Pues, sí: Se acabó la feria.
Esta madrugada, como cada, día salí a mi terraza. Lejos, muy lejos, ya no era posible esta foto. Las luces estaban apagadas.
Solo la noria gigante seguía y seguía sin cesar dando vueltas.
La perdí de vista con las luces del día, pero me hizo pensar que, aunque todo se nos quede a oscuras, la vida sigue, como mínimo, hasta que amanezaca nuevo día.
¿Por qué no subirme en ella y seguir viviendo con ilusión y esperanza?
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