Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

24 may 2023

UNA MUJER EN LA TARDE

Una especie de tos, medio rugido, me ha sacado de mi nostálgico éxtasis. Sí, allí, junto al banco de al lado, un cuerpo de mujer, más bien un bulto de mujer, me ha hecho regresar. La miro, con disimulo, primero. Detenidamente, después. ¿Llora? No distingo sus facciones entre las dos luces de la hora y su ensimismamiento que la mantiene acurrucada en un evidente sufrimiento. 

Dudo unos instantes: ¿cómo abordarla? Un impulso, no obstante, me lleva directamente a ella. — Si no le molesta, ¿puedo sentarme aquí?

Aquel bulto de mujer, ausente de cuánto le rodea, tímidamente, levanta la cabeza y balbucea:  

  • Sí, señora. ¡Ya lo creo! Hay sitio de sobra.  
  • Unos minutos más de silencio en los que sigo prendada de la luna, que aparece entre los árboles, pero, desde lo más profundo de mi alma, busco palabras que me lleven a la comunicación con aquella pobre mujer. 
  • ¡Se está bien aquí! - exclamo, al fin - ¡Otra cosa será, cuando se ocupen los bloques! 
  • Sí, señora- contesta por pura cortesía. 
  • ¿Vive usted por aquí ?- pregunto ya sin tapujos.

Y aquella estática mujer, como si poco a poco se desdoblara y se creciera, comenzó a contarme  su vida entre lágrimas y suspiros: 

Yo he vivido siempre en el campo con mi marido, pero él hace dos meses que ha muerto, y yo...

Con dificultad se saca un pañuelo del bolsillo. Se seca unas lágrimas. Continua: 

-Ahora vivo con una hija, pero lo mío, ¿sabe usted? son las flores, los bichos, el campo... Por eso voy y vengo a este jardín... El campo era nuestra vida. ¡Estábamos tan a gusto! Ahora íbamos a celebrar las bodas... ¡qué sé yo cómo le llaman a eso! ¡Las bodas de un montón de años juntos sin un sí ni un no! 

  • Las bodas de oro" - aclaro yo.
  • Sí, señora; eso mismo.

Yo escuchaba, mientras la mujer tomaba vuelos en su profunda depresión que parecía esfumarse, a medida que hablaba y hablaba. Hubo un momento que, olvidada de su drama, me preguntó: 

-Y usted, ¿es de por aquí? ¿Tiene familia? ¿Tiene marido? ¿Le gustan las flores..?

Ante aquel tiroteo de preguntas, me limité a contestar: 

-¡Vaya si me gustan las flores!

Y, levantándose, diligente, se acercó al arriate más próximo. Cortó una rama de romero y, poniéndolo entre mis manos, dijo: 

- Tome; huele a campo y a sierra.


Ahora aquí, con el romero sobre mi falda, pienso cómo todos,  por amor al prójimo, tenemos el   poder que puede, hacer milagros, allí donde se encuentre. 

¡Pena que tan poco pensemos en ello y tanto nos limitemos! ¡Claro que todos los seres humanos estamos dotados de poderes! ¡Y claro que podíamos hacer prodigios!

22 may 2023

SEGUNDOS

 Lunes 22 de mayo de 2023

Buenos días, amigos: por fin disfrutamos de truenos, lluvia y hasta fresco que a mí me llevó a encender la estufa algún rato.

Para hoy tenía preparado el capítulo de la novela, pero ayer fue un día muy movido, muchas veces coger y dejar el aipad y en una de esas veces, el capítulo, borrado. No sabéis el tiempo que le dedico a resumir los capítulos sin que se pierda coherencia. En fin, tendré que hacerlo de nuevo y recurro, para hoy, a un breve escrito de un diario que suelo escribir. No sé qué os parecerá, pero no importa. En ese privadísimo Diario solo escribo para mí, y hoy comparto con vosotros una página que puede ser reflexión para todos.


SEGUNDOS

Anoche, caí en la cuenta de que de los 86.400 segundos que tiene el día, hay 5 o 6 que desde hace muchos años repito invariablemente cada noche y cada mañana con idénticos pensamientos. Sí, algo que, de una manera o de otra, hacemos todos. Puede parecer una simpleza, pero no lo es para mí.

Por lo general, me duermo en el sillón sobre las diez. A veces me despierto tan tarde que me voy, casi sin abrir los ojos, derecha a la cama, pero casi siempre, leyendo, oyendo música o entusiasmada con la creación de algo, me pueden dar las dos o las tres de la madrugada, sentada en la cama, pero hay unos segundos, finales del día, tan iguales años y años y tan importantes, al menos para mí: dejo bártulos en la mesilla, cojo una crucecita, que tiene casi tantos años como yo durmiendo sin moverse de mi mano, pulso el mando de la  luz y en la oscuridad absoluta, me siento tan sola, tan nada, tan  en manos del destino, de un sueño que no sé si despertaré, que de mi corazón brotan unas palabras por si un Dios me oyera: despiértame, deja que un día más pueda pulsar el mando de la luz y despertar en nueva mañana. Y en paz me entrego a mi incierto futuro.

Segundos, tan solo eso, segundos de los 86.l400 que tienen veinticuatro horas, pero los más importantes de los días, porque ellos representan, en dos clips, vida y muerte.


16 may 2023

LA VOZ DE UN CANARIO

 MIRAR Y VER


VOZ” DE UN CANARIO

ISABEL AGÜERA

Animada tertulia matinal en la radio. Los contertulios, blablablá, elecciones, encuestas, opiniones, debate a dos o tres voces que, a coro tratan de que no se escuche nada. 

Y claro, los asiduos radioyentes, en este vaivén de opiniones encontradas y, sobre todo, tan repetitivas, tan exacerbadas un día y otro también, oímos pero no escuchamos. Si acaso, acuciamos el oído cuando alguien pone en sus labios palabras  que acarician nuestras  ideas, mientras, con regodeo nos decimos: ¡este, sí; éste  sí qué vale! 

Pero, lo cierto es que estamos asfixiados de tanto más de lo mismo, y las tertulias a veces se tornan ruido más con el que  convivimos y en el que las palabras, en el mejor de los casos, se perciben como letanía sin más ora pro nobis que la indiferencia por respuesta. Pero he aquí que uno de estos días, cuando intervenía un oyente, los trinos de su canario irrumpieron arrolladores por las ondas. ¿Novedad, belleza, gracia, sorpresa? Tal vez un poco de todo enmudeció y hermano, en un escaso minuto a contertulios y oyentes. 

El don precioso de la   palabra –dice Barón de Holbarch- debe servir a los hombres para comunicarse sus pensamientos, para socorrerse mutuamente, para transmitirse las verdades útiles, y no para destruirse y engañarse recíprocamente. 

Es cierto que vivimos en una época de evolución sorprendente en el área de los medios de comunicación, reduciéndose así las distancias, las ideas, los tiempos…, pero, a pesar de este avance, prevalece un factor que ha sido siempre catalizador  de las relaciones humanas:la palabra  y el comunicarse a través de ella es la más primitiva, pero la más efectiva forma de formar, informar socializar… 

La palabra hoy está devaluada, y ha dejado de ser camino que conduzca a la verdad, para transformarse en vehículo de radicalismos encontrados.Tal vez precisemos la voz de un simple “canario” para sorprender, aunar  y embellecer  nuestras  trilladas rutinas. 

No abras los labios, si no estás seguro de que lo que vas a decir es más hermoso que el silencio. (P. Chino)

2 may 2023

SOLO UN CUENTO

 DIARIO CÓRDOBA / OPINIÓN

SÓLO  UN CUENTO
ISABEL AGÜERA
 Desde niños, dos hombres, con rencores  heredados, crecieron en la distancia de palabras y gestos. Jamás habían reparado con objetividad y sensatez en las causas que habían promovido entre ellos tal animosidad que su único lugar de encuentro era la hostilidad traducida en insultos, mofas y súbitos lances  que en ocasiones los habían llevado a las manos. 
Pasaron años y un día, ambos jubilados, se encontraron compartiendo ocio en el mismo jardín del barrio. Cada día, no obstante, era mayor  el resentimiento que los llevaba a evitarse, ocupando, así,  bancos separados desde lo cuales se proferían  absurdos e injustificados insultos. 
Sucedió que de la noche a la mañana, y en una urgente reforma del jardín, desaparecieron todos los bancos menos uno que ocupaba un lugar preferente bajo un gran árbol y junto a una pequeña fuente. Cuando llegaron los dos hombres no tuvieron más remedio que ocuparlo, si bien lo hicieron situándose en los extremos y con la cabezas vueltas en distinta dirección. 
Al día siguiente, se miraron e hicieron un ligero gesto de saludo. Transcurridos unos días repitiendo saludo, uno de ellos dijo:
- Parece que va a llover. 
Y el otro contestó: 
- Eso parece. 
Y a partir de entonces, cada día crecían en palabras, en proximidad, en aclaraciones, hasta concluir  que sus diferencias, tan remotas e injustificadas  los habían privado de una  valiosa amistad. 
El científico Gadamer  dice que la comunicación es una cadena de consensos y que sólo el diálogo racional nos podrá salvar del "nihilismo filosófico" y nos permitirá reconstruir, una vez más, el puente que alguna vez unió ética y política. 
Como en los personajes de mi cuento, no se dialoga; se discute, se  ofende, se quiere avasallar al otro, y así no hay puente que valga. Lo más importante, creo yo, para llegar a entendernos, es tratar de escucharnos. Qué tal, si el primer eslabón fuera  hablar del tiempo?  No dejes que muera el sol sin que haya muerto tus rencores. GANDHi.