Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

5 feb 2012

Mis sencillas reflexiones




ME acerco a mi monte favorito y grito:
¡Eco, eco, eco..!
No me falla: siempre contesta.
No, no contesta: repite, y eso me recuerda que, en este
lugar, no hay más voz que la mía.
¡No puede ser! Buscaré más voces.
No me gusta la soledad en la que solo
se oiga el eco de mi voz.


OFREZCO mi perla, aquella que, tras muchos años de rodar y rodar,
 logré cincelar sin más herramienta que el amor.
Quédate con ella -me contestan unos y otros-. Las perlas brillan demasiado y podrían oscurecer nuestros propios destellos.
Pero mi perla es mía.
Si nadie la quiere la guardaré en el corazón
y su fulgor me sobrevivirá... seguro, más allá de la muerte.




CUANDO recuerdo mi infancia en aquel jardín de mi casa, sé que nada ni nadie podrán borrar en mí la belleza, el amor, la ternura... que me nació y creció entre flores, arriates, arrullos de palomos, juegos, cielo...
¿Testigos? ¡Ahí están!
Papá, mamá, hermanos... FAMILIA
                                                                

UN alto en el camino se me impone todos los días.
Tengo que hacer balance, analizar y rectificar.
Tengo que tomarme el pulso y comprobar si me sigue latiendo la verdad o si, por el contrario, mis latidos se han tornado falsedad, hipocresía y mentiras...
Está todo tan contaminado que...
¡Quién sabe...! Mejor, vigilar             
 
EN mis recuerdos, siempre niños.
Mi vida ha sido un caminar entre ellos.
Es por eso que soy tan niña todavía en el amor.
No he madurado en la picardía de los mayores.
¡Y me alegro tanto de ello!



GRACIAS te doy, mariposa, por venir
a posarte en las florecillas de mi terraza.

¿Dónde podría yo encontrar una mariposa
que libremente eligiera mi casa?

¡Qué feliz me haces, blanca mariposa!

 

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