Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

7 oct 2015

Mujer maltratada

 Corrían malos años aquellos primeros de mi magisterio  Mi residencia, una habitación en casa de vecinos. Permanecí en ella un curso, pero jamás podré olvidar a María. Ella, madre de cuatro hijos,  pequeñita, silenciosa, trabajadora, pareja del dueño de aquella fría, incómoda y destartalada vivienda, de sol a sol, prestaba servicio a todos: limpieza, cocina, ropas…  Y en sus labios siempre una palabra amable, una sonrisa, un gesto humilde. No obstante en su rostro azulado podía adivinarse el sabor de muchas lágrimas calladas, de muchos miedos soportados, de una inmensa marea de interrogantes que le reventaban el alma sin respuestas.
Una noche y otra, yo la escuchaba, a través de las paredes, suplicando, llorando… Y escuchaba golpes acompañados de  voces brutales de aquel hombre que, celoso y medio borracho, la agredía, la humillaba, la maltrataba.
Recuerdo que  me tapaba la cabeza con aquellas sábanas de lienzo moreno, como si me protegieran de  tamaña barbarie, pero mis noches se tornaban horas de  insomnio en las que mi corazón estallaba en fuertes latidos de rabia, impotencia… dolor. El desayuno a punto cada día y aquella sonrisa que jamás se apeaba de sus labios.
Alguien se preguntara por qué yo no denunciaba, pero, ¿acaso al principio de los sesenta “existían” tales denuncias? Y en mis años de  tan niña lo único, mi cariño, mis palabras y algo de ayuda en aquel  destartalado caserón.  







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