DIARIO CÓDOBA / EDUCACIÓN SEXUAL
ISABEL AGÜERA
Corrían los años setenta cuando una niña
de diez años me hizo una pregunta sobre el sexo que en aquel momento no supe si
debía o no contestar. Reuní a los padres y les propuse que libremente se pronunciaran
acerca de la conveniencia o no de que yo les explicara a los alumnos, a sus
hijos, aquellas cosas elementales sobre
sexualidad que a su edad deberían saber y, por unanimidad, acordaron que sí, ya
que ellos no sabían cómo hacerlo.
Han pasado muchos años y siempre he dado
respuesta a curiosidades e inquietudes propias de la edad sin que ningún padre
se haya quejado, sino todo lo contrario. Resulta que a estas alturas, el tema
se torna polémico y político. Copio textualmente: según la Unesco, -año 2010-
hay que dar a las personas jóvenes el conocimiento, las habilidades, actitudes
y valores que necesitan para definir y disfrutar de su sexualidad (física y
emocional) individual o en relaciones. Del mismo modo, según la OMS (2002), los
programas de educación sexual deberían iniciarse tempranamente, ser específicos
para cada edad y constituir una actividad continua de promoción de la salud
durante los años escolares.
De aquí que la polémica levantada al
respecto por el tema del que tanto se habla en estos días me resulte casi
irrisoria e infantil. La educación integral que deben recibir los alumnos no
puede pasar por alto temas de tan gran trascendencia y máxime en estos tiempos
en los que los niños desde su móvil o Tablet tiene acceso a todo tipo de información
o desinformación, diría yo, porque son temas que les despiertan gran curiosidad
y la mayoría de las veces aprenden y saben por amigos que hasta les indican
páginas con contenido pornográfico.
Y no hablo de memoria, sino que podría
citar casos concretos y reales. Más de veinte años tenía yo cuando supe algo
sobre el tema con las consecuencias negativas propias de tal ignorancia.
Recuerdo en clases de Magisterio que cuando llegamos al tema
del matrimonio, el profesor se saltaba la lección. Considero y respeto
todas las opiniones, pero, ¿de verdad cree alguien que la mayoría de los padres
abordan este tema con naturalidad y sencillez para asesorar a los hijos?
¿De verdad los padres, excepciones las hay, saben educar y educan a sus hijos?
Educar no es solo castigar cuando algo nos parece mal, educar es enseñar, ante
todo con el ejemplo, a respetar, a ser disciplinados, ordenados, etc. Hoy se
mal educa a los hijos siendo totalmente permisivos no privándolos de
mil cosas caprichosas e inútiles, niños que gritan, que contestan, que a
veces se enfrentan con los profesores con la defensa a ultranza de los padres.
Niños que pasan horas con un móvil, con amigos, etc. auténticos maestros de
todo.
Yo repito aquello de, dar a Dios lo que
es de Dios y al César lo que es del César. Sí, la educación empieza en el
hogar, pero cuando los padres educan, cuando saben de sus competencias y cuando
confían en las competencias de unos
maestros preparados psicológicamente y pedagógicamente para forma e informar a sus alumnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario