Belen flamenco que estará expuesto en el Zoco de la jJudería. Todo manual. Idea de mi hija Isabel Mª. Trabajo de ella y colaboración del Centro y Padres
Un hombre que en el campo
trabajaba / con una mula y un buey se ayudaba / pero los dos animales,
ancianitos ya estaban / y las patas se le doblaban / a cada paso que daban.
¡Lo
siento, amiguitos! –dijo un día-. / No me servís ya para trabajar. / Tendré que
llevaros al matadero / y algún dinerillo por vosotros me darán. / No tengo
medios para viejecitos alimentar.
Al ser de día, en la cuadra entró / y antes
de salir, de nuevo les habló:
Queridos animalitos: os debo mucho / tengo que reconocer
/ cada día me habéis ayudado / en mi duro quehacer. / Podréis por ello
comprender / qué difícil me resulta esta decisión / pero no me queda otra. /
También sabéis que mal anda mi corazón. / No puedo trabajar solo / quiero,
necesito, otra solución.
Y dicho esto, a la mula y al buey en un
carrito cargó / y pasito a pasito / a las cercanías de un pueblo llegó / y
sentándose en una piedra, se hizo esta reflexión: ¿Dos animales tan viejos
quién me va a comprar? No sirven ni para carne, ni para trabajar / Será mejor
que los deje en libertad / que hagan lo que puedan / y Dios les ayudará.
Y
bajándolos del carro de ellos se despidió. ¡Ea, aquí termina nuestra aventura!
/ Tenéis plena libertad / que habéis trabajado mucho / y de ella debéis
disfrutar. / ¡Adiós, queridos amigos! / Os deseo encontréis algo de
felicidad.
Anochecía, cuando el hombre se alejaba / y los dos animalitos uno
a otro se miraban. Al fin la mulita habló:
¿Y qué podemos hacer? / Para nada
servimos ya / tendremos que caminar / y buscar un refugio / donde la noche
pasar.
¡Sí, sí, qué frío hace en este lugar! –exclamó el buey- / Pero, ¡qué
cansado estoy! / Muy lejos no podré llegar. ¡Ánimo, amigo! Despacito vamos a
caminar / seguro que encontramos / dónde la noche pasar.
Mal andaban los dos /
cuando, con la luna llena / divisaron un portal. /Era un abandonado cobertizo /
con paja y poco más.
¡
Vaya! –dijo la mulita-. ¡No está mal este lugar / los dos
juntitos nos daremos calor / Y ya buscaremos mejor sitio / cuando salga el sol.
¡Vale, vale! -contestó muy cansado el buey-./ No está mal / me muero de sueño /
y mis patas no pueden más.
Y acurrucados y adormilados estaban / cuando oyeron
que un murmullo de pasos se acercaba. / Con las orejas tiesas / en alarma
estaban / cuando vieron llegar / a un matrimonio que en borriquilla montaban /
y que despacito entre ellos hablaban.
¿Qué te parece, María, este lugar? ¡No
está mal, José! En esta pajita nuestro niño nacerá Y estos dos animalitos / con
su aliento calentarán.
¿Has oído, hermano buey –dijo la mulita-, lo que he oído
yo? ¡Sí, sí! Creo que he oído bien, / que un niño nacerá / y que tú y yo con
nuestro aliento / vamos a calentar.
Y nació Jesús, nuestro Salvador / La mulita
y el buey su aliento dieron / y el portal se iluminó con estrellas caídas del
cielo. / Ángeles, pastores y Magos a Jesús regalaron y los niños a coro este
villancico cantaron:
En el portal de Belén / ha
nacido el Salvador / ha nacido nuestro rey / lo calientan con su aliento / la
mulita y el buey / ¡Ande, ande, ande, ande, / la marimorena / ande ande, ande
que es la Noche Buena. Noche de saber / noche de cantar / que para prestar
ayuda no existe edad.
( De mi obra, editada por Narcea, teatrito de Bichitos y otros.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario