Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

21 ene 2019

VIENE DICIEMBRE COMO UN ALA DULCÍSIMA




Sonrisas y lagrimas. Día y noche. Vida y muerte: siempreluz y color

A Paco Carrasco, poeta amigo

Dijeron es temprano, dejad que ya amanece. / La luz de un gallo hería el perfil de la aurora. / Desnudaba diciembre su torso en una rama / y el aire daba un vaho de portapaz antiguo...

Once de la mañana de un día cualquiera. Mis reflexiones manan parejas con el agua de riego del jardín, escenario al que diariamente me aúpo en mi reiterado anhelo de vivir, amar y aprender. Sí, el espectáculo del mundo   me deprime   Y me deprimen las competitividades absurdas que se crean en colectivos, trabajos, personas... Pareciera como si lo importante no fuera hacer justicia, resolver problemas, crear música, crear sueños,  crear vida..., sino  destruir al otro, sin aportar mejor recambio...

El naranjo se orea en la mañana ancha /  y una mano de frío moja el cristal del aire...  Todo un mundo de aromas en el viril de Córdoba / cuando la luz cantando se hace adulta en el brezo...

Sigue el murmullo del riego, y sigue, muy lenta en el jardín, la mañana. También mis reflexiones se suceden en el más puro surrealismo: ¿qué tendríamos que enseñar a un niño antes de todo? Creo que lo más importante sería transmitirle el mensaje de que es único, irrepetible... Algo que los mayores, por lo general, olvidamos en aras de una malsana comodidad, al querer someterlos  a la impersonalidad de moldes preconcebidos. Cada uno somos “puntada” irrepetible en el inmenso tapiz de la creación...
Y cada mañana, mi encuentro con Paco Carrasco en el jardín. Y es su amistad limpia, y es su alma transparente, y son sus palabras, y son sus versos...

Sí, querido Paco, viene el otoño, y viene diciembre, pero como un ala dulcísima, el tiempo nos sobrevuela...  y traen ya los pájaros al huerto un tiempo nuevo / junto a la vieja tapia del jardín en penumbra...


Tu espléndido libro “Esperando el Olvido”, los árboles, el riego, los caminos, tu compañía en el cálido regazo de un descanso, paz, armonía, sin plagios, esnobismos, sin envidias, sin trampas, sin caretas; nada mejor.    Hasta mañana, Paco, en el jardín, a la misma hora, bajo el mismo árbol, te espero.

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