Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

13 mar 2016

Monólogo: la hora de mis relojes

 ¿Qué me quieres  recordar, mágico carillón que no cesas en tus horas?
¡Tam, tam, tam! La hora de levantarme.
¡Tam, tam, tam! La hora de acostarme.
¡Tam, tam, tam! La hora de repetir, ¡buenos días!  La hora de repetir, ¡buenas noches! La hora de repetir, ¡que aproveche!

¿Qué me quieres recordar, precioso cuquito que sales, cantas las horas y te escondes? ¡Cucú, cucú!
La hora del amigo que se van. ¡Cucú., cucú!
La hora de las mentiras. ¡Cucú., cucú!
¿La hora de las rutinas? ¡Cucú., cucú!
¿La hora de tragar saliva y seguir? ¡Cucú., cucú!
¿La hora de borrar una lágrima? ¡Cucú, cucú!

¿Y  siempre apaleando con vuestras  horas las manías inventadas, impuestas, exigidas, multadas…?
Y digo yo:  ¿y la hora de hacer el amor? ¡Ah! ¿Que de eso no habláis? ¿Que son pecados mortales? ¿Que son horas prohibidas? ¿Que el demonio, la bruja, el ogro… nos miran, nos ven,  nos señalan con el dedo nos apuntan, para, ¡plaf! al infierno?

¡Vaya, vaya! ¡Pues, no! No sois señores del tiempo, ¡del mío, no! Mi tiempo me pertenece sin horas, sin minutos, sin instantes inventados  para recordarme que en un tris, ¡hala! Punto final.
¡Bueno! Es hora de irme a la cama, ¿n? ¿Contentos con vuestros ruidosos avisos?
¡Adiós!



Me voy a la cama, sí, a soñar con aquel pueblo que me vio nacer, crecer... 
Sí, es mi casa de ayer, de hoy de mañana... 
Sin cucos, sin carillones, sin tiempo que solo ha logrado embellecerlo, hacerlo más grande.
¿Veis, señores del tiempo cómo no me asustáis?





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