Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

26 mar 2012

Cuento

(De mi obra, "El hombre que tenía frío y otros cuentos")

Del leñador y la hoguera

Un obrero del campo, en pleno fragor del trabajo, sintió cansancio, sueño, frío y, sobre todo hastío de tanto tiempo sin cambiar de actividad. Se dijo: ¡Esto no es ya para mí! Tengo que pensar en mejor vida. ¡Bueno será que me dé un respiro! El jefe está lejos y ¡bastante he trabajado ya por su causa!

Y buscó el cauce de un arroyo seco. Recogió astillas, retamas y encendió una pequeña fogata, a fin de poder echarse una cabezadita.

Y así logró que prendiera una pequeña llama. No preciso más. -se dijo- ¡Si tampoco es que me esté muriendo de frío! Más bien necesito olvidarme del trabajo por un tiempo. Tal vez al despertar, me sienta mejor y despejado .Esta frágil llama no me ofrece ningún peligro: puedo dormir tranquilo

Y se echó a dormir. Pero he aquí que se levantó algo de viento y la pequeña llama, creció y creció hasta llegar a sofocar con su calor al durmiente leñador que, soliviantado, por la hoguera, se despertó:

-¿Cómo? ¿Qué es esto? –exclamó- ¿Cómo has osado crecer, insignificante llama, aprovechando mi sueño?

Y la llama le contestó:

-No fue mi culpa que te durmieras; llegó el viento y me hizo crecer. No quería hacerte daño alguno. Te debo tanto…

¿Me acusa de haberme dormido? -se dijo- Esta llama ha crecido demasiado y puede quemarme definitivamente: La apagaré de un plumazo.

Y, quitándose la camisa, golpeó con furia la llama, al tiempo que repetía:

-Yo te encendí para que me calentaras; no para que me quemaras. Te saqué de la nada. ¿Cómo es que, sin mi permiso, has crecido?

Sucedió que, en su pertinaz golpear y golpear, la hoguera prendió la camisa que enarbolaba en sus manos:

-¡Socorrooo..! ¡Socorrooo..! -gritaba- ¡Que alguien me ayude a sofocar esta hoguera! ¡Puede arder el bosque! ¡Puede arder la ciudad! ¡Puede arder el mundo!

Nadie contestó, excepto una pequeña nube que le habló:

-No son formas, buen hombre -dijo-. Además, tan sólo tú vas a salir chamuscado. La culpa es tuya por haberte dormido. Yo pactaré con la hoguera.

Transcurridos unos minutos, la hoguera, en paz y dulzura, se convertía en cenizas, bajo la frescura de una copiosa lluvia Sucedió que por el arroyo seco, comenzó a correr una sutil corriente que arrastró las cenizas de la llama, mientras el hombre, a toda prisa, salía de aquel lugar preguntando a la nube:

-¿Y a dónde se encaminan las cenizas de mis leños?

-Al mar, tramposo e injusto trabajador. Allí crecerán y vivirán para siempre, mientras las tuyas, llegado el día, se perderán en lo más profundo de la tierra







































23 mar 2012

Enlace

Querido amigo/a: Si tienes tiempo y algo de interés, échale un vistazo al siguiente enlace. Son lo mejor qwe me ha dado la vida, cuando otras carencias se imponen reivindicativas.

http://www.abc.es/20120323/familia-mayores/abci-abuelos-canguro2-201203231518.html

17 mar 2012

Me dejaste...



Me dejaste el campo y el aire,
me dejaste el sol y la luna´
me dejaste el eco y la voz

A mí, débil planta de invernadero,
capricho de silencios e interiores.

Me dejaste la montaña y el valle
el árbol y el pozo
la hierba y los trigales,
a mí, vuelos pequeñitos
que ni tan siquiera
saben rozar el suelo,
puñado de heridas en el alma.

¡Me dejaste  tantas cosas....
a mí, sólo miedo y nada!

Pero, con tu herencia
por bandera,
me desperté una mañana,
y era primavera en mi vida
y era resurrección y calma.,

Espérame, amor.
que tanga lista la albahaca,
que  se alcen al cielo sus ramas.

Espérame, amor,
que tenga a punto las rosas, 
que tenga eco mi voz,
que escriba otra mala poesía
que hable de ti, o...
¿tal vez de los dos?





14 mar 2012

Dos Postales


POSTAL 1



Para mí, el verdadero amigo/a es el que adivina
la soledad del amigo y,
 siguiendo sus huellas,
lo busca, lo encuentra,  lo acompaña...

POSTAL 2

                                   
       ¡Ojala seamos siempre para todos, pero
de forma muy especial par alos niños y niñas,
manantial de aguas  frescas, limpias de toda contaminación,
porque, allí dónde fluyan,
serán objetivo ilusionado en el que saciarán su gran sed.

12 mar 2012

Luna llena

                                                             

Hace dos días, de madrugada, la hora de mi primer café en mi cafetería habitual, me sorprendió, una vez más,  esta maravillosa luna llena. Me quedé eclipsada mirándola, mientras una riada de vehículos circulaban a mi alrededor.
 No, no la veían, porque su mirada era "carretera y volante".
¿Para qué mirar más alto?

5 mar 2012

Hombres Diez

DIARIO CÓRDOBA/ OPINIÓN
ISABEL Agüera 06/03/2012


A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: ¿qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas? Pero en cambio preguntan: ¿qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre? Solamente con estos detalles creen conocerle.

Si hay algún libro del que siento envidia por no haber sido su autora es precisamente de este: El Principito.

Y todo a cuento de un gran hombre, por supuesto, con nombre propio: José Peña González: cuatro licenciaturas, tres doctorados, innumerables obras y un larguísimo currículo, imposible detallar en tan breve espacio.

Este hombre diez lo conocí en nuestra Real Academia, como a otros muchos de gran categoría y prestigio. Al principio, entre su grandeza y mi pequeñez, apenas si alcanzaba a verlo, pero un día caí en la cuenta de que el hombre que yo buscaba estaba "dentro de la caja", y así era exactamente como yo lo quería.

Y no era pequeño ni estaba dormido. Era el amigo cercano, sencillo, educado, entrañable... Como canta el poeta de él se puede decir: "Me encuentro a gusto en mi flotilla rompe olas, navegando con todos. Compañero de barqueros y mineros, de todos los que se dan la mano, como y bebo con ellos".

 Amigo Peña: nuestro Séneca, del que soy adicta en mucho, dice: "La adversidad vuelve sabio al hombre. Creo que en tu caso, las grandes adversidades dan lugar como dice O. Goldsmith al mayor espectáculo del mundo que no es otro que cotemplar a un hombre esforzado luchando contra la adversidad.

Mi admiración y cariño, amigo. No hay más que una historia: la historia del hombre --Tagore--. A tu historia, amigo Peña, le faltan muchos capítulos por escribir. Estoy segura de que estás en ello, y de que tu capacidad y prestigio seguirá siendo norte para tantos como te queremos y admiramos.

Camino adelante. Sí se puede ir más lejos en nuestro pequeño gran planeta.




* Maestra y escritora



4 mar 2012

De Cartas a Lucrecia


                                     Encontré este zapatito y lo coloqué en lugar visible, por si alguien lo buscaba.
Hoy traigo a mi blog esta sencilla historia de vida, por si laguien busca o encuentra  otro "pequeño objeto perdido"



¡Vaya susto, Lucrecia! ¡Claro que pensé en todo! Y lo que te decía: se me disparó el corazón, se me aflojaron los nervios... ¿Llamar a la policía? ¡Ni me pasó por la cabeza! Unos instantes, y un chaval, porque se trataba de casi un niño, se incorporó sobresaltado:

-¿Es suyo...? Perdone, es que...Como hacía mucho frío...Como vi. la puerta abierta... Ya me voy perdone...

Con la poca ropa que llevaba puesta, llena de pasto, con los ojos entre desorbitados y soñolientos, me miraba suplicante.

-¿Cuántos años tienes? –fue lo único que se me ocurrió decir.

-Estoy metió en los quince

-¿Y tus padres...?

-Problemas. En mi casa hay muchos problemas Mi padrastro le pegó ayer a mi madre. Es por mi culpa, pero, sino me voy, lo mato.

Un bar cercano, donde todos los días desayuno, abría sus puertas. Lo invité a tomar un café. Consintió, pero una cierta desconfianza lo separaba de mí. Y en un descuido, mientras yo hojeaba el periódico, como un animalillo asustado, corrió entre la riada de coches que era ya la Avenida.

-No se preocupe -me tranquilizó un cliente-; son raterillos.

Esta tarde, cuando he limpiado mi coche, en el asiento trasero, el papelito de un chicle y restos de pasto. No, Lucrecia, no era un raterillo, no era un drogadicto, ni un gamberro, ni… Bueno, me da igual lo que fuera. Lo que esta noche me quita el sueño es precisamente lo contrario: lo que no era: Un chaval feliz, alegre, confiado, seguro... Aquí guardo un poco de su pasto, del que dejó en el coche. Lo único que poseo de un ser humano que ha volado por mi vida.

!Ojala, chaval, encuentres muchos coches con las puertas abiertas!¡Ojalá encuentres la casa, la familia que necesitas! ¡Ojalá todos despertemos mañana un poco más humanos!, y tú con menos frío, con menos miedo y con muchos menos motivos y deseos de matar.