Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

13 mar 2017

Desde el jardín

Había luna llena en el jardín.  Silencio y paz. La espírea, feroz y salvaje, se  doblaba en generosa floración. Delicias de un paseo que se eternizaba en la calma fresca de aquel  lugar donde los más puros sentimientos reclamaban  sus derechos. Mi alma, volcán de sentires en huracán de ferviente adolescencia, se fusionaba a placer con vencedores y vencidos. Oía  la voz del débil clamando ayuda al poderoso; oía  la voz del poderoso en un tañer de muerte a primeras horas de la mañana; oía  el trinar de un jilguero y me decía:  ¡qué belleza!
En el jardín respiraba un no sé qué cósmico que  me transmutaba  en olas juguetonas de radiante felicidad. En el jardín me bullían, en constante vaivén,  los más puros sentimientos. Instantes que me  laceraban el alma en torrentes de voces que la luna redonda acallaba, y resbalaban, y revoloteaban en sombras de nostalgias infinitas, impregnadas del aroma  generoso del azahar  y el romero.
Y eran pájaros  que no cesaban en el temblor de las horas, y eran trenes que se deslizaban en el trepidar de las vías, y eran  estrellas, puntos de luz en el negro crespón que empezaba a ser la tarde, y eran palabras del amigo que, en surtidor de sueños, matizaban de ternura el sabor de las ilusiones futuras
Y el jardín era como un paréntesis de felicidad en el agridulce de la visa   que se crecía y se silenciaba, mientras la noche negra caminaba en nubes de metal cobrizo, visión ancestral de la ciudad en estresados anhelos. La felicidad está  en el atardecer otoñal o primaveral -¡qué más da!- de un jardín cualquiera, respirando el vaho mágico de una hora que sólo habla de un  de un creador que asoma con blanca luz, que marcha  e irradia latidos,  ecos de todos los siglos, tálamo divino donde reposan los sueños.
Y de mis ojos, caen lágrimas al jardín de ahora que, de ternura, seducen al viento, que se agita en lánguidos parpadeos y, vuela que vuela, allá va con mis recuerdos, camino de la luna llena que enamorada espera. Y yo me quedo aquí, con esta hora   que es mi presente, y noto que un algo cósmico me arrebata a regiones que el mundo no ve porque sus ojos, cegados de mentiras, sólo son visión de sueños fatuos. Casi frío, ya. Viernes. "Luna lunera cascabelera.."

2 comentarios:

Katiuska dijo...

Precioso sentir del corazón. Un abrazo.

Isabel Aguera Espejo-Saavedra dijo...

Otro abrazar ati,amiga, qu llevaba tiempo sin leerte y estaba algo preocupada. Gracias. besos.