Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

29 abr 2013

Esto no es un cuento: Otro treinta de abril


Tú sigues vivio en el marco de los días

Ha vuelto el frío esta madrugada, cuando escribo, a dos días de otro treinta de abril ya muy lejano: aquel del adiós definitivo al hombre que durante treinta años fue mi compañero inseparable. Y mis ojos, nubes preñadas de lágrimas que tatos caminos regaron, vuelven a ser borrasca hoy de nostalgias y recuerdos.
Aquel pueblo de nuestro encuentro, las tormentas, los paraguas, los charcos, las goteras, en los otoños. Los braseros, los rincones... en los inviernos. Los trigueros, los verdes caminos de manzanillas y amapolas en primaveras...
El y yo, pobres de todo, ricos sí en amor, dichosos con nuestra nada, vivíamos en plenitud los momentos que eran nubes, que eran lunas, sierras, silencios, vientos... ecos.
El y yo hicimos de nuestras vidas tal aleluya que, tras veintitrés años ya de aquel adiós sin retorno, puedo escucharlo, puedo verlo superpuesto en el cuadro vivo de los días.
Sí, yo sé que es él boca grande en sonrisas que me mira, y es él, lluvia limpia que cala mi alma esta madrugada, y es él nostalgia en las flores marchitas de un ayer que es hoy en el almanaque de mi alma.
El y yo, poema de amor escrito en el cálido aliento de los instantes que me nacen, que me palpitan, que me llevan... no sé a dónde, pero es su amor lo que respiro, y es, sencillamente, su amor lo que me ríe, lo que me llora, lo que casi me paraliza, buscándole en este día que tanto lo necesito.
Su recuerdo, sigue siendo flujo y reflujo en lugares, palabras, silencios... amores.
Su recuerdo no es un ayer muerto en la precoz hora de azahares y jazmines.
Su recuerdo no es aquel beso postrero que dibujó en mis mejillas el blanco pañuelo de sus labios en el terminal suspiro que exhaló su alma.
Su recuerdo es... sí, realidad de unos hijos buenos que no lo olvidan, y realidad de unos nietos que, sin conocerlo, miran al cielo y pronuncian su nombre.
Su recuerdo no será jamás pasado. Mientras me quede un hálito de vida, él será mi presente.








1 comentario:

Katiuska dijo...

Triste pero bonito.El recuerdo es bueno.