Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

8 mar 2019

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER: Dónde estarán las llaves


                                      
DIBUJOS DE MIS ALUMNOS
Amigos: un sencillo y divertido guión para este Día Internacional de la mujer, lo cual para mí, no conlleva arrinconar a los hombres, ya que los hombres demi vida, mi padre, mis hermanos, mis hijos, mis nietos y yernos detectan actitudes machistas y colaboran en igualdad con las mujeres.

DÓNDE ESTARÁN LAS LLAVES" 
( De la obra “La mujer de papel” de la que soy autora)
(Se formarán tres grupos: Narradores/as, Hombres, Mujeres que leerán de forma acompasada, rítmica y expresiva)
NARRADORES: (Medio canturreando, al estilo "Canción de ciego") ¡Pongan atención señores a este viejo tonto y lelo que, para saber historias, recorrió el mundo enterooo! ¡La historia que hoy les traigo nos habla de mujeres amordazadas, que por egoísmo de los hombres, se vieron así esclavizadaaas!
MUJERES: (Gritando a coro ) ¿Dónde estarán las llaves de estos malditos candados? ¿Dónde estarán los hombres que así nos han maltratado? ¿Dónde estarán las llaves? ¡Socorrooo! ¡Socorrooo! ¿Quién nos podrá ayudar? ¡Las llaves, las llaves...! ¿Dónde estarán?
NARRADORES: Y, con sorna y mala fe, a una los hombres cantaron:
HOMBRES: (Cogidos de la mano, e imitando el juego de "Dónde están las llaves", van y vienen a las mujeres cantando) En el fondo del mar, matarile-rile- lero en el fondo del mar, nunca las podréis sacar... ¡Chimpom!
NARRADORES: Las mujeres sorprendidas no sabían qué pensar. ¿Por qué los hombres echarles llaves y porqué tirarlas al mar?
MUJERES: (Siempre a coro y gritando) ¡Queremos ser libres y no esclavas! ¡Las llaves, las llaves! ¡Que alguien nos ayude a ser liberadas! ¡Pedimos justicia! Hombres y mujeres en libertad, juntos podremos "caminar".
HOMBRES: (Repitiendo el juego de ir y venir y siempre cantando) Esa historia no nos gusta, matarile-rile- lero. Esa historia no nos gusta, no queremos cocinar... ¡Chimpom!
MUJERES: ¡Somos personas, somos humanas, y eso quiere decir que podemos hacer lo que nos dé la gana...!
HOMBRES: (Repiten juego y canción) Esa historia no nos gusta, matarile-rile- lero, esa historia no nos gusta, no queremos hacer camas... ¡Chimpom!
MUJERES: ¡Te-ne-mos de-re-cho  a   e-le-gir!
HOMBRES: (Interrumpiendo) ¡Esa historia no nos gusta, matarile, rile, lero, esa historia no nos gusta ni la queremos oír...! ¡Chimpom!
MUJERES: (Cada vez más alteradas) ¡Socorrooo! ¡Socorrooo! ¿Quién nos quiere ayudar? ¿Quién sacará las llaves del fondo del mar?
HOMBRES: (En tono de burla y siempre cantando y jugando) ¡Nadie, nadie, mujercitas, nadie os podrá ayudar, que las llaves se perdieron, se las tragó un calamar¡ Chimpom!
NARRADORES: No obstante, señores, las mujeres, al saberse abandonadas, se armaron de tal valor que, amordazadas como estaban, clamaron:
MUJERES: ¡Libertad...! ¡Tirémosnos de cabeza al mar..! ¡Morir, luchar...! ¡La vida que nos pertenece, nadie nos la podrá manipular...!
NARRADORES: Y... ¡OH, milagro! que a este viejo tonto y lelo dejó pasmado: ¡a la orilla llegaron con las llaves en la mano! 
MUJERES: (Muy contentas, con las llaves en las manos y repitiendo ahora ellas el juego de ir y venir a los hombres cantando) ¡Ya las hemos encontrado, matarile, rile, lero, ya las hemos encontrado, materile- rile...ron, ¡chim- pom!
HOMBRES: (Asombrados se interrogaban unos a otros) ¿Cómo habrá podido suceder? Que las mujeres son valientes, hay que reconocer. ¡Pidámosle perdón! y que de tal prodigio nos enseñen la lección.
NARRADORES: Y cogiditos de la mano y con la cabeza gacha y con muy poquita voz, repitieron:
HOMBRES: (Siempre a coro) ¡Perdón, perdón...! ¡Milagro, milagro...! ¿Cómo distéis con la solución...? ¡Perdón, perdón...!
MUJERES: (Cantando y yendo y viniendo, en juego, a los hombres) ¡Por igual, hombres, mujeres reciban educación! ¡Cham-pon! ¡Esa es la clave, ésa es la solución! ¡Chim-pom! 
NARRADORES: Y, por melones, un buen capón les propinaron y fue tal el chichón que como loritos repetían:
HOMBRES: ¡Educación, educación, e-du-ca-ción, e-du-ca-ción..! !Chim-pom..!
NARRADORES: Y esta historia, del tiempo de María Castaña, tuvo un final feliz, porque sin mordazas ni candados, con tan sólo educación, hombres y mujeres aprendieron a vivir.
(Sería conveniente que visitaran la página de la que soy autora: 

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