Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

28 mar 2020

DÍA INTERNNACIONAL DEL TEATRO

 



                                               MIS OBRAS DE TEATRO


Amigos: Ayer fue  EL DÍA INTERNACIONAL DEL TEATRO.  Día, que sin conocer fecha en tantos años transcurridos, el teatro ha sido uno de mis hobbies favoritos desde niña. Por eso paso a contaros, y me he tenido que reír,  días ya muy lejanos.

Día el de hoy, para mí muy especial, ya que desde niña, el hacer teatrillos, como os he dicho, era un de mis hobbies favoritos, hasta el punto de  crear mi propia  “compañía” , cuando solo tenía  diez años y a la vista de que  mi hermana y sus amigas, que también  hacían teatros, me rechazaban porque decían que era muy sosa. En los patios de las casas, montábamos escenarios con sábanas como telones y poco más. “El patio de butacas”  consistía en tablones apoyados en  piedras, adoquines que  buscábamos por todas partes. Mi padre, cuando se enteraba de que cobrábamos una perrilla por cabeza, me obligaba a devolverla: ¡qué vergüenza 
-decía-,  la hija del director del Banco vendiendo papeletas!
Pero aquella niña que soñaba con el teatro, nada más pisar la primera escuela, en horas extra, con niños y con mayores, organizaba teatros que representábamos por los pueblos de los alrededores, trasladándonos en camiones con el equipaje de disfraces y decorados a cuestas.
Para no extenderme demasiado os cuento una anécdota que ya algunos habréis leído, pero es  que ha habido veces, a lo largo de mi vida profesional, que me han sorprendido cosas que han funcionado sin que  ni tan siquiera lo pudiera imaginar. Este es el caso de José María -nombre ficticio-, un chaval de once años,  tartamudo, pero gracioso y querido por todos los compañeros.
Con motivo de la fiesta de fin de curso, organicé un  divertido guión de teatro. Para ello, la responsabilidad de adjudicar “papeles” la hacía  siempre  recaer sobre los alumnos. Sin ningún problema y por unanimidad, nombraron como protagonista  a José María. 
Por supuesto acepté la decisión, pero me eché a temblar pensando el problema que para él iba a suponer y, de cara a la puesta en escena, lo que se podía organizar con aquel chaval de tartamudez más que evidente.
Ensayaron, prepararon disfraces, decorados, etc. Y todo con gran entusiasmo y algarabía, a veces, difícil de contener en el transcurso normal de las clases.
Nadie habló de la tartamudez de aquel alumno. Parecía como si los compañeros y compañeras, los mejores conocedores de tal problema, la hubiesen olvidado.
Por supuesto, a mí me preocupaba, pero también observaba y callaba. Lo hablé con el logopeda que también andaba preocupado y que me aconsejaba que, con cualquier achaque, lo sustituyera. Pero no, el  sustituirlo me parecía profanar la decisión de sus compañeros y, por supuesto, el entusiasmo del niño, sobre todo.  
Y llegó el día de la puesta en escena. El patio de recreo del Centro, transformado en teatro, estaba rebosante de padres, madres, abuelos, tíos, vecinos...  Con impaciencia se esperaba la representación titulada “Tu hermano es un hombre”, parodia de la que yo soy autora, y cuyo personaje principal, el padre. como ya he dicho, era José María.
Bueno, ante la sorpresa mía, creo yo más que de la  de nadie, aquel niño pronunció   palabra tras palabra sin atrancarse ni una sóla vez. 
Parecía milagroso. El logopeda, que le ayudaba, me miraba y sonreía; también él estaba sorprendido.
Y lo más curioso de todo es que aquel alumno, tartamudo de siempre, a partir de aquel evento, jamás  volvió a tartamudear.

En mis obras publicadas están   repetidamente, comentadas las ventajas del teatro pero una vez más me refiero a ellas porque creo que es preciso repetir una y otra vez para que las cosas calen. Con el teatro se consigue una socialización natural y fluida, se enriquece el vocabulario, se aprende a leer modulando, se aprende a comprender, que es lo más interesante, se corrigen posturas, movimientos, soniquetes, se potencia la memoria,  creatividad, etc. Y sumamente importante, también, los niños se sienten felices ensayando  teatros, teatrillos, les llamo yo, por su extensión y sencillez,  e incluso los de más edad, son capaces de escribir sus propios guiones. 
De las muchas ventajas del teatro tenemos que deducir que no se trata de una actividad festiva y compleja para determinados días, como generalmente se entiende sino que debe ser práctica habitual en las aulas y desde mi punto de vista  dando  libertad a los alumnos para que  entre ellos elijan personajes, decorados, e incluso los  posibles disfraces que deben ser lo más sencillos posibles. A veces con una simple careta y siempre desde la creatividad y el mejor ambiente posible.
Algunas fotos d e alumnos, y también de mayores, en escena.

Felicidades muy especiales a la compañía de excelentes actores  de mi pueblo, Villa del Río.

Buen día para todos. A la tarde  compartiré con vosotros algún guión sencillo.
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