QUE
SE MUERA LA GUERRA
CARTA
Nº 1
¡En
menudo lío me encuentro!, y todo por culpa de la guerra, o mejor dicho, por
culpa de haberte conocido, porque la verdad es que la guerra y esos temas no me
gustan ni en broma. Son así como conversaciones serias de las personas mayores
que me aburren y entristecen. Y todo por aquella noche de discoteca y por el
amigo de mi amiga que, cuando te vio entrar con tu grupo de amigos, exclamó: ¡Hala..!
¡Los militares que se van a Irac! ¡Pobrecillos! ¡Por nada del mundo quisiera
estar dentro de ellos!
Era
sábado. Yo estaba allí por casualidad, o mejor dicho porque me gané a mi padre,
prometiéndole, eso sí, que, a las doce en punto, ni un minuto después, como en
el cuento de Cenicienta, entraría por la puerta de mi casa, agarradita de las
manazas del "culturetas" de mi hermano. Sucedió, ¿sabes qué?, pues,
eso, que me fijé en ti. Me pareciste mi tipo súper guapo: alto, tatuado,
musculoso, bailón, y...¡como no!, un poco tonto como todos lo hombres. Por
cierto, ¿cómo te llamas? No me dio tiempo a descubrirlo, porque la primera
fatídica campanada de la media noche me sorprendió con sólo una invitación tuya
que ni siquiera pude saber bien si iba dirigida a mí: ¿Bailamos, guapa? Y, sin
que mediaran más palabras, nos zambullimos en la pista, todo un laberinto de
luces y estridencias.
Pero
tuve que salir corriendo, y aquellas doce de la noche pusieron en mis labios
las palabras más topes que jamás recuerdo haber pronunciado: Bueno, hasta
pronto. Que lo pases bien. Me alegro de haberte conocido... Te encogiste de
hombros, mientras yo, roja como una amapola, me perdía entre las luces, la
música y las exigencias de mi hermano, fiel cumplidor de su promesa de hacerme
regresar a casa sana, salva y a la hora en punto.
Después,
transcurridos unos veinte días, el amigo de mi amiga, un poco enterado y
gracioso él, se nos acercó en el recreo del lnsti, comentando de nuevo y como
si nada: el bailón de la disco, el que tanto le gustó a Zora se va a Irac, allá
por el Gofo ese, por seis meses, a la guerra y se va ya mismisto.
Y
mi amiga, que ya sabía de mi antojo, y que es una chavala legal, exclamó: ya
nos lo dijiste. ¿Recuerdas? ¿Y qué..? Más vale ir al Golfo como un valiente que
ser un "golfo" como tú. Me quedé en blanco; como si hubieran hablado
chino. ¡Menuda soy yo para la Geografía!. En primero de bachiller. y sin haber
conseguido aprenderme, en toda la E.G.B los nombres de los ríos, cabos y golfos
de España. Imagínate...
Bueno,
te llamaré Javi, porque así, más o menos, es como se llaman los
"chavales" que me gustan., Y te comentaba, Javi, que de esa historia
de Irac, del Golfo y esas cosas, yo no sabía ni palabra, porque, los
Telediarios, las Noticias… ¡uf..!, me parecen insoportables. Por eso, al
recapacitar en la preocupación de mi amiga, y en los disimulos con su amigo, no
tuve más remedio que preguntar: ¿De qué habláis..?. ¿A qué viene nombrar la
guerra?
¡Ay,
Javi, qué gordas me parecieron aquellas palabras! ¡Y yo que te hacía en un
cuartel, con tu uniforme de militar! Guapo, guapo, con tu ropa de color caqui,
con tu gorra de borla..."¡pim, pam, pim, pam..!", balanceándose por
tu frente, mientras hacías guardias, jurabas bandera o saludabas con gallardía
a tus jefes y... ¿por dónde caería ese dichoso Golfo..? Así que, tan pronto
como pude, corrí a mi casa en busca de un mapa de carreteras que guarda mi
padre en su mesita de noche.
¡Ah,
y una cosa! ¿Cómo te gustan las chavalas? Yo en lo primero que me fijo es en la
voz, las manos y los ojos. Mi amiga Cloti dice que soy una inocente, que lo
primero son otras cosas.
Y
termino que son las doce y no he empezado a estudiar. Que se muera la guerra y
vuelvas pronto Zora
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La
primera dificultad, empezar. Sí porque no la podía iniciar como lo normal en
las cartas que escribimos todos: querido/a, etc. Tenía que pensar en algo
original. Tampoco el final podía ser el usual.
Lo siguiente fue repasar párrafo
por párrafo ortografía, vocabulario, etc. Hoy me referiré solo a lo que es más
frecuente.
Palabras
baúles que son aquellas que se usan mucho por su amplio significado. El verbo
haber, hacer, la palabra cosa, etc. por ejemplo se usan casi para todo. Así por ejemplo en lugar de decir:
había mucha gente en la plaza, se puede decir: una multitud ocupaba la plaza.
También
tuve que consultar sobre el uso de los puntos después de los signos de
exclamación e interrogación. Y no, no se ponen puntos porque la exclamación o
interrogación equivale al punto. Sí se pueden poner comas, dos putnos, etc.
Ejemplo: No he podido salir. ¡Cuánto lo he sentido! Otra vez será.
¡Ah,
y otra cosa! Los dichosos dos puntos. Después de ellos se escribe minúscula. Se
usa mayúscula cuando se introduce una cita. Por ejemplo: La dicha de la vida
consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa
que esperar. Thomas Chalmers.
Os recuerdo que todo es ficción, excepto la
anécdota de la cafetería.
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