Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

7 nov 2015

Breves reflexiones

 Breves reflexiones hoy, domingo, de una obra que dedico a mis hijos.En uno de los capítulos les hablo de la belleza. Elijo algunos párrafos:

- Cada amanecer contemplo la belleza de la alborada. Jamás se repite el paisaje, pero siempre se repite la armonía.
- La belleza sólo es comprendida con el espíritu. Nos podemos confundir porque irisada puede aletear ante nuestra atónita mirada perdida en la materialidad de las cosas. Pero la belleza que así se muestra tiene tan corta vida que, antes de que se ponga el sol de un día, habrá muerto. 
- No dudéis en elegir siempre lo más bello: acertaréis porque la belleza no puede convivir con la maldad, mentira, hipocresía…
No todas las miradas, aún dirigidas en la misma dirección, saben ver qué hay más allá de una alborada, de un crepúsculo... Miran pero no ven porque sus ojos buscan augurios que nada tienen que ver con la belleza, la paz, la esperanza que el nacimiento o despedida de un día nos comunica. Es como si una ceguera infinita les impidiera ver la luz del día.
- Todas las cosas y sobre todo las personas tienen su lado bello. Sucede que a veces, nuestra fealdad nos impide descubrirlo. Por eso, si empezamos por considerar nuestra propia belleza, nos daremos de bruces con la de los demás por muy escondida que se halle.
- Sólo es bella y eterna la calidez que emana del corazón y se va proyectando allá donde alcanza nuestra mirada, nuestro destino, nuestra imaginación. ¿No os habéis fijado cuán bellos son los pasos del caminante, cuando sutilmente nos roza con el halo de su melancolía? 
- Porque la belleza que admira el mundo es el efímero correr de una estrella fugaz, pero la belleza que admira el sabio es armonía de la que sólo se percibe una suave brisa transparente que deja al descubierto el corazón palpitante del hombre. 
- La panorámica mas excitante para la vista es aquella donde pueden volar aves, brotar fuentes y reposar el caminante. Pero un campo vedado es como un erial por donde sobrevuelan nubes secas y vientos yermos.
- ¡Cuánta belleza transmite unos ojos que miran, que callan, mientras los demás vociferan! ¡Cuánta belleza en unos labios que sonríen, que besan, mientras los demás se jactan en palabras vanas! 
- Hoy día sólo se pondera la belleza del joven reducida a pocos años, vigor, esbeltez y poco más, pero yo os pregunto: ¿Os habéis detenido alguna vez a contemplar viejas y gastadas rocas golpeadas por mares e intemperies? Si lo hacéis, descubriréis infinidad de formas caprichosas, formas que ningún gran escultor podría haber tallado. Y sobre todo, encontraréis suaves y pulidas asperezas. Los mayores, si su vida fue un honrado y pacífico caminar, pueden presentar un bellísimo paisaje, flagelado, sí, por los años, pero en el que podemos deleitarnos, si sabemos mirar y ver.



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