De mi novela, "Buscando en la vida"
Aquella casa
palacio que, entre familia y amigos vuelve, al fin, a tener calor de hogar
venía a ser mi paraíso de juegos y
también de incipientes reflexiones: conejos, gallinas, gallos cantando al
amanecer, perros que, en las noches, ladraban en las eras, humo de rastrojos
que en la oscuridad de la noche teñían
de rojo los horizontes, veranos de puertas regadas, parejas ennoviadas
en las ventanas, niños jugando en las esquinas, familias sentadas en sillas de
anea y mecedora de lona, a las puertas de las casas fundidas en suspiros,
miedos… Crudos inviernos de humedad pegajosa del río, braseros de picón con
tufos insufribles, pregoneros por las esquinas, arrieros por las calles, gatos,
muchos gatos, campanas, ¡cuántas campanas! Campanas de muerte, campanas de
domingos, campanas, sí, campanas y más campanas.
Fantasmas
deambulando amenazantes por las calles, muertos y aparecidos, puertas cerradas
y largas noches noches de miedos e insomnios sin más testigos que la luna,
cuando redonda, redonda paseaba por los cielos, iluminando aquel puñado de
soledades y recuerdos que éramos todos.
Y como
música de fondo, oraciones y más oraciones. Novenas, triduos, misas, rosarios,
misiones, Ejercicios Espirituales, Primeros Viernes, Acción Católica, Hijas de María, Niñas Reparadoras,
catequesis… Todos, pequeños y mayores, cómplices
absolutos y hasta felices y agradecidos,
celebrando, con semanas de anticipación,
la llegada de cualquier evento religioso, semanas que se amenizaban con la
confección de dulces caseros, algunos de los cuales requerían idas y venidas a los hornos de pan que, por cierto,
solían ser grandes lienzos y enjambre de moscas.
Las vidas,
en aquellos años, se izaban en dos
banderas: Iglesia y Régimen. Y se
amenizaba con cuatro verbenas, simulacro
de feria, huertas, eras, el circo de la
cabra, el hombre de los zancos, los callejeros vendedores: carrillo del helado,
el hombre de los garbanzos tostados, el
trapero, el paragüero…
¡Cualquier cosa valía para hacer
fiesta de nada!`
No hay comentarios:
Publicar un comentario