Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

26 abr 2011

PROSA POÉTICA



                                                         Fraile de la veleta
Mi casa, este rincón del mundo, este solitario bosque de felicidad, tiene voz que  entona canciones de amor a mis sueños de niña que hoy como ayer sigue empeñada en bordar la sutil luz de un relámpago. 
Aquí, como entonces, bajo la fotinia, ayer, de aquel jardín que fue mi casa, de cara al frailecillo loco de la veleta, frente al palomar, sigo empeñada, hoy, en descifrar misterios, perdida entre malvas, perdida en el inmenso prado de la vida
Dime fraile loco, veleta de tantos vientos, ¿Por qué no cesas en tus devaneos con todos los aires que soplan y pactas con la hora calma?
¿Por qué te empeñas en hacerme creer que vives?  No, no me asustas.
Tú tan sólo eres un muñeco a merced de un amo. Un grotesco fantasma, marioneta de soplos caprichosos. Puede, ahora que lo pienso, que tan sólo trates de llamar mi atención con tus coquetos balanceos.
Bueno, si es así, te miro, te veo… Sí, te quiero; no te borraré de mis recuerdos, fraile loco. Tú formas parte de los ecos, de la vida, de la canción que cada amanecer me susurra por el alma. Y que un día entoné hechizada por el azul crecido en la plenitud de mi soledad y se prendieron en mí para siempre.
Allí, entre enredaderas, te miraba, te sonreía, te soñaba…
Y yo era niña de cuentos, niña de magia y secretos, niña de cristalitos y pétalos de rosa, niña de pajaritas de papel y muñecas de trapo…
Yo era niña, entonces, y ahora, crecida, más que por  años, por momentos, torrentes de la vida, me siento caminante cansado, me siento soledad y olvido.
¡Poca, muy poca cosa! Yo creo, veleta de mi infancia, que aquella niña sigue hoy, cantarillo que, sin rencor se llena de esperanza, de emoción infinita al oler la rosa, al oír el viento, al ver cómo pasan las nubes…
Emoción y esperanza que me nació allí, entre enredaderas y flores, en un bello jardín, acariciando siempre un mágico sueño.
 

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