Domingo 3 de noviembre de 2024
Después de un tiempo, amigos, os dejo, hoy, un texto precioso de Goethe. Creo, pero no lo sé seguro, si él se refiere al hombre como tal o yo le he dado un pequeño giro.
Domingo 3 de noviembre de 2024
Después de un tiempo, amigos, os dejo, hoy, un texto precioso de Goethe. Creo, pero no lo sé seguro, si él se refiere al hombre como tal o yo le he dado un pequeño giro.
Un padre, de avanzada edad, y su hijo, en el fragor de la juventud, corrían por un parque.
El hijo, en clara y amplia ventaja, dejó muy atrás al padre que, con grandes dificultades, trataba de hacer el circuito.
El hijo, que iba delante, tropezó con una gran piedra hallada en medio del camino. Tras un doloroso traspiés, exclamó: ¡Maldita..! Y prosiguió su carrera.
Cuando el padre llegó al lugar donde estaba la piedra, tropezó y cayó, lastimándose un tobillo.
No obstante, medio a rastras, empujó y empujó a la piedra, hasta apartarla del camino.
En su interior se decía: No vaya a ser que tropiece con ella mi hijo y se lastime.
MIRAR Y VER
LOS NUEVOS RICOS
ISABEL AGÜERA
Como un sueño recuerdo aquellos años de mi infancia, años de la posguerra en los que la palabra estraperlo, pronunciada siempre secretamente, era sinónimo de chanchullo, o negocio fraudulento.
No obstante era el hambre como el telón de fondo que hacía circular mercancías prohibidas que se cambalacheaban o compraban a cualquier precio, dado que en ello, y en buena parte, se jugaba la supervivencia y que supuso la aparición de nuevas y grandes fortunas conseguidas con esta venta ilegal de productos.
Pero he aquí que hoy día la cultura, definida de tantas y variadas formas, podemos reducirla, con toda propiedad, al reflejo de la sociedad y la totalidad de lo creado en ella y al escenario de nuestro patrimonio cultural ha llegado el mercadeo, el tráfico cultural: si tú me das, yo te doy, si tú tienes posición, medios, si no vales yo te promuevo, si no, te ignoro.
Se impone, a poco que estemos atentos, una cultura homogénea, la cultura del vale todo basada en la descalificación, influencias y competencias. El tener sustituye al ser. Todo se vende y se compra para buscar el objetivo principal: el éxito social, que sin embargo es inalcanzable porque se apoya en el consumo sin fin. No importan tanto, ¡ni mucho menos!, la calidad, como la cantidad, los premios logrados, el número de obras publicadas, las veces que somos objeto de cámaras televisivas, de entrevistas, artículos, etc.
La metodología actual apunta, pues, a lograr éxito mediante una práctica de negociación de competencias. Y de ahí los «nuevos ricos» en todos los ámbitos de la cultura, con pies de barro, cuya efímera gloria tan solo será deslumbrón de ingenuos por un día porque sus bajos vuelos, van cubriendo de grandes lodos sus ridículas alas.
Es curioso que hasta en sencillos juegos se compren letras al fin de ganar al adversario La cultura -- A. Malraux-- es lo que, en la muerte, continúa siendo la vida, y ejemplos, muchos tenemos. La cultura, la legítima cultura es el camino que hace nobles a los pueblos. La compra-venta, los arruina.