Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

9 ene 2012

Pensamientos para el nuevo año




La vida, es una página en blanco que se nos entrega en el instante mismo de nuestro nacimiento. Hasta el día que somos capaces de pensar y decidir, son los demás los que escriben en ella, pero llega un momento, que, o cogemos la pluma y nos convertimos en protagonistas, lo cual nos será, paradójicamente, fuente de gratificación y dolor, o dejados llevar por la comodidad, aceptemos la letras que los demás sigan imprimiéndonos al ritmo de nuestros pasos. Esta actitud, antes o después nos exigirá estampar una firma de autenticidad que nos podremos ratificar con la consiguiente frustración.

La vida es un tren que pasa. Si no subimos a tiempo, si lo dejamos ir, nos quedaremos para siempre en la estación de espera. Y el próximo, al único que podremos acceder, será el tren de la muerte.

La vida es tan sólo un corto paseo al atardecer de un bello día. Bueno será volver la vista atrás por si a nuestro paso crecieron espinas.

En cuyo caso habrá que regresar, extirparlas y en su lugar sembrar rosas.

La vida, con el paso de los años, se va transformando en montón de escombros, donde, sin duda, palpitan hermosos retazos de felicidad.

Buscad y veréis cómo encontraréis el árbol al pie de la ladera, el camino de ayer, buscad y encontrareis palabras que, en ecos, os devolverán la memoria perdida de las cosas, buscad y aparecerá el índice del pasado que os remitirá a la salvación en momentos en los que la luz de vuestra "casa" se apague y os quedéis a solas con la silla de anea y el crujir de viejos tejados  

Romper moldes es un riesgo, pero sin comparación lo es más el pasar por la vida, corto paseo, sin colaborar a la creación que somos de un Dios que nos dejó una cuenta sin saldar: la de "recrearnos" con nuestras capacidades individuales, con nuestras cotidianidades... Con nuestro singular proyecto.

Cuenta pendiente que no hay que olvidar porque, al otro lado, se nos espera con sin deudas pendientes.
No, no se hunde la casa por una gotera, pero hay que “taparla”, mientras no sea incontrolable chaparrón, y cuando lo sea habrá que buscarle un buen “paraguas”, pero no se puede detener la vida: habrá que inventarla, habrá que sacarla de la nada, pero jamás entregar las armas.

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