A veces, quisiera volver al nido que me custodió en años de pura inocencia
A
veces, papá, quiero seguir siendo la niña
que se arrojaba a tu cuello y te comía a besos.
que se arrojaba a tu cuello y te comía a besos.
La
niña que cobijada en tus palabras me sentía grande, valiosa, segura...
La
niña que deseaba acompañarte en los
atardeceres de tus salidas al campo,
cuando
en los trigales te perdías, acechado codornices, y yo en las lindes te
esperaba, respirando la limpia tarde de aquellos campos de amapolas y
margaritas.
A
veces, mamá, quisiera seguir siendo aquella pequeña
que se dormía en tus brazos entre mimos y caricias,
que se dormía en tus brazos entre mimos y caricias,
Aquella
pequeña que buscaba tus blancas manos para besarlas y sentir la suavidad
de tu piel de niña casi recién nacida.
Aquella
pequeña que lloraba en soledad, cuando presentía tus ausencias..
Aquella
pequeña que se acariciaba con tus
vestidos que eran olores a rosa
¿Pero,
¿soy mayor?
Sí;
he crecido: lo dice el espejo, lo dice el almanaque, lo dice la gente...,
pero no puedo evitar que algo de mí
siga reclamando la ternura, las caricias, los cuidados, el amor
de mis años de niña.
siga reclamando la ternura, las caricias, los cuidados, el amor
de mis años de niña.
Sí;
he crecido pero tampoco puedo evitar que mucho de mí
siga siendo sueño, amor de primavera.
siga siendo sueño, amor de primavera.
¿Tendré
que crecer más?
¿Me lo podrá decir alguien sin engañarme?
Tampoco es que me importe tanto.
¡Yo no entiendo nada!
¿Me lo podrá decir alguien sin engañarme?
Tampoco es que me importe tanto.
¡Yo no entiendo nada!
A
veces soy miedo, inseguridad,
inquietud,
sentimiento, deseo...
A
veces necesito caricias, besos... amor de verdad.
A
veces, muchas, cada vez más, os necesito: papá, mamá.
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