Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

28 nov 2008

PADRES

Ser pedres es algo más que "sembrar" un hijo y dejadlo crecer a merced de una despiadada intemperie. Un hijo debe ser obra maestra. A ella deben dedicar los padres atención, tiempo, mucho amor, porque, la excesiva permisividad, las horas de olvido, el no ser conscientes de cómo son, cómo viven, qué les importa, etc. equivale a cultivar plantas sin raíces, que le sirvan de base en el futuro, sin sabia que los alimente y mantenga erguidos. Ni un día, pues, sin la mejor pincelada ya que de lo contrario para hacerles justicia se tornarán su castigo.



Los hijos, para ser felices, más que de juegos sofisticados y caprichos a la carta, precisan, eso sí, quién comparta con ellos un simple globo.


Los maestros/as ayudan pero el cálido rescoldo que debe germinar como antorcha de luz peremne, se enciende o se apaga, definitivamente, en la familia, en el aula maravillosa e insustituible del hogar.


La familia es la cuna que mece el futuro de los hijos.


Dondequiera que trabajéis -decía mi padre- hacedlo con honradez. Dondequiera que pongáis vuestros piés, dejad huellas buenas que puedan guiar. Dondequiera que pongáis vuestras manos, dejad brillo en lo que toquéis. Y yo añado: dondequiera que haya unos padres no olviden que cultivan el delicado tallo de una futura flor.


Cuando me siento perdida en un mundo de injustas oscuridades, busco y encuentro en el índice del pasado, un hogar, unos padres, unos años en los que fui feliz. Y en ese puerto, la luz siempre verde de la esperanza.

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