Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

2 may 2023

SOLO UN CUENTO

 DIARIO CÓRDOBA / OPINIÓN

SÓLO  UN CUENTO
ISABEL AGÜERA
 Desde niños, dos hombres, con rencores  heredados, crecieron en la distancia de palabras y gestos. Jamás habían reparado con objetividad y sensatez en las causas que habían promovido entre ellos tal animosidad que su único lugar de encuentro era la hostilidad traducida en insultos, mofas y súbitos lances  que en ocasiones los habían llevado a las manos. 
Pasaron años y un día, ambos jubilados, se encontraron compartiendo ocio en el mismo jardín del barrio. Cada día, no obstante, era mayor  el resentimiento que los llevaba a evitarse, ocupando, así,  bancos separados desde lo cuales se proferían  absurdos e injustificados insultos. 
Sucedió que de la noche a la mañana, y en una urgente reforma del jardín, desaparecieron todos los bancos menos uno que ocupaba un lugar preferente bajo un gran árbol y junto a una pequeña fuente. Cuando llegaron los dos hombres no tuvieron más remedio que ocuparlo, si bien lo hicieron situándose en los extremos y con la cabezas vueltas en distinta dirección. 
Al día siguiente, se miraron e hicieron un ligero gesto de saludo. Transcurridos unos días repitiendo saludo, uno de ellos dijo:
- Parece que va a llover. 
Y el otro contestó: 
- Eso parece. 
Y a partir de entonces, cada día crecían en palabras, en proximidad, en aclaraciones, hasta concluir  que sus diferencias, tan remotas e injustificadas  los habían privado de una  valiosa amistad. 
El científico Gadamer  dice que la comunicación es una cadena de consensos y que sólo el diálogo racional nos podrá salvar del "nihilismo filosófico" y nos permitirá reconstruir, una vez más, el puente que alguna vez unió ética y política. 
Como en los personajes de mi cuento, no se dialoga; se discute, se  ofende, se quiere avasallar al otro, y así no hay puente que valga. Lo más importante, creo yo, para llegar a entendernos, es tratar de escucharnos. Qué tal, si el primer eslabón fuera  hablar del tiempo?  No dejes que muera el sol sin que haya muerto tus rencores. GANDHi.

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