Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

24 nov 2009

Él y ella

El y ella
24/11/2009 ISABEL Agüera
El, hombrachón, hecho de palabrotas y exigencias, hospitalizado en fase terminal, sin cesar se queja, protesta, manda...
Ella, hecha de resignado sometimiento, día y noche, sin rechistar, lo atiende, mima, respeta, soporta, sufre en silencio...
A las dos de la madrugada, tras muchos días de vela, ella sufre un desmayo. Se la llevan con urgencia.
El masculla groserías iracundas. Media hora, no más, un profesional de bata verde informa: Su mujer está muy grave. Dice que usted sabía que le quedaba poco.
El, gruñendo sonidos ininteligibles, dice al fin: ¡Claro que lo sabía! Pero, ¿quién me cuida a mí ahora?
Un relato, sí, de una de mis obras, pero lo importante, lo trágico es que en primera persona compartí, en malos días, hospital, habitación con él y ella: fui testigo del heroísmo de una mujer maltratada hasta después de su muerte.
Hoy, cuando han pasado veinte años, la sigo viendo sin cesar en sus desvelos, silencios, suspiros... Y la sigo recordando, víctima, como tantas mujeres, de esa heredada y maldita superioridad que sobre ellas ejercen hombres inseguros, cobardes, crueles... que precisan del valioso caudal de bondad y eficacia, capacidades que, sin límites, puede llegar a ser una mujer, para seguir sintiéndose machos, más que hombres.
Con su comprensión, el hombre no puede conocer el lenguaje de los pájaros, ni qué dice el arroyo en su murmullo, ni qué canta la lluvia cuando cae sobre la tierra. Pero el corazón del hombre sí puede sentir y apresar el significado de estos sonidos, cuando elige el silencio, la sensatez para transmitir su significado.
Creo que entendí el lenguaje de aquella anónima mujer, en noches de espantosa angustia, y es por ello que quiero transmitir su significado. Mañana, un año más, al amanecer, arrojaré al aire un puñado de jazmines de mi maceta en homenaje a ella y a otras tantas mujeres maltratadas. También una lágrima.
* Escritora y maestra

22 nov 2009

Pensamientos Pedagógicos

No sabría decir si en el aula yo me he sentido más niña que mis alumnos/as o mis alumnos/as más maestros/as que yo.

Un maestro/a debe metarmofear en sueños todo
lo que pasa por sus manos, porque, maestro/a es el ser humano con capacidad para trasnformarlo todo e incluso para sacarlo de la nada.

Ser maestro/a es ser manantial de donde fluye la ilusión y el amor
como agua limpia, fresca y que puede saciar la sed de todos los alumnos/as


Las mentiras que un maestro/a pueda contar a los niños
jamás cumplirán años, porque ellos pronto, las desccubrirán y puede que, a partir de entonces, jamás vuelvan a creer en nada, en nadie...


12 nov 2009

Mi canto a la vida

A mi nuevo nieto

...Y en este sueño helado de la noche, y en la esperanza del amanecer, que ya se conmueve, te sueño, te veo ya, mi querido chiquitín, en este mundo de luz al que tú has llegado como una sonrisa que se dibuja en el aire e ilumina el camino crepuscular de mis sueños, rotos mil veces y recompuestos por el hechizo creador que es la vida.
Te veo como el mejor beso que puede estamparse en mis mejillas, como la orilla verde y soleada donde mis mejores alas podrán desplegarse y entonar, una vez más, el inmenso himno de la Alegría en este amanecer de luna llena, blanca, maravillosa de noviembre.
Tú, mi niño ya tienes rostro, nombre en el archivo de mis grandes amores.
Tú, que nunca sabrás cuánto te hemos deseado, cuánto soñado, cuánto sufrido, has llegado a la vida porque así lo quisieron dos seres humanos que, al amarse, te soñaron y, desde el mismo instante que supieron de ti, contaban las horas con una extraña ilusión que a todos nos transmitían, como pequeñita ola que nos refrescara en esperanza la rutina de los días. ¡
Sí, sí; eras tú!, que, desde la otra orilla, te erigías ya en guía de nuestros vacilantes pasos. Quiero que sepas que entre lágrimas de alegría, de agradecimiento, de no sé cuántas y extrañas emociones, haz hecho que me sienta, una vez más prolongación maravillosa de un Dios creador que, valiéndose del milagro del amor y soplando en el barro de nuestra nada, nos multiplica, nos crea..
¡Qué maravillosa madre! Casi niña, pero plena de ternura y amor, clavados sus ojos en ti, como el más bello paisaje descubierto, calla, sonríe, y yo creo que también llora.
Y yo, nada, mi canto a la vida y mis gracias a ese dios que esta mañana pone palabras en mis labios y amor, mucho amor en mi corazón