Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

2 jul 2011

Nunca te olvidaré


Juan Cabrera era mi cuñado: Murió en la madrugada del pasado sábado, día 25. El hombre -dice R. Tagore- no se revela en su historia, sino que lucha a través de ella.  Y este aspecto de luchador  nato es el  que quiero destacar, aunque siempre fue así reconocido y valorado por mí. A Juan  Cabrera lo conocí... ¡ni recuerdo cuándo!, pero era un joven enamorado, inquieto... Sin haber tenido  apenas escuela, comenzó sus primeros pasos en el difícil camino de crear su pequeña, gran empresa en aquellos pobres y duros años de la postguerra, entendiendo, asimilando y superando que el ideal está en nosotros, y también, para superar este ideal, está en nosotros el obstáculo que vencer sin decaimiento. Y considero importante y necesario destacar este aspecto, hoy día, más que nunca, por el desánimo que cunde en la juventud que, a veces de brazos cruzados, esperan el tan ansiado trabajo que los situé en la vida laboral activa y remunerativa.
Juan Cabrera venciendo dificultades a golpe de intuición, trabajo e ilusión se fue elaborando un futuro, eligió por compañera a una mujer inteligente, de familia educada y católica:  la popular, para todos; Blanquita, mi hermana, compañera con la que tuvo hijos, formó una familia...
Pero la vida no tardó en mostrarles la mano invisible y poderosa del dolor: dos hijos que como la espuma del mar  que flota sobre la superficie del agua, desvaneció el viento, dejándolos sumidos en una eterna interrogante: ¿Por qué…? ¿Para qué? 
Hay un proverbio que dice: Eres tan bueno como lo mejor que hayas hecho en tu vida. Y lo mejor que hizo en su vida fue vivir, seguir viviendo, sacando ilusión de la nada  
Hoy ya no está pero desde lo más hondo y sincero de mi corazón, confieso que lo quise, que lo valoré, que lo admiré. Y tal vez por eso, el tacto de su mano con la mía en tan largo y angustioso final, me dejó el cálido rescoldo de una vida que sí tuvo el mejor de los sentidos. 


2 comentarios:

Tuky dijo...

Tus palabras Isabel se me hicieron nudo en la garganta y al mismo tiempo, una profunda admiración por quien vive así una vida.

Un abrazo

Isabel Aguera Espejo-Saavedra dijo...

Gracias, Tuky. ¡Qué pequeño es el mundo! Tan lejos y tan cerca. Me gustaría abrazarte porque, sin duda, eres de esos seres humanos que entiendes la sencillsez de cosas que pasan desapervibidas para tanta gente y que no obstante merecerían aparecer en el cuadro de honor de la vida.Él era también así. Un gran beso.