, el maravilloso Mandamiento del Amor, aceptarlo, compartirlo, prodigarlo sin reservas a favor siempre del pobre, del marginado, del indefenso…
Sí, izar velas y remar, a consta del viento que sople, contracorriente si fuera necesario, pero enarbolando en proa la bandera de la paz, justicia, tolerancia… La bandera blanca del amor por todos los seres humanos sean del color que sean y vengan de donde vengan.
Así, sólo así, habrá tenido sentido este gran día en el que, mis lágrimas, una vez más, sellarán la felicidad y agradecimiento a ese Dios que ya tan niñas os preocupa no verlo, no entenderlo.., en tanto que a vuestra abuela, le basta volver la vista atrás para encontrarlo en cada paso de su vida y al que hoy, una vez más, mis preciosas niñas, doy gracias por dejarme ser testigo de este nuevo amanecer en el que vosotras, mis nietas, fruto de una cadena de amores, blancas, radiantes, rodeadas de lo más valioso que tenéis, la familia, lo vais a recibir por primera vez.
Rotulad este día en vuestro corazón y no lo borréis jamás.





La escalada del caracol

  (DE MI OBRA RELATOS EN UN TRIS

Un caracol, incansable, trataba de escalar una pared. A cada intento, resbalaba y caía. No obstante persistía sin pausa y sin tregua.
Una tortuga que lo observaba dijo: ¡Pobre caracol! ¡Cómo pierdes el tiempo! ¡Mírame a mí! Camino despacio, pero avanzo. Tú, en cambio, estás siempre en el mismo sitio.
¡Es verdad! -exclamó el caracol- No avanzo mucho, pero en mi caminar hacia las alturas, puedo contemplar, a veces, las miserias de las cosas de abajo. Además, voy conociendo, poco a poco, el color de las estrellas. Tú, caminando siempre, casi a rastras, por la tierra, poco o nada sabes de cumbres. De ahí que yo, aunque caiga, vuelva a intentarlo.
La tortuga, sonriendo, exclamó de nuevo: ¡Con qué poca cosa te conformas
Sucedió que un golpe de viento volvió a hacer caer al caracol en el preciso momento en que un caballo, que galopaba por allí, pisó a un tiempo al caracol y a la tortuga.
En su agonía la tortuga lloraba y repetía: ¡No quiero morir, no he llegado a mi destino!
El caracol, moribundo dijo: Te olvidaste de la fragilidad de los caparazones.
La tortuga rogó: Dime, al menos, por favor, de qué color son las estrellas.
En un último suspiro, el caracol, sonriendo, exclamo:  Son bellísimas pero incoloras.

30 abr 2010

Mi néctar de la vida




1
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HOY, en este poyete de la plaza, frente a la escuela, quiero recordar al viejo Miguel.

Aquí se pasaba el día esperando a que su nieto, aquel pequeño de babero blanco, saliera del colegio. ¡Sólo un día faltó!

Y el pequeño, palomita blanca, con la cartera a rastras, al verme, exclamó: ¡Se ha muerto el abuelo!

Ahora lo recuerdo y, en sus ojos ruinosos, una mirada opaca que no obstante, sonreía. Y unas palabras siniestras en sus labios secos: Niña, ¿yo qué hago ya aquí?

Sí, comido de arrugas, comido de achaques... ¡Sólo un día faltó!

El día que dejó el poyete, nos dejó a todos y se fue con DIOS.

2
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ESTA tarde he descubierto lo rica que soy: cuando tengo sueño, me espera una buena cama; cuando tengo hambre, siempre encuentro pan, cuando busco paisajes, mis ojos se alargan por el panorama de tierra y cielo que se otea desde mi terraza y, por si fuera poco, gorriones que me revolotean y una cometa que juega en la mano de un niño en este atardecer de suave viento, de cielo rosado, brillante, espectacular...

¡Qué rica de verdad soy! Tengo alimento, confort, paisajes, pájaros y... ¡Qué maravilla: la magia de una infantil cometa!

3
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UNA noche, con una caracola en el oído, me quedé dormida. Soñé que era una ola chiquita y que jugaba con niños en la playa. De pronto, se levantó viento y me transformó... ¡sí, sí...! en ola gigante que rugía y espantaba juegos, arrasaba sueños, tornaba la alegría de los niños en árido paisaje de rocas, pedruscos, miedo, noche, frío...

Cuando desperté, me dije: Haré siempre lo posible por ser ola pequeñita; los niños, mi trabajo, mi sueño, mi vida, mi premio... jamás tendrán que huirme.

Sí, seré para ellos caricia. Sí, seré para ellos cuento. Sí, seré para ellos paisaje de sueños... Seré siempre lenguaje de olas pequeñitas.

4
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ME descubro, y guardo silencio, cuando un coche fúnebre se me cruza en el incesante tumulto de tráfico y gente que son las calles de la ciudad. ¡Un minuto de silencio, por favor! Descubríos, amigos, a ese último recorrido por nuestras calles, camino de sus largos pasos, y entre la gente que, durante muchos años, lo saludaron al paso.

¡Inclinad la cabeza, amigos...! ¡Un minuto de silencio, por favor!

¡Tan sólo un minuto...! ¡SILENCIO!
 
5
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¡POBRES seres humanos a la caza de la felicidad! La esperan mañana, pasado, el otro... La esperan regalada, gratis... Pero la felicidad sólo son momentos, y viven, y están... ¡claro que están!, pequeñitos, raudos, vertiginosos... en el transcurrir de los días.

Para mí, en este atardecer otoñal, en el poyo de este jardín, respirando el vaho mágico de esta hora, tierra mojada de un precoz chaparrón...

Para mí, en la hoja que cae, en el tren que pasa, en el papel que vuela, en el amanecer negro de nubes...Para mí, en el recuerdo de momentos vividos al rescoldo del amor...

6
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NO, la noche no es sueño. No, la noche no es muerte... La noche es un volcán de vida que me ruge y me galopa en el alma.

Yo quiero ser siempre noche, con media tajada de luna por cielo, con tambores nazarenos por arrullos, con semáforos que se encienden y apagan en jugueteos de sombras en el asfalto, con horizontes de brazos abiertos al purpúreo goteo de la alborada. ¡Luna lunera cascabelera!

7
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TE doy gracias, espírea, por tu espléndida floración. ¡Quién tuviera tu sencillez y aroma! ¡Quién fuera tan generosa y bella! ¡Quién exigiera tan poco y diera tanto!


8
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CUANDO salí, era noche, y los campos paraísos negros fundidos con el yermo horizonte. Cuando llegué, era día, y los campos alfombras de amapolas, margaritas, mariposas, pájaros...

No, no había milagro; sólo que yo ignoraba que, para ver la luz había, ¡claro! que esperar al día



23 abr 2010

EN ESTE DÍA DEL LIBRO




Para mis amigos en  este Día del Libro

DEL GORRIÓN QUE SALIÓ CANTOR


Érase una pareja de gorriones enamorados que decidieron anidar en las proximidades de una alameda, paraíso de pájaros cantores que, a todas horas, trinaban en un perenne concierto de melodías.
De la pareja de gorriones nació un alegre e inquieto pajarillo que, apenas podía sostenerse sobre sus débiles patas, cuando cada mañana y cada tarde, salía del nido y se aproximaba a la alameda para escuchar los trinos de los pájaros cantores.
Al regresar al nido, se repetía: "Seré un pájaro cantor. Aprenderé los trinos del ruiseñor y el jilguero, de la calandria y la alondra y volaré de árbol en árbol, saludando con mis canciones a todas las criaturas del Señor".
De este modo, y sin que sus padres lo advirtieran, el pajarillo se hizo cantor.
Un día, en sus primeros vuelos, se llegó a un grupo de gorriones viejos que descansaban en las ramas de un frondoso árbol.
-¡Soy un cantor, soy un cantor! - exclamó ingenuo y satisfecho - Puedo cantar como el ruiseñor, como la alondra o como el jilguero.
-¿Tú, un cantor? ¿De dónde te sacas tal majadería? -refunfuñó uno de los más viejos del grupo- ¿Acaso te crees más listos que los demás de tu especie? ¡Eres un vanidoso y tonto gorrión!
Pero el gorrión, sin escuchar los insultos que le propinaban, comenzó a emitir sus mejores trinos.
-No podemos consentirlo -dijeron a una los gorriones viejos- De seguir así de obstinado, tendremos que pensar en cortarle el pico. No obstante, y por anticipado, no estaría de más que le diéramos un escarmiento.
Y dicho esto se lanzaron sobre él, picoteándole hasta hacerle sangrar por todo el cuerpo.
-Esperemos que haya aprendido la lección. Sus padres tendrían que educarlo mejor. Así no se puede andar por el mundo.
Cuando el gorrión cantor regresó al nido, los padres, entendiendo lo ocurrido, le cortaron las alas.
Pero el pequeño gorrión, enamorado del sol, del aire, de la vida y de una tierna gorriona, desde su rama, seguía cantando, y sus trinos, limpios y frescos como lluvia de otoño, corrían por el bosque, acariciando sueños, penas y alegrías de otros pajarillos que, en el silencio de sus nidos, dormían y vivían arrullados por tan dulces melodías.
Una tarde, los gorriones viejos, reunidos en asamblea, se pronunciaron:
-Este gorrión es un desprestigio para nosotros. No podemos consentir que se malogre la especie. Matémosle, mientras duerme.
El cuerpo del gorrioncillo cantor cayó al suelo una alegre mañana de primavera, cuando los campos eran rojos de amapolas y las manzanillas y azulinas matizaban de color el verde tierno de los sembrados, cuando su compañera, en éxtasis de amor, anidaba un par de huevo
Sucedió que, pasadas unas primaveras, una bandada de gorriones cantores plagó la alameda de valientes y maravillosos trinos. Y los gorriones viejos, con las alas en la cabeza, exclamaron:
-Pero, ¿no acabamos con el osado cantor? ¿En qué hemos fallado? ¿De dónde que se haya multiplicado? Estudiaremos, buscaremos y encontraremos otra mejor fórmula de extinción.


Nadie, jamás podrá sofocar la singularidad, la creatividad… Porque sola se multiplicará como las olas del mar, como las arenas en las playas…

18 abr 2010

ANIVERSARIO V

Una noche más, he soñado contigo.


Sí, quería que camináramos en sueños por sendas que no están en los mapas, sendas de agua y cielo en la paz mágica del universo, trono de música, y nubes.
Sí, quería ahuyentar el miedo de los secretos,
Y que, al despertar en la mañana, regresáramos al flujo de la aurora,
 a la gota del rocío, a la rosa en la rama...
A nuestros horizontes de siempre
al ritmo tan sólo de una seductora melodía.
¡Vega, amor, sueña conmigo!
¿Te das cuenta que también el jardín se duerme y coquetea
y con la blanca luz de la primavera?

¡Escucha, escucha la voz, triste latir, del jilguero!,
y el murmullo de las hojas que caen
arrancadas por la ruda mano del otoño,
y el susurro de la fuente, aliento fresco de besos yermos,
y un fatigado rastro de huellas sobre el albero...
¡Escucha, escucha, amor, el quejido de los árboles desnudos!

Quiero decirte esta noche las palabras más bellas,
las palabras más sinceras...
las palabras más apasionadas y tiernas...

¡Venga! ¡Cógeme de la mano y corramos
por el rastro de la luna en el mar!

¡Venga! ¡Iza velas y huyamos camino del azul infinito
a ese lugar donde la luz brilla más.

¡Venga! ¡Hay ecos en la barca!
Hay fragancias, melodías y, ¡tantos sueños!

¡Rema, rema; no te detengas!
Quiero allí, mar adentro, soñar y soñar...
Quiero que, esta noche, bajo las estrellas,
en el vaivén del mar,
tus manos, olas suaves en caricias,
vuelvan a ser mi brisa, mi latido… Mi canción.
Deja que me siente a tu lado,
mientras las horas, rumbo al día,
avientan la barca en el silencio de las palabras...

¡No te vayas, mientras duermo!
!Rema y canta en este paréntesis,
nube que se alza en el universo de mi fantasía!

Y si te vas, deja el perfume de una rosa engarzada en mis cabellos
para que, si mis alas retornan a tierra con la madrugada,
te pueda seguir acariciando en las telas de mi almohada.

¡Anda! Tan solo por una noche más, déjame estar contigo.

8 abr 2010

ANIVERSARIO IV



Tiéndeme una mano desde el azul infinito
donde, celestial y divino, yo te sueño.

Tiéndeme una mano en esta soledad...
de nubes, pájaros, cielo...

Y en ésta mi nada que empieza a ser polvo
en la orilla de todas las playas.
Porque noto el vómito de mi alma
que, en rebeldía, se somete
al implacable arcaduz del destino.
Se me murió la alegría cuando creciendo en palabras
y acariciando ternuras, me sorprendió la premura
de un crepúsculo, trotando por los montes despejados de mi corazón.

Y son las siete de la tarde, y en mi paseo por la playa
voces del más allá reverberan en las polillas de mi cabeza
¡Allí, allí, en el infinito! -dicen-

¡Cuando suba la marea, volverá!
Faro rojo, faro verde...
el puerto, el paseo, la playa
niños que juegan
estatuas de agua, olas...
¡muchas olas!
¡venga olas..!
y yo, noche de mar...

sola, SOLA ...



7 abr 2010

Aniversario III

Ven, Amor

Ven, amor,  a este silencio,
memoria blanca, de monte y viento.

Ven aquí, junto al pozo,
bajo el árbol grande
que fue semilla en tus manos.

Ven, amor, que yo,
como niña obediente,
cada día vengo a buscarte,
porque tú, ¿lo recuerdas?
una y otra vez me lo ordenaste:

Cuando falte, cuando me vaya,
no lo dudes: volveré.
Allí, bajo el pozo,
bajo el árbol grande.
sí, allí, justo allí, espérame.

22 mar 2010

Aniversario II



Tu fotografía


Mis labios te buscan
en el frío cristal de una fotografía
que bajo mi almohada duerme.

Y allí el cálido tacto de tu piel
que me sigue ardiente... vivo
y como si reencarnado en el papel
me devolvieras mis sueños
mis infinitos deseos
de fundirme contigo.

Sí, allá en el universo,
donde yo sé que me esperas
donde mi nada junto a la tuya,
seguiran sumando sueños.

Un beso, dos besos...
Una vida de besos
en el frío cristal de tu fotografía.

Esa es mi otra vida.

12 mar 2010

ANIVERSARIO I

Queridos amigos: Al aproximarse el veinte aniversario del hombre que fue mi compañero durante veinticinco años, quiero compartir con vosotros, mis generosos seguidores, unas sencillas, y tal vez malas poesías -soy consciente de ello-, salidas del corazón más, mucho más, que de técnicas y modernismos. En ellas quiero expresar algo de lo que siento y cómo lo siento. No sé si lo conseguiré pero, al menos, quiero intentarlo como mínimo homenaje a su memoria.



Con sus manos entre las mías, con su beso en mis mejillas, nos despedimos para siempre.
¡Qué solo se quedó el mundo para mí!
La primavera fue testigo


TE RECUERDO


Te recuerdo en el amor primero
que nos nació en los trigales
de un pueblo en primavera.

Te recuerdo en el amor que
nos creció con la sabia dormida
del otoño en los jardines.

Te recuerdo en el amor
rescoldo de inviernos
palpitantes en historias de futuro.

Te recuerdo, no como pasado.
Te recuerdo mi presente, hoy,
y te recuerdo mi vida, hoy,
Y te recuerdo mi amor, hoy.
Faro, luz blanca,
lazarillo de mis torpezas...
SÍ, también, hoy. .

No, tú no eres memoria
tú vives conmigo
entronizado en la enramada
de cada aurora,
de cada ola,
de cada sueño...

Tú y yo seguimos proyectando sombras en el albero,
Y seguimos marcando huellas en la arena.
Y seguimos eclipsados en el crecer de la luna
Y seguimos caminando entr abrojos y estrellas,
porque el amor que te tuve, que te tengo,
cirio flameante en día sy noches,
más que le pese a la muerte,
jamás encontrará viento que lo sofoque.
Jamás, jamás mientras yo viva.

9 mar 2010

SER MAESTRO/A


En fechas pasadas se ha celebrado en Andalucía el Día del Maestro, día que por cierto prácticamente pasó desapercibido, aunque no tanto para los maestros y alumnos, dado que fue día de vacación y, sinceramente, creo que si hay día que celebrar y divulgar por todos los medios debería ser precisamente este dedicado a homenajear la figura del maestro, el trabajo del maestro, tan básico, necesario y trascendente.

Es por eso que a maestros y maestras, artífices del futuro, sembradores de sueños que culminarán en realidades no muy lejanas, les dedico este espacio con sencillas reflexiones plasmadas en una de mis obras y dedicada al magisterio.

Ser maestro es, ante todo, entender que los alumnos no son sumandos de una suma. Luego jamás se les podrá aplicar el signo del igual.

Ser maestro/a es ser manantial de donde fluya la ilusión y el amor como agua fresca donde todos los alumnos, sin excepción, puedan saciar su sed.

Ser maestro/a es tener capacidad de inventar la escuela cada día, de crear el hábitat donde todas y cada una de las "plantas" encuentren su microsistema para crecer y multiplicarse.

Un maestro debe metamorfosear en sueños todo lo que pasa por sus manos porque ser maestro/a implica, incluso, sacar de la nada.

Cuando un alumno se torna silencioso, su maestro debería echarse a temblar porque ese discurso es una vociferante acusación a nuestra posible sordera.

Para un maestro no debería importar tanto la lección como la ilusión de cada día.

Si los alumnos son copia de sus maestro, ¿qué mostrarán cuando se les exija el original? Convertir la enseñanza en maratón es, sencillamente, convertirla en fracasos.

Finalmente: El alma de un maestro/a debe ser tan universal que no haya puertas cerradas a nadie, a nada, sino cielo despejado donde, luzcan el sol de la esperanza, en las mañanas, donde luzcan estrellas y lunas en negras y desérticas noches.

11 feb 2010

NUEVA OBRA: MI AMIGA PROSTITUTA



Esta novela nos presenta la historia de dos mujeres a las que el azar, como mano implacable del destino marcará a lo largo de ambas vidas, tras un primer encuentro fortuito en la infancia y en la sociedad de la posguerra tan radicalmente clasista. Lucrecia, hija de una “mujer mala”, hija del pecado, carne de infierno, niña anatematizada, despreciada y humillada. María, hija de un emblemático médico de pueblo, querida y respetada
Una y otra vez, el tiempo y las circunstancias las distancian pero repetidamente vuelven a encontrarse en situaciones tan dramáticas que enervan y sobrecogen al lector, dado su gran realismo que si bien se trata de una novela de ficción, su transfer a la realidad de tantas mujeres de hoy día, obligadas a prostituirse, sometidas a malos tratos, marginadas y condenadas por sectores puritanos e intolerantes, no es pura casualidad sino resultado de la hipocresía reinante en una sociedad que sigue clasificando y calificando por el color de la piel, por la cuna o por cualquier accidente que no concuerde con los principios preestablecidos como normas morales. Concluye la autora: No somos diferentes, no es el otro, la otra, el culpable, el que debe cambiar. Somos todos que con variopintas caretas creemos engañar y engañarnos prostituyéndonos, a cualquier precio, por lograr beneficios políticos, sociales, económicos o simplemente por placeres carnales que damos en llamar libertad sexual.
Mi amiga prostituta –dice la protagonista- aquella niña de la calle del Río, la hija de una mujer mala, Lucrecia, no era diferente a mí; tan sólo era la otra, aquella que responde por los pecados de todos, la réproba… la contaminada, y yo la honorable, respetada, querida, aceptada. No obstante mi prostitución fue de mucha más baja calidad que la suya. Para ella, una especie de supervivencia en un mundo que le tenía cerradas todas las puertas; para mí, placer por placer.
Novela que no dejará indiferente a nadie y que, desde las primeras páginas mantendrá y elevará el interés del lector, motivado, in crescendo, por la apasionante vida de estas dos mujeres.

31 ene 2010

Dos cuentos de una de mi obras.


El gorrión y el arbusto

Un gorrión, en su débil vuelo, se detuvo en la rama de un arbusto.
La rama, molesta, se quejóVete; pesas mucho. No puedo soportarte.
El gorrión, levantando el vuelo, exclamó: ¡Perdona, perdona! No había reparado en mi peso; sólo en tu fresca sombra.
Y se alejó.
Poco después, un fuerte viento zarandeó al arbusto de tal manera que sus ramas
barrían la tierra y muchas de sus hojas, arrasadas por el huracán, volaban en
vertiginosos remolinos.
El gorrión, cobijado en el alero de un tejado, observaba al arbusto. Cuando
pasó el viento, se acercó a él y le dijo: ¡Cuánto he sufrido viéndote azotado por el huracán!
¡Qué equivocado estás, pequeño gorrión! -contestó el arbusto-. Soy fuerte. Tus
pequeños ojos han debido confundirme con alguna hierbecilla del campo.
Estaba hablando el arbusto cuando le crujió una rama y cayó al suelo.
¡Vete, vete! -gritó-. Ya te dije que me hacías daño con tu peso. ¿Quién
reparará el mal que me has ocasionado?
El gorrión, sin contestar, se dijo: Buscaré para descansar un árbol fuerte. Está visto que los presuntuosos, necios y, sobre todo, "pequeños" además
son un peligro.


El árbol y la sombrilla


Un árbol gigantesco le dijo a una sombrilla que, colocada bajo él, proyectaba una pequeña sombra en el césped: ¡Hay que ver lo inútil, lo ridícula, la poca cosa que eres bajo mis frondosas ramas de frescas sombras.
La sombrilla no respondió, pero, cuando llegó el mediodía, un sol rabioso caía
sobre el césped sin sombra alguna del árbol.
Unos caminantes, al descubrir la sombrilla, se colocaron bajo ella,
manipulándola hasta lograr la sombra deseada.
Y se quedaron allí a descansar.
El árbol y la sombrilla se miraron.
El árbol guardó silencio. La sombrilla sólo dijo: Es verdad que soy pequeña, ridícula, absurda.., pero, ¿has visto? ¡pueden moverme! ¡Mi sombra es flexible! Pequeña, sí, pero manejable para quién l necesite.

12 ene 2010

LA BELLEZA

¡QUÉ INSÓLITO Y BELLO PAISAJE EN ESTOS DÍAS!
La belleza sólo es comprendida con el espíritu. Nos podemos confundir porque irisada puede aletear ante nuestra atónita mirada perdida en la materialidad de las cosas.
Pero la belleza que así se muestra tiene tan corta vida que, antes de que se ponga el sol de un día, habrá muerto.

Sólo es bella y eterna la calidez que emana del corazón y se va proyectando allá donde alcanza nuestra mirada, nuestro destino, nuestra imaginación.
¿No os habéis fijado cuán bellos son los pasos del caminante, cuando sutilmente nos roza con el halo de su melancolía? Bellos y cálidos son siempre los pasos del caminante.

Porque la belleza que admira el mundo es el efímero fulgor de una estrella fugaz, pero la belleza que admira el sabio es armonía de la que sólo se percibe una suave brisa transparente que deja al descubierto el corazón palpitante del hombre.

La panorámica mas excitante para la vista es aquella donde pueden volar aves, brotar fuentes y reposar el caminante. Pero un campo vedado es como un erial por donde sobrevuelan nubes secas y vientos yermos.

Según vamos cumpliendo años nuestro concepto de la belleza va cambiando, pero al final podemos darnos cuenta de que volvemos a la etapa de niños. Es decir, la simpleza de una cometa que se eleva, por ejemplo, puede resultarnos más bella que el gran decorado que pueda ofertarnos el mundo.

La belleza es ante todo armonía. Si hay elementos disonantes, mejor eliminarlos. Son como ruidos que molestan y distraen. Buscad en todo armonía. Es más, sed vosotros armonía viva.

Cada amanecer contemplo la belleza de la alborada. Jamás se repite el paisaje, pero siempre se repite la armonía.

¡Cuánta belleza llevaré conmigo, cuando abandone este mundo!
Mis ojos rastrearon insólitos paisajes, y mi alma, llena de amor y agradecimiento, se elevó buscando respuesta. Sí, la hay; está en nosotros.

No dudéis en elegir siempre lo más bello: acertaréis porque la belleza no puede convivir con la maldad, mentira, hipocresía…

Todas las cosas y sobre todo las personas tienen su lado bello. Sucede que a veces, nuestra fealdad nos impide descubrirlo. Por eso, si empezamos por considerar nuestra propia belleza, nos daremos de bruces con la de los demás por muy escondida que se halle.

No todas las miradas, aún dirigidas en la misma dirección, saben ver qué hay más allá de una alborada. Miran pero no ven porque sus ojos buscan augurios que nada tienen que ver con la belleza, la paz, la esperanza que el nacimiento de un día nos comunica. Es como si una ceguera infinita les impidiera ver la luz del día.

5 ene 2010

Sentirse joven

Aceñas centenarias de Villa del Río

No es el tiempo el culpable de nuestros años sino el estilo de vida que elijamos y la actitud que tomemos, y la generosidad con la que vivamos y sobre todo, con la ilusión que seamos capaces de llenar los momentos de nuestra existencia.

SENTIRSE JOVEN consiste en ver la vida con optimismo real, saber amar a la gente, descubrir bellezas que hay en la naturaleza, gozar de la inocencia y risas de los niños.

SENTIRSE JOVEN significa soñar con un porvenir, tener ideales, pero trabajar en el presente; tener siempre algo que hacer, algo que crear, algo que dar de sí mismo.

SENTIRSE JOVEN implica también saber sufrir, pero nunca sentirse derrotado, saber levantarse cuantas veces se fracasa y confiar en la Divina Providencia.

SENTIRSE JOVEN es desconocer la ociosidad, forjarse un ideal sublime, nuevo, por el cual valga la pena de seguir luchando, hasta alcanzar la meta deseada.

SENTIRSE JOVEN es saber enfrentarse con los problemas de la vida y resolverlos satisfactoriamente, superar las decepciones, hasta lograr la victoria.

SENTIRSE JOVEN es reconocer los equívocos, no desanimarse nunca a pesar de una derrota dura, levantarse nuevamente para no volver a caer.

SENTIRSE JOVEN es ser prudente, tomando como experiencia las vicisitudes ajenas y encontrar un camino distinto hacia la propia felicidad.

SENTIRSE JOVEN es tener la satisfacción de lograr un ideal por sí mismo y sin perjudicar a los demás, lidiar para conseguir sus más caros anhelos.

SENTIRSE JOVEN es tener la cabeza llena de ideas nuevas que expresar; el corazón lleno de amor y felicidad, el espíritu de entusiasmo.

SENTIRSE JOVEN es demostrar la expresión natural del alma humana de estar bien con Dios, es la expresión positiva de la satisfacción y felicidad.

Y PARA TERMINAR
Seamos mayores con dignidad e independencia de la mutabilidad de las sociedades, porque somos algo más que modas y civilizaciones: somos personas que, como todas, corremos, como ríos, caminos de la mar, alimentados, eso sí, por pequeñas corrientes que nos siguen enriqueciendo en nuestro imparable caminar. No tengáis miedo, amigos, a la vejez, porque no debe ser tan fea como imaginamos. Será, si llegamos a ella, tal y cómo la hayamos construido.