Hace dos días, de madrugada, la hora de mi primer café en mi cafetería habitual, me sorprendió, una vez más, esta maravillosa luna llena. Me quedé eclipsada mirándola, mientras una riada de vehículos circulaban a mi alrededor.
No, no la veían, porque su mirada era "carretera y volante".
¿Para qué mirar más alto?
No, no la veían, porque su mirada era "carretera y volante".
¿Para qué mirar más alto?
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