Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

25 nov 2011

NUEVA OBRA

FRANCISCO A. CARRASCO 28/10/2011

CONTRAPORTADA DIARIO CÓRDOBA
Entrevista en Canal Sur televisión sobre la nueva obra 


A muchos se les ve llevando a los nietos al colegio, recogiéndolos o jugando con ellos en el parque. Realizan el trabajo que no pueden hacer los padres, multiocupados en salir de la crisis. Unos lo llevan con alegría, otros con más paciencia que alegría y algunos simplemente lo llevan.
 Cuidar de los nietos se ha convertido, posiblemente, en la mayor ocupación de los abuelos tras su merecida vejez. Pero, ¿hasta dónde debe llevar este cuidado? ¿Estamos abusando de los mayores? ¿Cuánto tiempo necesitan para ellos? A estas y otras muchas preguntas responde la escritora cordobesa Isabel Agüera --maestra de toda la vida, ya jubilada y con ocho nietos-- en su nuevo libro, Guía práctica para abuelos con nietos. Estrategias para que los abuelos hagan de la convivencia con sus nietos una experiencia divertida, pedagógica y enriquecedora, publicado por la editorial Toromítico y presentado anoche en la Taberna Patios de la Aljama por el editor Javier Ortega.
¿Y cómo deben comportarse los abuelos con los nietos? Esta es sin duda la pregunta del millón. Y esta la respuesta de Isabel Agüera: "Como mejor puedan, desde luego. Tratando de dilatarse pero no derretirse, es decir, que no consientan que hagan cosas que los padres tienen prohibidas y que les impongan una disciplina en cuanto a actividades que hacer dentro del hogar cuando están con ellos. Aunque sean muy pequeños pueden ayudar a regar una maceta, a doblar ropa, a limpiar cristales, aunque no lo hagan bien, pero que los niños no se pasen el día delante de la televisión o jugando con sus maquinitas". Luego queda claro que la responsabilidad de la educación es de los padres.

"El papel de los padres es el de ser responsables únicos de la educación de sus hijos, aunque los demás les ayuden. Ellos tienen que hacer que sean unos niños responsables que sepan valorar la autoridad de los mayores, conocer sus límites y no dejarlos que hagan lo que quieran porque no los molesten".
Isabel Agüera cree que, en general, sí se abusa de los abuelos, que han pasado de ser una mera ayuda "a ser unos auténticos canguros que ni por edad ni por salud ni por situación pueden atender a los niños debidamente", aunque reconoce que "hay abuelos que voluntariamente reciben bien a los nietos porque no tienen otras aspiraciones ni oportunidades". Cree que, aunque el problema se ha agravado con la crisis, la nueva situación es consecuencia de "la incorporación de la mujer al mundo laboral". "Las exigencias de una sociedad competitiva, donde todos vamos a tener lo mejor y lo más bueno, hacen que el padre y la madre tengan que trabajar toda la vida", explica, por lo que la nueva situación se puede prolongar sine die .

 Pide para los abuelos la mañana o la tarde para que puedan acudir a hacer ejercicio, manualidades o relacionarse en los centros cívicos y a ellos les aconseja que cuando tengan que decir que no, que lo digan. Ella, cuando sus hijos la llaman, acude rápido, porque sabe que sólo la llaman cuando tienen una verdadera y urgente necesidad y le permiten desarrollar su vida, pero antes ha debido dejar las cosas claras. Tomen nota.



Plazas y Jardines, escenarios de soledad


Sí, plazas y jardines es el escenario elegido por los ancianos para rastrear en el silencio de árboles, pájaros, flores, fuentes…, una vida silenciada por los años pero que, como cálido rescoldo, avientan con el único soplo que les queda: el recuerdo de lo que fue.

¡Cuánta soledad cerca de nosotros! Rozando nuestros pasos, que caminan siempre en imparables urgencias, están ellos…

Solos en compañía, compartiendo plaza, jardín, poyete, ruidos, silencios, pero… sus ojos buscan en distintas direcciones: pueblo, familia, amigos, historias… Allí donde posan sus opacas miradas, se encuentran naciendo, luchando, sufriendo, gozando, ayer, pero en esta soledad de hoy, llena, no obstante, de misterios, cuando abren el micro del magnetófono, que es su alma, notan cómo ya sólo se van grabando los sonidos largos, ¡muy largos! de las horas.

De sol a sol, mientras la ciudad eclosiona en afanes, ¡qué solo y frío el escenario que protagonizan nuestros ancianos!

PASOS QUE NO VAN A NINGÚN SITIO.

OJOS QUE MIRAN Y NO VEN.

LABIOS SELLADOS DE LOS QUE HUYERON SONRISAS Y PALABRAS.

CORAZONES QUE LATEN AL PESADO RITMO DE LOS DÍAS SIN NOMBRE.

¡RECUERDOS, SÓLO RECUERDOS QUE BUSCAN Y ENCUENTRAN, CHISPAS DE FELICIDAD, EN EL ÍNDICE DEL PASADO, EN LA MEMORIA PERDIDA DE LAS COSAS!



¿DÓNDE VAS ABUELO? DE SOL A SOL, TRANSITAS, PEREGRINAS, BUSCAS… PERO, DESDE QUE DECIDIMOS QUE ERAS MAYOR, ¡MUY MAYOR!, NO DEJAMOS PARA TI MÁS CAMINO QUE LA SOLEDAD, MÁS ESPACIO QUE LA NEGRA PASARELA DEL OLVIDO, DE LA INDIFERENCIA.


Queridos amigos: ¡Ojala, al menos, en las fechas que se aproximan, en nuestras casas, en nuestras vidas, en nuestro amor, encuentren el recoldo que precisan para seguir sus difíciles pasos por su matrecha existencia!

21 nov 2011

Oración a los Políticos

OPINIÓN/DIARIO CÓRDOBA
I. Agüera 22/11/2011


(Dos días antes de las elecciones)

 Políticos nuestros que estáis ya en el poder. Glorificados y bendecidos seáis. En este día queremos pediros el pan que más necesitamos como alimento que nos permita vivir años de paz y concordia entre todos los ciudadanos de nuestro país y del mundo.

No permitáis que el poder os haga insensibles, prepotentes, insolidarios e injustos con los más débiles, con los más necesitados... Que nada os importe el color de su piel, su nombre, su país...

Políticos nuestros: venga a nosotros vuestra mirada responsable y generosa y no se aparte de las necesidades que hacen grande a un pueblo, y vengan a nosotros vuestros oídos y no caigan en la sordera, ahogados e insensibles por el pedestal y escuchen, sí, sabias palabras, dichas por sabios hombres que deben guiar vuestra acción como gobernantes. Las escuelas de un país son su futuro en miniatura y nada mejor que la educación para alcanzar la libertad porque será el pasaporte que nos lleve por los senderos de la cultura, camino que hace nobles a los pueblos.

Gobernantes nuestros: que vuestra voluntad sea honradez para construir puentes sobre arroyos y ríos y no palabras tramposas que eleven acueductos en cauces secos donde vaya cayendo la corrupción y el olvido de promesas que un día fueron voz en calles y plazas.

Que vuestros pies se asienten en la tierra y se confundan con el trasiego de gente que sufre enfermedades, maltratos, desahucios, hambre, frío... Porque tuve hambre y me disteis de comer...

Que los ancianos reciban de vuestras manos la gota de felicidad que les permita seguir viviendo sin más privaciones y sobresaltos.

No olvidéis, gobernantes, cualesquiera que salgáis elegidos, que vuestro ideal político sea gobernar como personas y no como dioses y no olvidéis que todos los males de la democracia se curan con más democracia. Amén.








17 nov 2011

Minicuentos para la reflexión





Me contaba una pequeña de siete años:

-Por las noches, cuando me acuesto, entra en mi habitación un hombre que quiere matarme con una sierra.

Yo le dije:

-Eso es cosa de tu imaginación. Ese hombre sólo está en tu cabeza y...

Antes de terminar, la pequeña me interrumpió:

-Sólo en mi cabeza, no. Está también en mi televisor, y en el de mi abuela, y en el de mi títa, y en el de…

Celebrando una asamblea con alumnos/as de diez años, surgió el tema de la otra vida.

Un chaval, si rodeos, me preguntó:

-Pero vamos a ver, ¿hay vida o no la hay?

-Cuando un niño/a sale del vientre de su madre, termina con una vida para empezar otra. ¿Se puede decir que es un vivo o un muerto? -improvisé, sin yo saber bien a dónde me podía llevar mi atrevida metáfora.

El chaval se me quedó mirando. Sonrió. Después exclamó.

-¡Ya está! ¡Entonces, morirse es nacer!

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Durante un tiempo, mi hija mayor trabajo fuera de Córdoba.

Cada domingo, por la noche, se marchaba en coche a su destino.

Al despedirla, yo intentaba sonreír para darle ánimo.

Después, me asomaba a la terraza y hasta que se perdía de vista, con lágrimas en los ojos, le decía adiós con el pañuelo.
Un día caí en la cuenta de algo importante y me dije:  No me asomaré más a la terraza. Es preferible que se lleve mi “olvido” a que se lleve mis lágrimas. 


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Pasaba un día en el campo con mis hijos. Entre todos tratábamos de encender una fogata para asar sardinas.
Mis hijos recogían leña y la amontonaban junto a la chimenea. Yo, repitiendo religiosamente, lo que tantas veces había visto hacer a mi marido, hacía piruetas en un intento de que prendiera la llama.

Un anciano campesino, vecino de muchos años, se llegó a la casa.

-¿Qué hace? Así no prenderá jamás el fuego. Esos palos son raíces, y las raíces son más duras

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Me preguntaba una niña:
-Maestra, si el pez  grande se come al pez chico, el último de la fila, ¿a quién se come?
Por unos instantes, dudé en la contestación. Después, improvisé:
-Pues, los chicos se comerán unos a otros y...
Antes de que terminara mi improvisada “lección”, ella exclamó:
-¿Y por qué los grandes no se comen también a los grandes?
Pensé y escribí:

Los niños/as no saben razones de “grandes” ni de “chicos”, pero, eso sí,  saben mucho de justicia.
 (Sin comentarios)

















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11 nov 2011

Silencio, luna




SILENCIO, LUNA

Tú, luna, cielo de mi jardín de laureles y rosas...

¡Calla! ¡Calla! No digas nada. ¡Sigue tu camino!

¡Ya tengo ecos, escenario, canción..!

Volverá el tiempo de flores

para aquella niña de sueños

que bordaba con hilos de seda

la magia animada que brotaba de su corazón.



¡Calla! ¡Calla! No digas nada, luna, lunera!

¡Déjame a solas con mi sueño!

Con aquel que vivo, que está aquí,

Que sigue siendo mi caricia, mi beso…

¡Vámonos, amor, a la playa!,

Sí, de tu mano

¡Que bonita me suena la noche!


Es tu voz la que hace que sea tan bella canción...

Son tus palabras las que hacen luz en las

tinieblas de mi alma…

Es el tacto de tu piel el que suaviza

mis ásperos desamores...



Sobre mi almohada, un libro.

Por mi ventana, cielo.

En mis oídos el aroma cálido de su recuerdo

que se torna carpa de luz y viento.

En mi memoria, el rastro de la esperanza perdida.

En mis labios, una palabra,

sólo una:Amor

Y la niña ya puede soñar

historias de primavera,

mientras de sus ojos dormidos

una lágrima vuela

por el azul...

¡Chisss! ¡Silencio!

¡Que no se despierte!

4 nov 2011

2 nov 2011

DIARIO CÓRDOBA  / ROSA Luque 03/11/2011
(Con mi agradecimiento a una buena periodista)
Lo hizo ya desde una vertiente lúdica Rosa Regás, al escribir un Diario de una abuela de verano tan exitoso que acabó convertido en serie televisiva. Y lo ha hecho ahora, con más enjundia pedagógica pero con igual amenidad, la escritora cordobesa Isabel Agüera, que por algo ha sido, es y será siempre maestra, uno de esos oficios que escapan al calendario laboral impuesto.

Esta villarrense inasequible al desaliento, que tras la jubilación ha multiplicado su ya antes imparable producción literaria, acaba de publicar una Guía práctica para abuelos con nietos (o sea, con nietos que se te meten en tu casa y en tu existencia fagocitándola enterita si te descuidas). En ella traza con valentía y sin morderse la lengua, genio y figura, estrategias para que los niños y sus padres no abusen de los mayores (demasiado).

La primera recomendación de la escritora, que se supone habrá puesto en práctica ella misma con sus tres hijos y ocho nietos, es marcar el propio espacio desde el principio y decir "no" llegado el caso sin remordimientos. Lo cual no quita para ayudar a la prole siempre que se pueda y atender solícitos a la chiquillería pero sin pasarse, nada de mimos excesivos y sí propuestas divertidas que empujen a los peques a entender el mundo y a ir asumiendo tareas con dulce disciplina.

Y todo ello, dejando claro a los progenitores de la criaturas que, aunque los abuelos les echen una mano en la medida de sus fuerzas, son ellos y nadie más los responsables de su educación. Sabios consejos los de Isabel Agüera, que no le impiden ser una gallina clueca con todos los suyos; como lo fue con las numerosas hornadas de alumnos a los que regaló sus conocimientos y preparó para afrontar la difícil asignatura de la vida. Pero cada uno en su sitio, sin invadir territorios ajenos.