Cualquier
día puede ser otoño o invierno en nuestras vidas. No importa la fecha, que no
es nada, importa nuestra actitud al amanecer cada día y encontrarnos que siguen
en pie nuestras grandes dificultades, nuestros "gigantes" problemas,
espesa niebla que quiere eternizarse en ellos.
MONÓLOGO
No te
saldrás con las tuyas, espesa niebla que todo lo blanqueas esta mañana. Crecerá
el día, ya lo verás, devorando el blanco sopor que esparces como sábana de un
absurdo fantasma.
No, no te tengo miedo, nube-niebla que osaste borrar de mi
vista paisajes de mar, tierra. cielo… Llegará el sol, apagando tu reinado, y
mis ojos se reencontrarán con el árbol al pie de la ladera, y con los pájaros
emigrantes que surcarán mi cielo crepuscular,
y encontraré el camino de ayer,
memoria perdida de las cosas que fueron, el presente feliz de mi infancia.
Crujir de tejados, aullidos de perros, goteras en palanganas y cubos... Humo
blanco, humo negro, humo a borbotones en fríos amaneceres, en ancestrales
chimeneas: gatos, palomos, botijos, sillas, voces...en el atardecer del jardín.
¡Anda,
niebla, vete ya! Me hiciste revivir historias que son índice del ayer,
historias que no me sirven como capítulos de mi hoy otoñal en tu mañana de
niebla densa.
¡Anda, niebla, vete ya! Mi vida seguirá persiguiendo, luz,
aliento, rayo que busco, que me sostenga, luz, aliento, rayo , surco donde
todavía sea posible la sementera de una sonrisa, de una palabra, de un beso, de
una lágrima…
¡Venga! ¡Aúpate a tu reinado, sábana blanca! ¿No ves que mi vida,
más que te pese, sigue y sigue, tonta niebla? Sí, hasta que mi arcaduz se pare
definitivamente, hasta que el pozo se seque para siempre…, pero. ¡mira, mira;
te disipas, sí, ya, ya apunta el sol!
Hola, sol,
te esperaba porque soñé contigo y los sueños no son sueños; son la realidad que
fuimos, que somos y puede que hasta realidad que seamos o ¿tal vez un cóctel de
todo...?
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