Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

13 jun 2023

MENOS ES MÁS

 DIARIO CÓRDOBA / OPINIÓN

MENOS ES MÁS

ISABEL AGÜERA

Soy consciente de que no es la primera vez que abordó este tema, pero es que hay días –lo confieso- que siento necesidad de sumergirme en la nada y sentirla hasta donde me sea posible, y al respecto, cuando en la noche amainan los ruidos, cuando puedo abrir los ojos en oscuridad, libre de  toda imagen, noto que el verdadero sentido de la realidad emerge sin trabas a mi mente. Nos sobra mucho de todo. Vivimos inmersos en el tremendo agobio de no encontrar un espacio, por pequeño que sea, vacío. Nuestras vidas, nuestras casas, nuestro mundo han perdido todo tipo de belleza, humanidad, alegría… por el deseo consumista de tener mucho de todo, y de ahí el haber perdido también el gusto de gozar la armonía que puede ser la nada. 

“Menos es más” dijo el precursor del minimalismo, corriente artística contemporánea que utiliza la geometría elemental de las formas. El minimalismo por definición se refiere a la máxima expresión con la mínima construcción: equilibrio, silencio, simplificación al máximo de lo superfluo. 

Yo creo que se imponen unas buenas dosis de minimalismo a nuestras vidas porque, dónde hay superabundancia, aparecen disonancias pretenciosas e irritantes. 

Simplificar la vida conlleva el convencimiento de que son muy pocas las cosas verdaderamente necesarias, y más aún: ver y entender que todo lo que sobra afea. 

La ley seca del arte -Ortega y Gasset- es ésta: “Ne quid nimis”, nada de sobra. Todo lo que es adorno, todo lo que se puede suprimir sin que lo esencial se resienta, es contrario a la permanencia de la belleza, y  en nuestra sociedad, tan barroca de necedades, mentiras, hipocresías, resulta casi imposible descubrir el encanto de un valor tan necesario como es éste de eliminar tanto sobrante en nuestras vidas para dar paso a la creación de espacios despejados, vacíos donde se restaure la humanización, el respeto, la comunicación, porque tanto exceso nos impide gozar la sublime  belleza de la nada.

 “La vida es realmente simple, pero nos empeñados en hacerla complicada”. CONFUSIÓN



9 jun 2023

SER MAYOR CON DIGNIDAD

 SER MAYORES CON DIGNIDAD


3.1. BREVE RELATO

Un hombre septuage­nario gustaba de rodearse de  hombres más ancianos y deterio­rados que él. Entre ellos se sentía joven, docto, deseado, querido... Se decía: ¡Pobres viejos! ¡Cómo me ne­cesitan! Sin mi edad, salud y pa­labras, ¿qué sería de sus horas?

 Sucedió que un día se llegó hasta ellos un joven. Dirigiéndose al grupo, exclamó: ¡Buenos días! ¿Podrían de­cirme la hora? El hombre septuagenario se apresuró y con torpe diligencia fue a sacarse el reloj del bolsillo, cuando éste se le cayó.  

Lo siento, abuelo -dijo el jo­ven, al  tiempo que con apremio recogía el reloj del suelo-. ¡Mala pata, abuelo! ¿Se le ha roto?"

Y se alejó repitiendo: Lo siento, lo siento, abuelo... 

Cuando el joven se distanció, el hombre septuagenario exclamó malhumorado: ¡Poca educación! ¡Poca ver­güenza la de estos jóvenes de hoy! ¡Qué poco respeto y qué forma de tratar a los mayores! 

Los demás ancianos guardaron silencio pero en sus corazones no había reproches: ellos habían asumido el ser  "abuelos".

La dignidad de ser mayor es algo así como una hermosa prenda que ilumina oscurida­des y crea rescoldo que calienta manos de seres humanos ateri­dos por el desaliento, angustia y agobio que les puede producir el paso del tiempo. 

Y es que debe ser triste, muy triste, el vacío que nos puede ir dejando el pasado, si no fijamos en él la memoria mejor de las co­sas.  Los instantes que fuimos felices en una casa, con unos juegos, con una familia, con amigos, con una rosa, con un sueño...

La vida, con el paso de los años, inevitablemente, se va transformando  en montón de pérdidas donde, no obstante, palpitan hermosos retazos de felicidad. 

Buscad y veréis como encontráis el árbol de siempre, el camino de ayer, la fidelidad a las cosas im­perecederas, buscad y encontra­réis palabras, ecos que os devol­verán la memoria tal vez perdida de las cosas, buscad y aparecerá el índice del pasado que os remitirá a la salvación en momentos en que la luz de vuestra "casa" se apague y os quedéis a solas con el viento, la noche y el crujir de viejos tejados.   

No es el tiempo, ni la edad los culpables de que seamos o no "abuelos". No, somos nosotros mismos, cuando borramos del almana­que nuestro cumplea­ños, cuando nos molestan los cam­bios, cuando seguimos afe­rra­dos a una juventud que se nos fue...


CÓMO LOGRAR ÉXITO Y DIGNIDAD A PESAR DE LOS AÑOS. 

Como  hemos venido diciendo, el envejecer no es algo que ocurra de un día para otro, por muy puntuales que sean los acontecimientos, como la jubilación, casamiento de los hijos, etc. Se envejece día a día, dependiendo de nosotros, en gran parte, el retener e incluso retardar el proceso o en cualquier caso caminar de cara a  él de la mejor manera que esté a nuestro alcance. Cuanta más capacidad  tenga el individuo para desplegar un discurso sobre su propio envejecimiento con conceptos realmente positivos, mayor será la posibilidad de proteger su autoestima, y de asegurarse envejecer exitosamente. 

Conclusión: El envejecimiento digno y exitoso es un trabajo diario, es trabajo feliz, es un trabajo productivo que logra un enriquecimiento único y especial, que se define en términos de bienestar propio y satisfacción subjetiva, y que trasciende la edad biológica. 

El camino a recorrer para lograr el éxito deseado de cara a nuestra “mayoría” de edad, se basa en tres pilares a los que vamos a dedicar atención e información. Pilares de orden biológico, psicológico y social


  1. Disminuir la aparición de enfermedades.  (Factor biológico)
  2. Mantener, y en lo posible acrecentar, la actividad económica e intelectual.   (Factor psicológico)
  3. Mantener un compromiso con los otros y con la vida. (Factor social)

Analizaremos cada uno de estos factores:


7 jun 2023







 Miércoles 7 de junio de 2023

Buenos días, amigos: sencillamente emocionada con vuestra autoevaluación del tiempo que llevamos, trabajando juntos. ¡Para que alguien diga que las Redes Sociales solo sirven para cotillear y perder el tiempo!

Con vuestro permiso, voy a ir publicando vuestros escritos. Si alguien no quiere que aparezca su nombre

Y, bueno, hoy nos despedimos del Suplemento de Educación en el periódico, que no aquí, por vacaciones.


MAESTROS

¡ALERTA, PADRES!

ISABEL AGÜERA                              

  Es curioso observar la habilidad de los niños para manejar el mouse de un PC. o sencillamente, un móvil. Parece como si hubieran nacido con ellos debajo del brazo. Internet le ofrece todo tipo de páginas de contenido tan  sumamente atractivo que es casi imposible resistirse a ellas. Pero en medio de la maraña de buenos sitios, la Web, como toda telaraña, también cría seres ocultos, negros, garras  infernales para los pequeños que presas fáciles caen en ellas con efectos irreparables. No hay que esforzarse mucho para descubrir con cuánta facilidad personas anónimas con ideas perversas pueden estar manejando los finos hilos de la sensibilidad de nuestros hijos, ahí, en el hogar, junto a los padres que ajenos a tantos y tan  graves problemas se desentienden de sus chicos que pasan horas conectados a la red.  

Y no son historias leídas de sucesos lejanos, no, yo misma comprobé hace años, con inmenso dolor, los cómodos caminos que proporcionan acceso y comunicación con niños desde pocos años. Sí, me bastó  entrar en canales del chat, que los había para niños y, pasando por uno de ellos, obtener conversaciones sexuales, intercambio de fotos - engañosas por parte de los mayores - e incluso buscar encuentros cara a cara con chicos ajenos al riesgo que se exponen.Y es que tras las brumosas aguas de la Red, los peligros son inmensos que, en constante bombardeo, se superpone con total  desvergüenza en los mensajes que se cruzan los pequeños y que de forma explícita o subliminal penetra y anidan en las regiones más primigenias del cerebro humano, creando adicción a un sexo generador de aberraciones, agresividad, violencia... 

Si esto le sucede a un adulto, tal vez pueda digerirlo, pero  cuando el que está ante la pantalla es un niño, las puertas del engaño, el daño físico y mental se agitan y puede ser irreparable. 

Hace unos días la noticia la oí en un telediario: cada vez con menos edad, los niños acceden a contenidos pornográficos.  Mi reflexión, mi indignación y mi súplica no son otros que invitar a los padres a comprobar, mediar y, sobre todo, no dejar a los hijos solos ante tamaños peligros, porque, cuando no quieran salir, ni ir de vacaciones, ni relacionarse con la familia, ni estudiar, etc. será demasiado tarde porque la adición supera toda propuesta.

Alerta, padres, madres, abuelos, etc. evitemos que lo que más queremos y nuestra primera responsabilidad, se convierta en un  esclavo complaciente de estos Medios.


1 jun 2023

DE MÍ NOVELA BUSCANDO EN LA VIDA

CINCO Y MEDIA DE LA TARDE.  Hace algo de calor. La hierba del jardín de arriba está fresca y crecida. Los celindos se doblan en guirnaldas que rozan  la tierra en caricias de olores y pólenes. Cerca, el gallinero, la fuente grande con la mujer  de mármol manca y desnuda,  y cerca, muy cerca, marañas de rosales de pitiminí. ¡Qué bien huele! Me busco un escondite entre las enredaderas y con mi chocolate de la merienda entre las manos noto una extraña felicidad... Sola. Sí, siempre sola, notando cómo me  crece la vida por dentro y agiganta mi alma de niña que, sin respuestas, sigue y sigue imparable, intuyendo, descubriendo, en un vaivén de mareas que no cesan de dar a luz sentimientos, que también  palpitan entre el verde del jardín y el azul limpio del cielo.

Mi hermana Blanca, guapa, alegre, simpática, graciosa, irresistible para todos, vocea: ¡Vámonos a  merendar a la hierba! ¡Tengo una idea!

Y  los siete  hermanos que somos en un divertido corro de rutinaria merienda, expectante a la sugerente y sorpresiva  idea de Blanca, torrente de precoz y picaresca adolescencia, escuchamos  embelesados: ¡No vale comerse todavía el chocolate! ¡Vamos a hacer una cosa! Yo cierro los ojos y voy pasando la mano. El que quiera más al Niño Jesús que me dé su chocolate. Entre risas, palabras, gestos... mis hermanos abandonan de una espantada el asalto fortuito a su legítima merienda. .Con los ojos cerrados y la mano extendida, Blanca persiste estática frente a mí que  noto un escalofrío que me  fluye imperativo, y  me come en urgencias sin que sepa entender dónde me nace  su vehemencia y por qué no amaina un instante y me deja en la libertad de mis sueños en la hierba.

Sí, yo, yo soy la que más quiero al Niño Jesús. ¡Ni un día le faltan  mis flores, mis caricias, mis besos! Él, tan niño, es siempre mirada que me sigue en mis torpes pasos por las horas largas de los atardeceres en el jardín, destino favorito de mis sueños. Sí, yo soy la que más quiere a los gatos, y a las gallinas y al miedoso frailecillo de la veleta, y a la mujer manca y desnuda de la fuente, y a los niños pobres y a la vieja Anica… ¡Yo soy la que más quiere siempre! Mi chocolate, pues, ya tiene destino: la mano de mi hermana Blanca. 

Mis hermanos se ríen. Repiten, siempre repiten: Carlota es tonta de remate. 

Vuelvo a mi escondite. Lloro. ¿Por tonta o por mi chocolate? Sólo sé que lloro. La mujer de mármol, manca y  desnuda, y yo somos lo único ya del jardín de arriba, y las gallinas que en perezosos cacareos se balancean en los palos del gallinero, bajo mi ingenua mirada de compasión. Tengo miedo de salir, de andar... de mirar a la mujer de la fuente manca y casi desnuda.  Ella lo ha visto todo. ¿Y si también se ríe?  ¿Y si me llama también tonta de remate?  

Es martes y he cumplido ya diez años. Luisa, con picaresca sonrisa, dice que pronto voy a ser mujer. No entiendo a Luisa, pero no quiero  ser de mármol ni quedarme manca ni desnuda. No, no quiero ser mujer, pero quisiera tener alas y volar, pero, ¿dejar a mamá? No, no puedo volar. A lo mejor otro día.