Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

21 sept 2019

PADRES ANGUSTIADOS


 DIARIO CÓRDDOBA / EDUCACIÓN
PADRES ANGUSTIADOS
IABEL AGÜERA                        
La hiperactividad y el déficit atencional de los niños se han convertido en males de moda. Infinidad de padres angustiados acuden a foros, psiquiatras  en busca de ayuda  para males que  sobrepasan sus capacidades y que definen como nerviosismo imparable e insufrible. Pero empecemos por  definir brevemente la hiperactividad o lo que es más exacto de qué hablamos cuando se diagnostica a un niño de déficit de atención con hiperactividad.
Normalmente nos referimos a niños muy inquietos y a los que falta la atención y concentración de forma llamativa y continuada. Pero no confundamos la hiperactividad genética  -que es un problema del desarrollo del cerebro- con los síntomas normales en los niños, sobre todo cuando se produce dentro de una etapa de la vida infantil alrededor de dos o tres años, cuando por naturaleza los niños son movimiento y juego. Tampoco el que un niño sea de temperamento nervioso e inquieto tiene que ver mucho con la hiperactividad. La voz de alarma sobre un comportamiento especial, suele surgir  cuando se advierte un exceso de actividad inadecuada y que va mucho más allá de los niveles de producción normales de energía y  se traduce en falta de atención continuada, excesivo movimiento, gran impulsividad, etc. Factores estos que no sólo entorpecen el aprendizaje sino que exasperan a padres y profesores. Males de moda que no obstante tienen su explicación a poco que reflexionemos sobre algunas de las más frecuentes causas. Las nuevas tecnologías, dejándolas prácticamente reducidas a móviles y videojuegos, más  el poco tiempo que los padres dedican a los hijos, nos dan como resultado niños desmotivados, indiferentes a toda clase de propuestas, desinteresados por todo, nerviosos, sin más deseo, estén jugando o pensando en las jugadas, que  recluirse en sus  dormitorios para seguir jugando tranquilamente.
¡Alerta, padres! La luz roja está encendida. Vigilad, acompañad, dedicad tiempo a los hijos: lo necesitan. Los móviles, ordenadores, etc. son necesarios para el estudio y comunicación, pero no para que los niños estén silenciosos,   distraídos e indiferente ante todo. No los culpemos a ellos porque somos los padres los que, a muy temprana edad, le ponemos el móvil en las manos sin pensar que a partir de meses, el futuro de esos niños, sin duda, será una ludopatía imparable.


 



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