Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

8 nov 2021

No sé...

No sé si hoy he deseado volver a nacer, a ser aquella niña de juegos y cuentos, de sueños y fervores, feliz con una libreta y un lápiz, aquella niña que hablaba con la veleta, con la luna, con las gallinas... o si por el contrario, aquel  manantial de sueños, proyectos, fervores, sentimientos, amores... extinguido por el rodar de caminos de amapolas donde ortigas entrelazadas, punzantes, y dolorosas, han sacudido su maleficio sobre mi piel, inocente, tierna, brisa en calma, he deseado dormir sin pesadillas, sin dolorosos despertares, perdida y olvidada en la nada.

 

No sé si hoy he deseado cumplir veinte años y con la mirada puesta en las manos de un dios que me llamaba, volar al mundo negro donde el llanto de niños moribundos me esperaba y una cama de paja, y un manto de estrellas por abrigo y una sinfonía de grillos, búhos y ayees de humanos sufrientes, por arrullo de sueños imposibles.

 

No sé si hoy he deseado un altar, una cola, un velo y un... sí quiero...

 

No sé si hoy he deseado, tras años vividos tratando de conocer y olvidar, estar lejos de este mundo de mentiras, picardías, injusticias, envidias y trampas, lejos, muy lejos, echando cerrojos en puertas y ventanas, y volar para tal vez no volver más.

 

Pero como si cada palabra que escribo se tornara de un rojo sangre, tengo que rectificar, porque hay un mar azul, un océano de aguas limpias donde beber sin miedo a pócimas envenenadas, sumergirte en ellas sin miedo a engañosos cantos de sirenas, a navegar sin amenazas de vientos huracanados que te arrastren, sin medusas que te hieran...

 

Y en cada palabra que rectifico nace un nombre: hijos, nietos, hermanos, amigos..., lunas blancas, estrellas siempre luz en mis horas de horizontes perdidos... 

 

Mis dudas y deseos de hoy se han desvanecido como la espuma de las olas en la orilla de las playas y en este soleado día, quiero esperar   primaveras y muchos otoños, y esperar manos, besos, palabras... 

No, no voy a borrar, pero quemo, pisoteo, cada lágrima, propiciada por el desamor y la injusticia y la mentira y las trampas humanas, y pulverizo cada desesperanza, porque de   todas las heridas solo quedan el rescoldo, el leve escozor de las heridas, de las ausencias. Me  aferro  a este presente  el gran tapiz de   belleza, de  arte, de   creatividad, de  amor que seguiré buscando, dando y recibiendo

Isabel Agüera 6 de noviembre de 2021.


Y niños felices a mi alrededor.



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