DIARIO
CÓRDOBA / EDUCACIÓN
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Nos aproximamos al final
de curso y tanto en profesores alumnos y padres la palabra evaluación se erige
en trabajo para los unos y preocupación e interrogantes para los otros.
Conviene recordar que el objetivo principal de la evaluación es el de describir
e interpretar, no medir ni clasificar. Por otra parte, hay que fijar más la
atención en el esfuerzo, en la calidad de las actividades llevadas a cabo, que
en la cantidad de resultados obtenidos. Si bien el tema es muy extenso, me
limitaré a un solo aspecto de la evaluación que, a pesar de su capital
importancia, poco o nada es tenido en cuenta por maestros y padres.
Me refiero a que los seres
humanos no somos sumandos, luego nadie debería colocarnos el signo del igual,
cosa que ocurre cuando, sin ningún tipo de escrúpulo, evaluamos
matemáticamente, comparamos y hasta anatematizamos, sin valorar para nada el
esfuerzo, la capacidad o la actitud de cada alumno. De esta manera, la
evaluación, algo tan complejo, de tanta responsabilidad, queda reducida a
comprobar, medir, contar en cuantas áreas se apunta al prestigioso
sobresaliente o al desgraciado suspenso.
Cuando a un alumno se le
coloca el progresa adecuadamente, habría que entender que, de acuerdo con sus
conocimientos previos, con su capacidad y esfuerzo, va superando los objetivos
que deberían ser metas al alcance de todos los alumnos. Es decir, va
progresando según él y no según el más aventajado o el criterio más rígido de
su profesor.
Por favor, que maestros y
padres valoren el esfuerzo, y dejen de comparar. Pero, sobre todo, que se
atienda a la diversidad y se les dé oportunidad a todos y cada uno para
alcanzar su propia cima que nunca tendría que ser comparada con la de otro.
En cierta ocasión, un
pequeño de siete años, lloraba y repetía: «No quiero ir al colegio; a todo me
ponen mal». ¡Cuánta indignación y pena sentí! ¿Qué clase de maestros somos si
cometemos tales atropellos? De ahí que un alumno que no ve jamás recompensado
su esfuerzo, será un eterno fracasado. Hasta el próximo curso.
Mañana seguimos con el
Virutas que está interesante y divertido.
Me gusta verme rodeada de
niños, niños que hoy son todos mayores de edad. Y digo esto porque no soy
partidaria de sacar fotos de niños con su edad actual.
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