Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

18 abr 2013

Un cuento cada día: Cambio de Prisión




El despliegue policial para el transporte de presos era un macabro espectáculo. Dentro de mi coche observaba, al tiempo que mis reflexiones y también mis lágrimas me asfixiaban en un vaivén de pensamientos, cuya dirección no era otra que la de aquel alumno, adolescente,  un preso más, que pasó un mes en el aula de uno de mis muchos destinos.

¡Tan sólo un mes!, porque la mala pata de una gripe me ausentó de mi trabajo. Cuando regresé ya no estaba: había sido expulsado.

Aquel chaval, torrente de feroz adolescencia, era, cuando lo conocí, herida sin drenar, agujero negro, por donde, no obstante, un rayo de esperanza oteaba por el universo de su mirada, mezcla de picardía y ternura.

Y mis lágrimas, al recordarlo, era, son, como una incesante súplica: No, él no precisaba coches blindados, ni esposas, ni grilletes... Él sólo hubiera necesitado, y puede que aún lo siga necesitando, un poco de atención y amor. Él  no nació delincuente, él, como todos, llegó al mundo con el índice de su vida, tapiz blanco, transparente...

 En esta noche de verdes y azahares él sigue siendo presencia viva en alguna cárcel  de España y en mis pensamientos.

No pido para mí, nada, al menos por esta noche.  Tan  sólo deseo un cielo como techo, aire libre para respirar  y un camino para los pies de tantos delincuentes, que se hicieron, que hicimos entre todos. 

2 comentarios:

Katiuska dijo...

Me gusta mucho tu escrito sobre el chico que no nació delincuente.
Es un mundo muy duro, yo lo sé porque trabajé con chicos y niños de protección de menores y quedas muy marcada.

Isabel Aguera Espejo-Saavedra dijo...

Gracias, Katiuska. Un beso.