Sí, estamos rodeados de infinidad de pequeñas cosas que nos acompañan, que nos suceden, que se nos cruzan en el camino, día a día, y las pasamos de largo; las miramos y no las vemos. Tan sólo cuando nos faltan caemos en la cuenta de que estaban. Y es que son, y no lo sabemos, la más exquisita ambrosía que alimenta nuestr
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DIA nublado. Día precioso de paseo. Es el otoño que se aproxima, con lluvia, con viento, con oscuridades.
¡Cuánto me gusta!
Sólo siento que los pájaros emigrantes se nos van.
¡Adiós, pájaros,adiós...!
¡Volved...! ¡Volved...!
¿Adónde iría yo, si pudiera volar con ellos? ¡Lo sé, lo sé...! ¡Claro que lo sé!
Siempre en busca de una madrugada
Siempre en busca de un amor...
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ESTA tarde he descubierto lo rica que soy: cuando tengo sueño, me espera una buena cama; cuando tengo hambre, un trozo de pan y, por si fuera poco, al asomarme a mi terraza, he descubierto una cometa que en la mano de un pequeño jugaba.
¡Qué rica de verdad soy!
Tengo alimento, pájaros, confort y… ¡qué maravilla!
¡La magia de una infantil cometa!
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UNA noche, con una caracola en el oído, me quedé dormida. Soñé que era una ola chiquita y que jugaba con niños en la playa.
De pronto, se levantó viento y me transformó...
¡Sí, sí...! En ola gigante
Los niños se asustaron y huyeron.
Cuando desperté, me dije: Haré siempre lo posible por ser ola pequeñita; los niños, sólo ellos son mi trabajo, mi premio...
Ellos, sólo ellos, son mi mejor sueño.
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ME descubro, y guardo silencio, cuando un coche fúnebre se me cruza en el incesante tumulto de tráfico y gente que son las calles de la ciudad.
¡Un minuto de silencio, por favor!
Descubríos, amigos. ¿No veis que es un ser humano en su último recorrido por nuestras calles que fueron camino de sus largos pasos, y entre la gente que, durante muchos años, consideró conocidos y amigos?
¡Descubríos, todos, por favor!
¡Un minuto de silencio!
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HOY es un día feliz para mí, porque aquella semilla que este invierno sembré, que regué, que aboné, que amé... agradecida, me ha sorprendido esta mañana con su mejor fruto: una pequeñísima margarita roja.
Doy gracias a Dios por tan maravilloso regalo.
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POR la mañana vi salir el sol, y tu rostro era radiante.
Por la tarde vi ponerse el sol y sobre tus hombros había cabellos blancos.
Me dije: De la mañana a la tarde... ¡cuánto tiempo ha transcurrido!!
El sol ya no estaba, pero la sonrisa...
permanecía en tus labios.
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