Queridos
amigos: hoy toca sentarnos a la mesa. Me
voy a referir, de nuevo, al Blog que dedico a mis nietos, pero os quiero recordar una frase que a mí especialmente me gusta: Los únicos goces puros y sin mezcla
de tristeza que le han sido dados sobre la tierra al hombre, son los goces de
familia.
Así que vamos
a los más pequeños para que aprendan a
valorar y sentir las convivencias familiares.
¡Ea,
mis queridísimos nietos y nietas, esta noche sí es ya Noche Buena!
¿Tenéis preparado el cuaderno dónde todos escribamos al menos una frase?
Por si acaso, llevaré yo uno con buen boli para que no haya excusas.
Seguro
que esta mañana iréis de compras con vuestros padres que vivieron esa
entrañable costumbre, cuando eran niños. Vividla a tope y sé conscientes de
esos momentos felices de familia unida que se quiere. Yo,
entre tanto, prepararé los aguinaldos que este año con la crisis… ¡Bueno, no os
preocupéis que los he recortado poco, muy poco!
Y unas palabras tan solo
para que todos dediquemos un momento a recordar al abuelo Mariano que tanto
le gustaban estas fiestas y que, era tan generoso, que la última Navidad que
pasó con nosotros, muy enfermo ya, ¡ni una palabra de tristeza! Al
contrario, cantó, bailó, tiró petardos y preparo “los platos gordos”
que era cómo llamábamos a la cena. Así que, siguiendo su ejemplo, nada de
penas ni recuerdos: ¡a ser felices y dar gracias por lo mucho que tenemos!
Y ahora unos consejitos
para esa mesa de cena en la que todos nos vamos a sentar.
A la mesa hay que
sentarse bien vestidos, limpios, peinados… Y esto no quiere decir que tengamos
que estar incómodos, tensos, con ropas súper lujosas. ¡No, no, ni mucho
menos!
Sentarse bien a la
mesa implica otras muchas cosas como saber usar debidamente los
cubiertos, saber cortar la carne, comer el pan sin dar bocados a un solo trozo,
sino a pedacitos chicos, masticar sin ruidos, evitar que se vea la comida en la
boca, sentarse bien en la silla, etc. etc.
Las servilletas no son
baberos de niños pequeños, luego no os las colguéis del cuello. Usadla con
discreción, puesto que van quedando manchas de comida.
Si no os gusta algo de la
comida, como mínimo, probadlo pero no le hagáis ascos ni expreséis con gestos o
palabras vuestros desagrado. Pensad que las persona o personas que
han cocinado lo han hecho con el mayor interés y esmero para agradar. Así que
es de buena educación elogiar lo que se come.
Escuchad al que habla y
evitad hablad a la vez y en voz tan alta que solo parezca ruido. Evitad las
peleíllas que tanto os gustan entre hermanos.
Si os da tos o tenéis que
estornudar, hacedlo con el mayor disimulo posible. Por supuesto, nada de
eructos.
No habléis con la boca
llena. Es horroroso que los demás nos vean masticar la comida.
Pedir las cosas por
favor. No os levantéis de la mesa, aunque hayáis terminado de comer, hay
que esperar a que terminen todos.
Para coger agua o pan, no
paséis el brazo por encima del plato de otro. Pedidlo al que lo tenga más
cerca.
Y en fin que esto parece
un recetario más que mi cartita de Navidad, pero me toca enseñaros y, desde luego,
seguir aprendiendo que es mucho.
Cantad, bailad, reíd...
Dedicad también un recuerdo a los que no tienen techo, ni plato, ni Navidad ni
nada de nada. .
Y ya termino. Recordad
siempre que solo el amor salva y es la mejor fuente de felicidad. Dar y recibir
amor es el mejor motor para vivir y morir en plena conciencia de haber
valido la pena nuestra existencia. Os quiero muchísimo.
Alguna buena idea:
Yo tengo por costumbre
dar esta noche el aguinaldo a todos, pequeños y mayores. Y lo hago de la siguiente
forma: preparo sobre de colores. En ellos introduzco el aguinaldo que va en
función de la edad de cada uno. Los sierro bien y en cada uno de ellos escribo el nombre del
destinatario y la cantidad en Euros. Luego todos los llevo en una bolsa. A la
hora de repartirlos- la más esperada de la noche-, mis nietos pequeños van
sacando y cantando, al estilo de la lotería, nombre y cantidad a la que todos
corean con la palabra ¡Eeeeurooos!
Vale la pena cualquier
sacrificio económico por ver la cara de todos
que, en corro y a coro recogen su sobre. Siempre preparo alguna broma,
como sobres vacíos que, ¡claro!, tienen repuesto, y cosas así que nos divierten
a todos.
Otra idea que a mí me
gusta, consiste en el mismo cuaderno que escribimos todos, plasmar la silueta de las manos de todos y
cada uno con su nombre. ETC:
Bueno querida familia de
Facebook, que os tendré presentes y que os quiero y deseo seáis todo lo felices
que podáis valorando –insisto- las pequeñas grandes cosas que son muchas.
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