Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

19 ago 2012

Mi mejor néctar

Queridos amigos/as: Os transcribo algunas reflexiones de mi obra Néctar de la Vida. Al hacerlo, se me cruzan por la cabeza los grandes problemas del mundo y a mí misma me digo: Estas simplezas que escribes no van a ninguna parte.
No obstante, y sin ser ajena al mundo que me rodea, no puedo pasar por alto las pequeñas-grandes cosas de mi día a día. No tengo más. Cógelas o déjalas. Si las aceptas, en ellas notarás un hálito de alma de esta mujer que lucho por no dejar de ser eso: polvo de estrellas.




Mamá, ¿qué hay detrás de espejo?

Tengo miedo de ponerme frente a él.

¿Y si cruzo el cristal y me caigo?

¿Y si me pierdo en una maraña?

¿Y si una mano negra me apresa?

Yo quiero ser mágica como mi pluma azul,

como mi bote de pétalos de rosa,

como el arco iris, mi canica de cristal...

Mamá, ¿yo estoy hecha de silencios..?

Mamá, ¿yo estoy hecha de repentes..?

¿A qué huele el dolor, mamá..?

¿Dónde estoy cuando duermo..?

Quiero que siempre te encuentre sentada,

atenta al rumor de mis ocasos y auroras...

Quiero escuchar siempre en las madrugadas

el suave tañer de tus pasos festivos...

Quiero...

¿Y si te mueres, mamá?

¡No, no, nooo...! ¡No te mueras nunca, mamá...!

¡Nunca, nunca, NUNCA...!

                                                        .......................  

ECO

Aquí, en pleno corazón de la sierra
 
me  acerco a mi monte favorito y grito:

¡Eco, eco, ecooo..!

No me falla: siempre contesta.

No, no contesta: repite, y eso me recuerda que,

en este lugar, no hay más voz que la mía.

¡No, no puede ser!

Buscaré más voces.

Es demasiado monte para mí sola.

Es demasiada belleza...

¡Tengo que compartirla!

   .......................

MI radio-reloj no me falla.
En la oscuridad de la noche me recuerda, en fluorescente rojo, que sigo viva.

Y me vuelvo a dormir, agradeciéndole tan buena nueva, mientras conmigo

duerme una oración:

¡Gracias, Dios..!

   .......................

Al dejar la litera del tren, en la que he pasado la noche, he sentido que mi

cuerpo había descansado sobre otros muchos cuerpos...

¡Sabe Dios de quiénes!

Tal vez, asesinos, rameras, borrachos, y puede que tan bien, ¿por qué no?

poetas, filósofos, religiosos...

Y he sentido el calor de   otros muchos cuerpos,

¡sabe Dios de quiénes!

En adelante, descansarán superpuestos también sobre el mío,

y mi alma para siempre estará impregnada de …

¡Polvo del camino!

¡Polvo de estrellas...!


No hay comentarios: