Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

1 ene 2016

Empieza el año


Crece este día nuevo del 2016, día de tal silencio y soledad que bien pareciera que un hada buena ha pasado por los hogares sembrando sueños de madrugada, pero las horas avanzan en este arcaduz imparable del tiempo, devorando el blanco sopor de la niebla. 
Y mis ojos, en nítidas transparencias, se reencuentran con el árbol al pie de la ladera, con el camino de ayer, con la memoria perdida de las cosas que fueron el presente feliz de mi infancia: crujir de tejados, maullidos de gatos, goteras en palanganas y cubos... Humo blanco, humo negro, humo a borbotones en fríos amaneceres, en ancestrales chimeneas con olor a pan caliente y a tortas de aceite, y perros callejeros, palomos, botijos, sillas, voces en el atardecer del jardín.
Y papá, y mamá, y mis seis hermanos y yo. 
Índice del pasado que me remite a un ayer que necesito hoy. Pero mi presente, éste hoy, uno del 2016, en mañana de niebla sigue siendo luz, aliento, rayo que me sostiene en surcos donde todavía es posible la sementera de una sonrisa, de una palabra, de una lágrima...

No, no hay fecha de caducidad para el amor. Hay, sí, cada cosa una vez; sólo una vez.
No, no puedo exiliarme porque, mientras note en mi frente el hálito de Dios, mi vida sigue.
¡Que repiquen las campanas!

¡Que diluvie un sol poderoso sobre mis áridos sueños! 

¡Que el rayo y el trueno rueden por montes y valles!
¡
Que el hada buena siga velando sueño; despiertos, también. 
Y que al despertar en este nuevo año, oigamos todos la voz del tiempo que ya es pasado, la voz del presente que nos repite: despierta, sal fuera y vive.

Amigos: el tren de la vida vuelve a pasar. Subamos en él porque no volverá a recogernos.



No hay comentarios: