Con esta visión desde mi escritorio,
¿quién se puede negar a crear, vivir, gozar?
¡Pues, eso, un mal día el de ayer domingo! Lo que sucede
con cl trajín de ropas a sacar, ropas a guardar: un lumbago de muy señor
mío. ¡Uf, qué horror al salir de la cama a las cinco y media, como cada día! Sudores, arcadas y más rígida que un palo.
Los domingos no abre mi cafetería
por lo que tengo que subir al coche y desplazarme unos tres kilómetros a una
gasolinera de café a todas horas. Algo me decía, estás loca, pero yo le contestaba: ¡Pues loca o no allá que me voy!
Y, bueno, ¡qué sorpresa!, un
romántico y meloso amigo medio escritor estaba también allí de paso de un largo
viaje. Me zampó dos besos y, ¡hala, café y conversación! Hablaba él, claro,
porque yo con mi lumbago estaba para pocas cosas: te leo en Facebook –me decía-. ¡Y cómo me emocionaban tus Confesiones!
Pero has hecho bien. Si eso te ponía melancólica, mejor dejarlo. Tienes
recursos para otras muchas cosas. Y, bla, bla, bla… ¡Tres cuartos de hora!
Hoy
he recibido un correo de él. Decía así: No
puedo olvidar el encuentro de ayer. Para
mí fue como eso que solo se ve en las películas: un maravilloso encuentro en la
posada de un camino en la lejanía de todo y en la paz de la hora y del lugar.
No se me va de la cabeza tu perfume, tu sonrisa, etc. etc. Añadía una
posdata: Escribe otra historia pero no nos dejes. ¡Madre mía! –me he dicho-. ¡Si
esto parece una oración! ¿Y qué hago yo ahora con mi lumbago a cuestas y
las expectativas de este devoto admirador?
Bueno, pues, sí, le he puesto unas letras: No te preocupes; algo escribiré. Gracias por tus amables palabras.
Y aquí estoy de lunes, con un cielo precioso que entra
por mi terraza, con mi lumbago, mis
artículos y resumiendo otras historias para este blog, que no puedo dejar para
que, al menos, la próxima vez que nos encontremos en la posada de la media
noche, mi medio escritor, me piropee por los siglos de los siglos. Amén. ¡Qué
cosas!
Así que, mis queridos amigos y amigas, me pongo a ello que, como dice otro amigo, tengo cuerda. Mañana, DM, quiero comenzar otro largo capítulo de mi vida, parte de mi biografía, muy interesante, me lo parece, pero cuyos recuerdos... ¡Ya veremos!
1 comentario:
Ese amigo tuyo tiene razón no dejes de escribir pues siempre animas a alguien aún que tu no lo sepas. Un abrazo.
Publicar un comentario