De mi obra "Néctar de la vida"
UNA noche, con una caracola en el oído, me
quedé dormida. Soñé que era una ola chiquita y que jugaba con niños en la
playa. De pronto se levantó viento y me transformó en ola gigante. Los niños se
asustaron y huyeron.
Cuando desperté, me dije: Haré siempre lo
posible por ser ola pequeñita; los niños, sólo ellos son mi trabajo, mi
premio... Ellos, sólo ellos, son mi
mejor sueño.
CUANDO recuerdo mi infancia en aquel jardín de mi casa, sé que nada ni
nadie podrá borrar en mí la belleza, el amor, la ternura... que me nació y
creció entre árboles, flores, arrullos de palomos, juegos, cielo...
¿Nombres? ¡Ahí están!: Papá, mamá, hermanos, juegos… FAMILIA
GRACIAS te doy, mariposa, por venir a posarte
en las florecillas de mi terraza.
¿Dónde podría yo encontrar una mariposa que
libremente eligiera mi casa?
¡Qué feliz me haces, blanca mariposa!
UNA flor marchita me hace pensar en la vida.
Una flor disecada me hace pensar en la muerte.
¡No permitiré disecarme; mejor, morir.
¿Guardar rencor. ¿Acaso tengo tiempo para
ello..?
Me miro y no me lo encuentro.
Debe ser que mi corazón palpita en una sola dirección: aquella que me
lleva camino de las estrellas. Y en esta ruta sólo hay lugar para el amor.
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