Estos
días son un ir y venir de suegros y suegras. Aprovechando que así es me voy a
referir a lo que suegras y suegros jamás debemos hacer. Me voy a referir al
femenino porque si bien es cierto que todo es idénticos para el masculino, los suegros, por lo general, no tienen esa mala
fama, objeto de chistes y burlas, porque suelen ser más discretos e
involucrarse menos, creo yo. Por idénticos motivos me voy a referir también a
las nueras.
De todas
formas, a veces, las suegras, sin quererlo, y tal vez por ignorancia metemos la
pata. Veamos, pues, qué cosas, desde mi punto de vista, jamás deberíamos hacer.
§
Jamás hablar mal de la nuera a nadie,
aunque tengamos motivos; mejor buscar razones para alabarla.
§
Jamás, al llamar por teléfono, y si es
la nuera la que lo coge, preguntar directamente por nuestro hijo. Mejor, aunque
sea con él con quién tenemos que hablar, buscar primero una excusa para mantener
unas palabras con ella.
§
Jamás tratar de competir en comidas con
las nueras, de forma que provoquemos en los hijos aquello de, “mi madre lo hacía mejor”. Lo correcto será
alabar cualquier comida que hagan las nueras.
§
Jamás contar a los hijos cosas que nos
molesten de las nueras. Conseguiríamos discusiones entre ellos y en definitiva
lo que tenemos que propiciar es todo lo contrario: buen entendimiento y armonía
entre ellos. Los hijos conocen mejor que nadie a sus respectivas y también a
las madres.
§
Jamás intervenir, a favor de los hijos,
en una discusión. Mejor callar o buscar excusas parea las nueras.
§
Jamás llevarles un plato de postre o de
cualquier otra cosa, especificando que es para el hijo o hija. Si queremos aportar algo que sea para todos.
§
Jamás esperar, con quejas o reproches,
que una nuera se comporte con nosotros
como una hija; tampoco alardear de que para ti son iguales que tus hijos,
porque es mentira, sin olvidar que hay excepciones.
§
Jamás intentar que hagan las cosas a
nuestra manera; ellas tienen la suya.
§
Jamás intentar acaparar a los hijos o
de alguna forma chantajear su cariño con gestos, palabras, intervenciones que
puedan molestar a su pareja.
§
Jamás decidir algo, como por ejemplo,
una comida familiar, sin contar con la nuera y con la excusa de que lo sabe el hijo.
§
Jamás dirigirse en singular, cuando la
nuera está delante. Por ejemplo; si quieres os venís a comer. Lo correcto sería: si queréis…
Y, por último, jamás de los jamases tomar partido en una discusión. Boca
cerrada y punto.
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