Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

22 feb 2015

A mis hijos: la vida

(De la obra que dedico a mis hijos, "Caminando hacia el mar")




La vida, hijos, es un cúmulo  de conveniencias: yo te doy; tú me das.
En la vida todo se puede vender, cambiar o comprar. Pero la mayor tranquilidad de conciencia nos vendrá dada por el riesgo corrido en servir, en regalar, en amar sin precio.

No importa que nuestro nombre quede fuera de esas inútiles urnas que sirven al poderoso para recontar y regodearse con la fidelidad de sus incondicionales satélites y otorgarles la recompensa que ansían: ser considerados, tenidos en cuenta…
Pero esas  urnas sólo son un cajón de mentiras; mejor no estar en ellas.

Finalmente, hijos, la vida es un camino por recorrer. En él encontraréis de todo, pero jamás caigáis en la tentación de inmovilizaros  en punto alguno por blanco o negro que sea.
Continuad siempre hacia adelante sin mirar para atrás porque una luz que se apaga no volverá  a lucir por mucho que nos duela. Podemos, eso sí, guiados por su rastro, colgar una nueva en el horizonte de nuestros pasos. 
Y no os perdáis lo sucesivo que siempre será sorprendente, y sobre todo no dejéis de marcar huellas que sirvan de guía a otros caminantes.

¡Adelante, hijos! Sois personajes de excepción  de este provisional escenario que es la vida. Representad,  con la mayor perfección posible, vuestro papel, porque en ello encontraréis la recompensa. Nacimos con un proyecto debajo del brazo: colaborar a que este nuevo Día sea como un  luminoso  arco iris que, de extremo a extremo del universo, luzca fecundo para todos los seres humanos.

No hay tiempo que perder.

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