No hace mucho la
editorial CCS me publicó una obra titulada
“Diez Criterios para aprender a vivir juntos”. Hoy transcribo algunas frases de
dicha obra traducidas en “Consejos para
mis nietos” porque la convivencia me parece
muy interesante, y máxime cuando la televisión nos ofrece algo tan
desastroso como puede llegar a ser el
compartir una casa.
Recuerdo
aquella famosa frase de Martín Lutero: Hemos aprendido a volar como
los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte
de vivir como hermanos.
De ahí que sea necesario repasar nuestros
comportamientos de cara a los demás.
Hay que aprender a vivir con los demás, siendo personas respetuosas, trabajadoras, responsables,
educadas y consideradas pero, hay que
educarse para tal fin, porque no vivimos solos en una isla sino en la gran casa
del mundo. Y de vuestra gran casa, hoy, los familiares, compañeros y amigos son
los más cercanos y con los que a diario os relacionáis.
Así
que tomar nota de lo que os convenga de mis consejitos.
Si una persona os va a contar algo que ya sabéis,
no lo cortéis exclamando: ¡Bueno, eso ya
lo sabía yo! Dejad que los demás puedan sentir que os aportan algo.
Si una
persona se disculpa con una, mentirijilla, y conocéis la verdad, no lo
descubráis. Aceptar la disculpa y evitar que se sienta humillada.
Si un día
descubrís que alguie tiene un defecto físico o de familia, no preguntarle nada,
ni contárselo a los demás.
Si os
insultan, no respondáis con otro
insulto. Nada indigna más al insultante que el silencio por respuesta.
Si alguien tiene especial fe en
cualquier práctica, que no perjudica a nadie, no tratéis de demostrarle que
está equivocado, aunque lo esté. Sería como robarle un recurso que le ayuda a
vivir.
Si alguien comete un error, y es
consciente de ello, pero ya no lo puede corregir, guardad silencio, porque,
seguro que ya lo ha corregido.
Cuando encontréis a un
orgulloso, no discutáis con el. Será la mejor forma de que entienda el orgullo
de ser grande de verdad.
Continuará
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