Mi gran familia, hace años en las Bodas de Oro de mis hermanos Juan y Blanca.
La mayoría de los pequeñitos, hoy tienen ya sus carreras terminadas trabajando
FAMILIA Y EDUCACIÓN
Hemos
repetido muchas veces que educar hoy es todo un reto, y basta una breve
reflexión para entenderlo y aceptarlo con todas sus consecuencias.
Nos
encontramos en una sociedad que nunca
antes en la historia la humanidad se habían producido más cambios en menos
tiempo, cambios que llegan a los hijos, a los alumnos a sus principales ámbitos
de vida: familia, escuela, ambiente.
En este corto
espacio analicemos hoy los problemas surgidos en la familia a la hora de educar
a los hijos. Es verdad que existe una preocupación generalizada, tal vez mayor
que nunca, por el tema, pero al mismo tiempo, el desconcierto reina a la hora
de constatar que para nada les sirve
como modelo nuestra experiencia
vivida como hijos en nuestra infancia.
Si
analizamos algunas de las pautas que
marcan esas diferencias educacionales, tendríamos que comenzar por aceptar cómo
ha cambiado la propia institución familiar con respecto a la de hace algunos
años. Por lo pronto nos encontramos que,
en la mayoría de los hogares, trabajan ambos cónyuges, y siendo esto normal, ha
producido el lógico cambio de roles, en muchos casos, en la pareja que se
simultanean la atención y educación de los hijos.
Los hijos por
su parte estudian, trabajan con horarios múltiples por lo que difícilmente hay
comidas familiares. Tampoco la puerta de los pisos se cierra para todos a la
misma hora. Los temas de conversación, los gustos, el vocabulario, etc. distan
mucho de ser lo que eran.
¿Qué hacer,
pues para educar en responsabilidad? Se
necesita, ante todo, querer, porque ser padres, educar, hoy es ante todo
cuestión de actitud: los hijos son lo más importante, y deben estar en el número uno de prioridades
de los padres, por lo que habría que promover foros familiares de encuentro y
diálogo, foros de formación y reciclaje, dejando a un lado ceremonias y
discursos y aceptando de antemano que ellos son
también hijos de los tiempos, de los medios, de la calle…
Echémosle una mano y para ello nada mejor que escuchar, compartir,
convivir y dejar de un lado tantos reproches, reprimendas y comparaciones.
Ellos jamás serán copia, repetición de nuestros modelos.
Apoyo, sí, cuando se sientan inseguros. Estímulo, orientación, paciencia,
firmeza, humildad, etc. Ingredientes imprescindibles para educar hoy, en
familia.
¡Ojala lo entendamos
todos y seamos conscientes del gran valor que es la familia y sobre todo entendamos nuestro papel de padres en estos difíciles
tiempos.
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