Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

25 may 2011

Bloc de frases / Mayorcitos



Lo profundo está en lo sencillo, lo trascendente está en los detalles, lo complejo está en lo simple. Si cuidamos lo sencillo, los detalles y lo simple que hay en lo cotidiano; si miramos con atención cómo vivimos la vida y después de comprometernos a incrementarla, confío en que nuestra calidad de vida y nuestra juventud nos acompañarán hasta el último de los días... dentro de muchísimos años.

Luego, cada año que pasa no tiene que sumirnos en la nostalgia, pensando que envejecemos, o excitarnos en una especie de impaciencia porque no hemos logrado todo lo que queríamos y sobre todo por considerar que acortamos pasos hacia la muerte.

A lo largo de los tiempos el hombre ha ido interpretando incesantemente el papel del adulto mayor en la sociedad, dependiendo de diversos factores: políticos, artísticos y estéticos, demográficos, éticos y religiosos, así como los relacionados con la familia y el parentesco. Luego no seamos presas de interpretaciones, sino sigamos siendo, a cualquier edad, la persona que somos con todas nuestras más ricas manifestaciones.

Todos nos vamos haciendo mayores día tras día y creo que es necesario tener en cuenta la gran riqueza de las personas mayores y todo lo que aportan diariamente. 

Ser un adulto mayor, como cualquier otra etapa, posee su propia funcionalidad, y las barreras a la funcionalidad de los ancianos surgen con frecuencia de las deformaciones y mitos sobre la vejez más que de reflejos de deficiencias reales.

La vejez constituye una etapa más de la experiencia humana y por lo tanto puede y debe ser positiva y de desarrollo individual y social.

En un mundo tecnificado como el nuestro el ser humano ha de seguir inserto en procesos de aprendizaje a lo largo de toda su vida adulta y nuestra sociedad ha sido bautizada como una sociedad del conocimiento en el que éste se convierte en un objetivo preciado a todo lo largo del ciclo de la vida.

La vejez, pues, repetimos, es una etapa de la vida y el envejecimiento es un proceso que ocurre a lo largo de la vida.  Luego constituye un periodo más de la experiencia humana y por lo tanto puede y debe ser positiva y de desarrollo individual y social.

El asunto no es llegar a viejo. El asunto es vivir bien, lo que a su vez nos ayudará a alcanzar muchos años de vida. Una cosa es ser mayor y otra cosa es tener muchos años. Tener muchos años no es incompatible con sentirse joven. Saberse muy mayor, viejo pareciera que obliga a comportarse como tal.

Hay que seguir siempre con la antorcha encendida. Si no podemos correr, caminemos, y si no  podemos caminar, cojamos una silla de ruedas. Hay que izar velas y  crear, llegar…

Oídos sordos a las voces que nos incitan y esperan caigamos en la desesperanza como si ya hubiésemos alcanzado todas las cimas, impidiéndonos escuchar la hermosa sinfonía de la vida que tenemos delante.

No hay nada mejor que ser feliz y evitar que los años no lleven al mal humor porque ese estado acentuará nuestro aspecto poniendo más de relieve el paso del tiempo por nuestros cuerpos.

Hay que cuidarse, y esto va a suponer cada vez mayores  y molestas atenciones a nuestras goteras, pero no hay más remedio: No podemos dejar que se nos hunda la casa.

No hay retorno en los años, pero siempre quedan pasos hacia delante que no debemos borrar de nuestro camino.



18 may 2011

Nueva Obra






Una nueva obra en la que he tratado de aunar tres elemnetos  necesarios para educadores, en general: Creatividad, Lenguaje y Nuevas Tecnologías. Creo que es  interesante, práctica y lúdica.

14 may 2011

A un amigo del mar



Tírale un beso a tu mar! ¡Un beso, marinero!
Mi beso de tierra adentro.
      
         ¡Cógelo! ¡Allá va!

Quiero al despertar de madrugada
mirar al cielo y soñar que mi beso,
navecilla sin rumbo navega,
 música en  proa, de soledad
¡Ríe que ríe tras el azul infinito de ese tu bello  mar!

¡Tírale un beso a tu mar! ¡Un beso, marinero!
Mi beso de tierra adentro... ¡  ¡Allá va!
Quiero, entre arreboles de ocaso,
ver que mi beso no encalla, ver que mi beso se salva,
ver que mi beso se va...
¡Lejos, muy lejos, con la luna, con las olas...!
¡Adiós, adiós, beso mío, no mires atrás!

Mi beso, marinero, pongo en tus labios de sal!
Que ice velas sin retorno, que navegue a la deriva,
que navegue sin rumbo...
¡Qué más da!
Que navegue es lo que imposta
nada más.

Tus labios, ¡qué senda de luz para surcar!    
¡Pero no te lo quedes, marinero!
 ¡Tíralo, sin miedo, a la mar

10 may 2011

Pena de Muerte

                      

Pena de muerte

11/05/2011 ISABEL Agüera


Tras leer montones de artículos, escuchar tertulias y opiniones de todos los colores, me atrevo hoy a reflexionar en voz alta algo que me cuesta digerir y que humildemente expongo, consciente de que ni por cultura, ni por formación política, ni por nada, seguramente, estoy capacitada para hacerlo, aunque hay un pequeño matiz que me impulsa, no obstante, a ello y así poner palabras a esa voz que habla a todos del bien y del mal: la condición de ser humano por encima de todo. Hay un mandamiento, que escuetamente dice, sin posibles interpretaciones, no matarás. Y alguien, que no recuerdo, dijo: matar a una persona por defender un ideal no es defender un ideal: es matar una persona.
No creo que nadie sospeche siquiera de mi repudia más absoluta hacia el terrorismo y hacia los que lo practican o toleran pero, si más de dos tercios de los países del mundo han abolido la pena de muerte, se supone, supongo que no es precisamente de cara a los santos y pacíficos ciudadanos, sino para todos, sin excepción. Y ahora resulta que nos alegramos, que festejamos, que aplaudimos, como una gran victoria, la ejecución de un ser humano, de dos de sus hijos, nietos, etc.
Condeno de forma rotunda --repito-- a todos los Goliat vengan de donde vengan. Pero, dando por descontada esta obviedad, las noticias estrellas de estos días me dejan perpleja. Sí, porque la palabra matar nos va sonando como a broma, y ya la he oído hasta en boca de niños. En fin, que no, que me uno al coro de voces que hablan del primor de coger vivos a los criminales, juzgarlos y condenarlos.
Pero si este mundo va camino de justificar la tortura, la mentira, si va camino de matar y aplaudir a los verdugos, a los chistosos que usan la palabra ma-to, mejor huir de él. No sé a dónde, pero huir.

La pena de muerte es signo peculiar de la barbarie. Lo dijo Víctor Hugo.

Patio cordobés

    Creatividad y belleza en nuestros patios

6 may 2011

PENSAMIENTOS PEDAGÓGICOS




Si queremos  mejor socie­dad  no olvidemos que la escuela, la familia... son los mejores talleres para “modelar” tan valiosa “materia prima”: nues­tros hijos, nuestros alum­nos y alumnas.

Hagamos de nuestras es­cuelas, de nuestras fami­lias, lugares de conviven­cia, de conocimiento, de toleran­cia...,  donde  se aprenda a vivir en socie­dad, sopor­tando, excu­sando, colabo­rando...

No debemos consentir que nuestros hijos, nuestros alumnos crezcan en todo, tan solos, tan aislados que hasta anden por la calle con auriculares que los aíslen y los priven de oír el sonido, casi siempre ma­ravilloso,  de la voz amiga, de la voz cálida de otro ser humano.

La socialización es el pro­ceso que transforma al “individuo biológico en in dividuo social por medio de la transmisión y el aprendi­zaje de la cultura de su so­ciedad.

Un maestro genial, ignora siempre que lo es.

El ritmo con que los niños/as  aprenden no es siempre el ritmo de los maestros al en­señar. ¿Acaso  tendría que haber  parquímetros en las aulas? Creo que para algu­nos maestros sí, pero jamás  para los alumnos.

El maestro, para cualquier tipo de aprendizaje que se proponga emprender, deberá partir de los conocimientos previos de los alumnos, al fin de “edificar” desde una realidad asumida. Levantar castillos en la arena es pasar el tiempo pero no edificar.

Si un alumno  está distraído, no atiende, es que su mente está en otro lugar. El maestro debe descubrirlo y compartirlo.

La rival, por excelencia del maestro es la maestra calle. Nada mejor para combatirla que “dejarla entrar en el aula” y “darle cuerda” para que suelte la lengua”, porque,  de lo contrario, sin duda alguna, nos ganará la partida.

Los niños ven cosas que no ven los mayores, y la razón es que, en sus miradas no hay interferencias, porque la inocencia es parapeto que los protege de ellas.

Un niño que siempre anda con mayores, siempre será un adulto niño y un niño viejo.

Un niño que siempre anda con mayores, siempre será un adulto niño y un niño viejo.

No son las palabras las que pueden hacer daño a un niño, sino el tono de esas pala­bras. Ellos saben perfectamente si proceden de un padre o de un padrastro.

El aprendizaje no es una maratón donde se  condecora sólo a los primeros en llegar a la meta; en educación todos deben recibir medalla, cuando el maestro/a  diseña metas individuales.  

En un parque, un pequeño quería escalar una red. Su padre se opnía rotundamente, repitiéndoe: Te vas a caer:
Al fin , el pequeño logró la autorización. Lo intentó y cayó.
El padre exclamó: ¿No te lo dije?
El niño respondió: Pues, ¡no habérmelo dicho!