Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

23 jul 2014

El señor del jardín

(DE MI OBRA "UN CIELO PARA GATOS")


Sí, con sus pies torpes, sus infinitos achaques, sus noventa años, sus ojos pequeñitos, ensombrecidos  por impenetrables cataratas, él era, porque yo así lo veía, el Señor del Jardín. Bien vestido, aristócrata de gestos, más que de palabras, borradas por un evidente Parkinson, colgado de una descomunal pipa, a todas horas y por cualquier camino o atajo del jardín, en todas las estaciones, por entre arbustos, paso de trenes, juegos de niños, corrillos de ancianos, o éxtasis en parejas de enamorados, aparecía aquel hombre de muchas y arcaicas  historias.
Recuerdo sus  torpes reverencias al saludarme, y recuerdo  aquellos sus ojos turbios donde siempre rutilaba una lágrima, clavados en los míos, mientras, entre temblores, trataba de contarme su pasado. Un pasado honorable del que no obstante se hacía patente una queja: Nueve hijos y, ¡cuánta soledad! Un día, el Señor del Jardín, se me fue para siempre. Alguien me miró al paso y exclamó: Ya entregó la cuchara
Apuntaba el otoño por las copas de los árboles, y había humedad en el albero, y soledad en los caminos, y nostalgia en el adiós a los trenes, y había un halo de tristeza que, como suspiro me caló el alma: ¡Mala pata! 
In memoriam escribí su nombre en una gran palmera, su árbol favorito. La llamé Palmera de los Besos porque cada día, cuando paso junto a ella, deposito un beso que mando al Señor del Jardín para que allá donde esté sepa que su recuerdo seguirá vivo en este su reinado de soledad. 
Y hoy, cuando de nuevo el sol empieza a tener tono precoz de otoño, una oración me brota del alma: Espérame, en ese otro jardín donde sin duda paseas en un aleluya que se expande por el universo. ¡Claro que lo oigo!

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