Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

24 jul 2014

(De mi obra "ÉL ESTABA ALLÍ)


Un árbol gigantesco le dijo a una sombrilla que, colocada bajo él, proyectaba una pequeña sombra en el césped: ¡Hay que ver lo inútil, lo ridícula, la poca cosa que eres bajo mis frondosas ramas de frescas sombra!
La sombrilla no respondió, pero, cuando llegó el mediodía, un sol rabioso caía sobre el césped sin sombra alguna del árbol.
Unos caminantes, al descubrir la sombrilla, se colocaron bajo ella, manipulándola hasta lograr la sombra deseada.
Y se quedaron allí a descansar.
El árbol y la sombrilla se miraron. El árbol guardó silencio. La sombrilla sólo dijo: Soy pequeña, ridícula, absurda..., pero, ya lo has visto: soy adaptable; mi sombra no tiene horas.
POSTAL DE VERANO


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